NO FUNCIONA. Por mucho cartel que se ponga, la bajada del precio de la vivienda provoca que los beneficios de la venta no sean suficientes para cancelar la deuda con el banco, y entonces comienzan los problemas - Cris

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El mercado inmobiliario lleva tiempo en horas bajas. De hecho, ha sido uno de los sectores que más ha sucumbido a la crisis económica tras la explosión de la famosa burbuja. Ahora, dos nuevas situaciones agitan de nuevo este mercado. Por un lado, el acelerón en las ventas por el final de los beneficios fiscales, y por otro, aquellos ciudadanos que vendiendo su vivienda no obtienen suficiente dinero como para cancelar su hipoteca. Las dos situaciones están azotando también Menorca.

"Desgraciadamente, lo que más se da es el problema que tienen los que quieren vender su piso ahora y ven como su valor ha bajado tanto que no les basta para pagar su hipoteca", explica Lluís Armengol, de Fincas Armengol. En estos casos, quienes compraron su vivienda entre 2005 y 2006 son los más perjudicados. Los precios de los inmuebles eran muy altos por ese entonces y, además, los bancos ofrecían tales facilidades para conceder préstamos que muchos ciudadanos se endeudaron incluso por cantidades superiores al precio de la vivienda. Aprovechaban así la hipoteca para pagar muebles, coches, barcas e incluso viajes. "Y ahora lo están pagando", apunta Armengol. En algunos casos, el valor de la vivienda ha bajado casi un 40 por ciento. Por eso, quien ahora quiere vender debe hacerlo a un precio muy inferior al que compró, y no obtiene suficiente beneficio. Se han producido situaciones, explica Joan Torres, de la inmobiliaria Bonnin Sansó, en que se ha llegado a embargar la pensión del vendedor porque no puede hacer frente a la deuda con el banco. Y es que las cuentas con las entidades bancarias no se saldan hasta que se haya devuelto hasta el último euro, aclara Torres. "Por mucho que te embarguen el piso, si el banco no puede obtener con él todo el dinero que le adeudan, seguirá reclamando al deudor", explica Torres. Tal situación provoca que en algunos casos los propietarios de una vivienda opten por no vender, explica Susana Moncloa, de Fincas Moncloa.

Con el precio de los pisos en valores relativamente bajos, quien quiere comprar lo tiene ahora más fácil que antes en este sentido, si bien persiste un problema generado en los últimos años, explica Moncloa: conseguir que las entidades financieras aporten crédito para la operación. Y esto les pasa también a quienes optan por comprar antes de que acabe el año para así poder beneficiarse de las bonificaciones fiscales que desaparecerán en 2011.

A partir del próximo año, las personas con rentas anuales superiores a los 24.000 euros (es decir, los que cobran más de 1.330 euros netos al mes en 14 pagas) no podrán desgravar la hipoteca. Y las personas con rentas inferiores a esta cifra también verán reducidas sus bonificaciones. Esto ha disparado el número de personas que se deciden más rápido a la hora de comprar su vivienda. Lluís Armengol lo explica de una manera muy clara: "Si compran antes de que acabe el año pueden desgravar durante los próximos 30 años. Les van treinta años en esta decisión", dice. Sin embargo, él mismo explica que hay quien opta por beneficiarse de esta situación, pero también hay otros que prefieren esperar, sabiendo que muchos promotores están contra las cuerdas, y ganan así margen de negociación para conseguir un mejor precio por la vivienda pretendida. Dominan, no obstante, los que aceleran la compra, sobre todo en el segundo semestre. Y la tendencia puede incrementarse, entienden desde Bonnin Sansó, porque aún hay ciudadanos que no saben del final de las deducciones fiscales cuando acabe este año.