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Me llamo Cristina Marín Febrer y tengo 27 años. Nací en Maó pero vivo en Ferreries. Estoy casada con Nicolás y, además, convivo con tres perros y un gato, que se llaman Hugo, Pep, Lucía y Mustafá. Soy peluquera canina y me encanta mi trabajo. Cuando tengo tiempo libre me gusta ir a andar por la playa, hacer excursiones, montar en bici, escuchar música y, sobre todo, viajar.

¿Cuándo supo que lo suyo era trabajar con animales?
Cuando era adolescente, me di cuenta de que estar con perros me hacía sentir muy bien, así que pensé que trabajar con ellos sería una buena idea. Me fui a Girona con 16 años para estudiar peluquería canina y, después, fui asistiendo a seminarios y realizando cursos para especializarme en diferentes materias relacionadas.

¿Nunca le atrajo la peluquería canina de exposición?
Una vez que empiezas a estudiar, debes decidirte por la peluquería comercial, que es la del perro de calle; o la de exposición, que es con perros que apenas tienen vida. Alguna vez he trabajado en ello y es horrible, se busca la perfección y parece que no se tiene en cuenta que son seres vivos, les hacen vivir prácticamente en un transportín para que no se manchen o se despeinen.

¿Qué parte le gusta más y qué parte le gusta menos de su trabajo?
A Menorca llegué hace cuatro años y debo decir que me encanta mi trabajo, me relaja mucho porque mis clientes ni hablan ni discuten. Me satisface ver lo bien que sale el perro, cuando había entrado algo asustado. La parte negativa quizá sea cuando no estoy bien anímicamente, que enseguida se lo transmito a los animales. Los perros se rigen por las energías y se nota, hay que estar tranquila. También aspectos de higiene o parásitos, que no es agradable, pero en general, casi todo es positivo.

¿Qué tipo de peticiones le han parecido más sorprendentes?
Antes de volver a Menorca, una mujer que iba a una boda con un vestido violeta, me pidió que tiñera a su caniche del mismo color. También me piden manicuras. Incluso, una vez, vino una pareja y me pidió que le hiciera una cresta a su gato, desde la cabeza a la cola.

¿Cuáles son sus planes de futuro?
Me gustaría formarme en acupuntura canina. También estoy diseñando ropa y complementos para perros y creo que en un año y pico podría lanzar la línea. Además, pienso seguir colaborando con la Protectora de Animales de Maó ya que, siempre que puedo, aporto material que les es muy útil.