Moll de la Trona. Con la salida de los buques, el Club Nàutic podrá recuperar los amarres en la zona - Cris

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La coincidencia de la entrada en funcionamiento del dique con el inicio del próximo verano hará inviable que la reordenación del puerto de Ciutadella pueda ser efectiva dentro de la próxima temporada turística. La moción de UPCM para que se agilicen los trámites para reordenar el interior de Baixamar tras la inauguración del dique ha reabierto el debate sobre el futuro del puerto natural de Ciutadella. La petición que ahora formula el partido de Joan Triay ya fue elevada ante el Consejo de Administración de Ports por la alcaldesa, Pilar Carbonero, el pasado mes de abril.

Precisamente, la puesta en funcionamiento del dique permitirá librar el interior del puerto natural del tráfico comercial, con lo que se ganará espacio para nuevos amarres. Ports dispone de un proyecto de reordenación que elaboró la empresa que diseñó el dique, con la previsión de crear unos 150 nuevos amarres. A parte está el proyecto de ampliación de Cala en Busquets. No obstante, todo apunta que será el Plan Director del Puerto de Ciutadella, cuya licitación está a punto de abrirse, que determine las actuaciones en el interior de la rada natural. Una de las cuestiones que queda pendiente es el desarrollo previsto en Cala en Busquets, un proyecto que Ports mantiene en 'stand by' y cuya inversión se desviará a la construcción de la estación marítima provisional en el dique de Son Blanc.

Según diversas fuentes consultadas, la realidad es que la puesta en funcionamiento del dique no implicará que al día siguiente pueda ejecutarse la reordenación. Según técnicos, reorganizar el puerto interior precisará de la colocación de pantalanes y la dotación de servicios, unos trabajos que precisan tiempo y que no pueden ejecutarse mientras operen las líneas marítimas en Baixamar. En cambio, la entrada en funcionamiento del dique permitirá la recuperación inmediata del Moll de la Trona y de la zona de la pasarela de madera, que gestiona el Club Nàutic, lo que contribuirá a ganar en oferta de amarres, ahora limitada en ambos espacios por razones de seguridad a la entrada y salida de los buques.

De momento, los colectivos vinculados al puerto de Ciutadella no han sido convocados para debatir la futura reordenación portuaria.

El presidente del Club Nàutic, Bartolomé Carrasco, opina que "hace tiempo que pedimos a Ports que tuviera prevista la reordenación, porque si la entrada en funcionamiento del dique coincide en junio, será difícil". Añade que "lo que está claro es que si se instalan pantalanes flotantes esto significa trabajo y tiempo, a nivel de estudios e impactos. Todo apunta que va para largo, aunque nosotros hace tiempo que estamos trabajando sobre la reordenación del puerto". El directivo apunta que "no sabemos si habrá partida presupuestaria para la reordenación por las ampliaciones de inversión hechas en el dique". El Club Nàutic ha pedido que Ports convoque a las partes implicadas para conocer las intenciones de la reordenación y plantear propuestas y mejoras respecto al proyecto inicial. Una de las cuestiones que interesan al Club Nàutic es saber cuando podrán recuperar los amarres del Moll de la Trona y qué pasará con el Moll Comercial, que dejarán libre los buques. Indica que la primera ventaja de la puesta en funcionamiento del dique será que el puerto dejará de cerrarse por las líneas marítimas.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Usuarios del puerto de Ciutadella, Cristóbal Torres, lamenta la falta de información del Servei de Ports sobre los planes de reordenación de la ensenada natural después de la puesta en funcionamiento del dique. "La realidad es que no se ha hecho nada en el puerto desde hace cinco años, estamos igual que cuando se produjo la rissaga de 2006, los usuarios seguimos esperando que haya oferta de amarres". El colectivo tiene prevista una reunión la próxima semana para definir su postura ante Ports respecto a la reordenación del puerto.

Para el sector de las golondrinas, según el presidente, Dámaso de la Cruz, la prioridad es que los buques de transporte regular de pasajeros "salgan del puerto y operen en el dique", lo que permitirá a las barcas de visita turística operar sin restricciones horarias y con mayor seguridad.

La Cofradía de Pescadores también es partidaria de la reordenación portuaria que permita organizar los amarres según la actividad y el calado de las embarcaciones. De momento, según el patrón mayor de los pescadores, Josep Caules, la ubicación actual de las barcas de pesca es la idónea porque las de arrastre amarran cerca de los nuevos almacenes y las barcas de artes menores están cerca de los locales de la cofradía. El colectivo dispone de espacio asignado y, según Caules, no es previsible que aumente la flota de pescadores.

Más amarres y sin horario de cierre por los buques
La primera consecuencia de la entrada en funcionamiento del dique será que los buques de transporte de viajeros dejarán de operar en el puerto para trasladarse a Son Blanc. Esto permitirá que el Club Nàutic recupere la zona de amarres del Moll de la Trona y de la pasarela de madera. Además quedará disponible el Moll Comercial que actualmente ocupan los buques cuando operan. Según la decisión de Ports, estos serán nuevos espacios aprovechables para incrementar la oferta de amarres. Otra consecuencia de la salida de los buques será que el puerto de Ciutadella no tendrá restricciones horarias y no se cerrará por la entrada y la salida de los buques, como ocurre desde hace años. Depende de Ports si se instalan nuevos pantalanes para ganar en amarres y si en Cala en Busquets se ejecuta la ampliación.