El ciutadellenc Antoni Rosselló, de 41 años, dejó aparcado a finales de 2005 su trabajo en el Registro de la Propiedad de Ciutadella para dedicarse de lleno al negocio de la intermediación financiera a través de la cadena de franquicias Credit Services, dedicadas al asesoramiento de particulares y empresarios en materia de financiación e inversión, y de la marca Zhen House, de su propiedad.
Rosselló compagina actualmente su trabajo de intermediador con el de distribuidor de Iberdrola en Menorca, Cataluña, Cantabria y Galicia a través de la firma Alvato Spain, colaboradora oficial de la primera empresa energética española [el próximo jueves inaugurará en la isla la primera oficina de Iberdrola de todo el archipiélago].
Pero Rosselló tiene planes más ambiciosos para el futuro. Si los nuevos proyectos en los que anda metido siguen el rumbo trazado, pronto no tendrá que preocuparse de madrugar para abrir sus oficinas en Maó y Ciutadella. La culpa la tiene un negocio que, según las previsiones, podría generar beneficios multimillonarios en los próximos cinco años. Un negocio levantado sobre… el fútbol, la primera religión de los argentinos.
Hasta hace sólo dos años, el nombre de Boca Júniors evocaba para Rosselló lo mismo que para millones de personas en todo el mundo; el de uno de los grandes del fútbol argentino, el equipo del barrio del Boca en Buenos Aires cuya camiseta vistió Diego Armando Maradona antes de su traspaso al FC Barcelona en 1982, y que después han vestido otros jugadores de prestigio internacional como Batistuta, Palermo o Caniggia. Poco más. Quién le iba a decir entonces que su destino acabaría vinculado al del club argentino con mayor cantidad de títulos nacionales e internacionales.
Rosselló es hoy accionista de dos sociedades que controlarán durante los próximos cinco años los derechos de explotación de los productos de merchandising de Boca, y los derechos de contenidos y de telefonía móvil del equipo de la capital argentina y otros cinco clubes más. Un filón inexplorado que, si cuadran las previsiones, podría representar para las dos sociedades en las que participa el empresario una facturación global superior a los 500 millones de dólares en el próximo lustro.
¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Como ocurre a menudo en la vida, la casualidad ha tenido mucho que ver. Pero también el dinero y las influencias. Según explica Rosselló, el contacto le llegó indirectamente a través del prestigioso despacho de abogados Garrigues, el primero de España por volumen de negocio y número de profesionales, que ha acabado negociando los contratos en el país sudamericano. Y el bufé lo llevó a la persona en cuya mente se gestó el negocio a principios de 2008: el ex jugador de rugby argentino 'Chucho' Tristán.
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Se crearon dos sociedades: Conintep, propietaria de las licencias de productos Boca y Nike-Boca tanto para el canal e-commerce como para la distribución terrestre, y GEOC Telecomunicaciones, propietaria de la licencia sobre la marca Boca en telefonía móvil y sus contenidos. Rosselló es socio de los dos ex jugadores argentinos en Conintep, donde participa también otro español, hijo de un conocido cargo público cántabro.
Los cuatro accionistas de Conintep forman parte también de GEOC Telecomunicaciones SA junto a un tercer socio español y a otro ruso. El caramelo ha atraído a otros inversores españoles y argentinos, que entrarán en GEOC gracias a una ampliación de capital.
Los intereses de GEOC no se han detenido en Boca Júniors. La sociedad se ha hecho con las licencias de otros cuatro clubes argentinos de Primera División -el Huracán de Buenos Aires, el Club Atlético Colón, el Newell's Old Boys y el Club Atlético Rosario- y del Club Atlético Unión Santa Fe, de la Segunda argentina. La empresa de Antoni Rosselló negocia, además, acuerdos similares con el River Plate, otro de los históricos del balompié argentino, y con 22 clubes de la Europa del Este.
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Los números que maneja este oficial en excedencia del Registro de la Propiedad invitan al optimismo. La explotación de los derechos de telefonía móvil y de los contenidos de los 6 clubes con los que GEOC ha firmado acuerdos puede representar una facturación de 200 millones de dólares en los próximos cinco años. Por otro lado, los derechos de merchandising de Boca y de los productos Nike Boca (las solicitadas camisetas azules con franja horizontal amarilla del equipo de Riquelme) pueden hacer crecer la facturación de aquí hasta finales de 2015 por encima de los 300 millones de dólares.
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