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Autoficha
Nos llamamos Ana Pons Mir y Cristina Mir Villalonga y tenemos 35 y 46 años respectivamente. Ambas nacimos en Maó y somos tía y sobrina. Trabajamos en una tienda de productos naturales. Cuando tenemos tiempo libre nos gusta caminar, bailar, leer, viajar, escuchar música, ir a la playa y salir con los amigos.


¿Desde cuándo están vinculadas al mundo de los productos naturales?
Cristina: Yo trabajé en El Caserío durante ocho años pero siempre me había atraído todo lo relacionado con los herbolarios. De pequeña siempre iba a la casa de una mujer que vendía hierbas y me encantaban los olores. Cuando me enteré de que mi actual local se traspasaba, no me lo pensé. Hace 21 años que la tengo. Al principio fue complicado pero la gente ya venía buscando productos sin azúcar o preparados de hierbas. Ahora hay más información sobre el mundo de la alimentación natural.

Ana: A mi me encantaba venir a la tienda de mi tía y escucharla mientras explicaba las propiedades de tal o cual planta. Estudié al respecto y, cuando ella necesitó a alguien que la ayudara, entré yo a trabajar. Llevo diez años.

¿Qué es lo que más suele demandar la clientela?
De cara al invierno todo aquel complemento que refuerce las defensas, como el própolis o la jalea real. También las infusiones o preparados con extractos o comprimidos de hierbas. Durante la primavera, se piden productos que ayuden a adelgazar o a mantener la figura.

¿Cuál creen que es el producto más curioso y novedoso?
Actualmente, las semillas de Chía. Proceden de México y sirven para combatir el colesterol. Deben ponerse en remojo y adquieren una textura gelatinosa. Se tiene que beber y es muy saciante.

Hay muchas personas que opinan que los productos de herbolario son caros, ¿qué piensan?
Es verdad que son caros pero, en estos últimos tiempos, todo ha subido y los productos naturales no lo han hecho de forma tan acusada. Hay que tener en cuenta que, a la hora de cuidarse, lo ecológico es garantía de calidad.

¿Qué les gustaría hacer cuando dispongan de más tiempo libre?
Cristina: Me gustaría viajar. Tengo la suerte de tener a Ana en la tienda, si no, no podría realizar escapadas. También quisiera hacer algún curso de informática.

Ana: Yo también viajar, ver mundo. Me encantaría poder ayudar colaborando en alguna ONG. Quisiera tomarme un año sabático y aportar algo, ayudar de alguna manera, pero aún no sé como.