Viajar. Cada vez es más evidente que las compañías aéreas han pervertido con incrementos de tarifas el sistema de bonificaciones - Archivo

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Los bolsillos de los menorquines evidencian con creces desde hace años lo que los políticos en el poder se han empecinado en negar en demasiadas ocasiones recurriendo al socorrido incremento de las bonificaciones aéreas logradas. El reciente anuncio del Ministerio de Fomento de poner un tope a las tarifas aéreas bonificadas de clase turista más caras ha levantado la manta que ocultaba los precios reales de los billetes de avión en Balears y dejado al descubierto el poco peso que en el precio final tiene el siempre recurrente descuento del 50 por ciento para residentes.

El propio conseller balear de Medio Ambiente y Movilidad, Gabriel Vicens reconoció la semana pasada que los vuelos son un 37 por ciento más caros en Balears que el resto de autonomías sin aplicar el descuento de residente, y que, incluso, este porcentaje es del 52 por ciento en el caso de Menorca y Eivissa.

Dos informes conocidos hace unos días por la Mesa del Transporte en su última reunión revelan precisamente esta sangrante discriminación. Uno de ellos, realizado por la consultora Advanced Logistics Group (ALG) consultora inglesa especializada en transporte, fue dado a conocer este viernes por el Diario de Mallorca. El informe establece comparativas aéreas a través de rutas similares y en algunos casos tras aplicar la subvención algunos siguen siendo un 15 por ciento más caros que en la Península.

El otro informe, al que ha tenido acceso este periódico, revela que la tarifa máxima de los vuelos entre Mallorca y Menorca se han encarecido un 16 por ciento desde que se aprobó la flexibilización de las tarifas en abril de 2008, -al inicio de la actual legislatura-al pasar el precio del billete de 44 a 51, 25 euros. Incluso desde que entró en vigor la Declaración de Servicio Público en noviembre de 2003, el precio de la tarifa media de referencia se ha incrementó con relación a 2008 un 22 por ciento al pasar de 68,65 a 82 euros. No es menos cierto que en ese mismo período de tiempo la bonificación para residentes pasó del 33 por ciento al 50, es decir un 17 por ciento más, pero es evidente que no compensa el incremento del precio real de la tarifa anteriormente apuntado. La bonificación actual se revela una vez más relativa.

Igualmente, la tarifa media de referencia a la que en repetidas ocasiones también recurren los responsables políticos se redujo entre enero y abril de 2008 un 2,26 por ciento al pasar del 83,90 al 82 por ciento. Sin embargo una lectura más prolongada en el tiempo de los precios revela un considerable encarecimiento. Así en 2003, año en el que como ya se ha dicho se aplicó por primera vez la Declaración de Servicio Publico, la tarifa media de referencia era de 68 euros y en febrero de 2009 (último dato del informe) se incrementó a 84 euros, un 23 por ciento más caro cuando la bonificación se incrementó en ese mismo período sólo un 17 por ciento.

La cifras se empecinan en demostrar que el descuento no ha beneficiado al residente que año tras año ha visto como se incrementaban las tarifas de los billetes, mientras las informaciones oficiales incidían en el incremento de las bonificaciones. Cada vez parece más evidente que las compañías aéreas han pervertido el sistema de descuentos y que posiblemente ha llegado el momento de declarar nuevas Obligaciones de Servicio Público. Ahora, además, el informe de ALG demuestra que viajar en la Península, incluso sin descuento es más barato que en Balears.

El presidente del Govern Francesc Antich anunció precisamente la semana pasada que entre los temas a tratar en la reunión que el Ejecutivo balear tendrá hoy con las secretaria de Estado de Transporte en el Ministerio de Fomento, Concepción Gutiérrez, también figura la Declaración de Servicio Público de los vuelos.