Concentraciones. La Isla ha sido Escenario en los últimos años de numerosas concentraciones de moteros, fiel reflejo de la gran afición al motor existente - Archivo

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La muerte de dos motoristas en el trágico accidente ocurrido el pasado fin de semana en la carretera Maó-Fornells conmocionó a toda la Isla. Tanto la familia de los fallecidos como los aficionados a las dos ruedas con quienes compartieron asfalto sufrieron una pérdida irreparable que a buen seguro marcará sus vidas.

El siniestro reabre el debate sobre la seguridad de las carreteras isleñas, sobre la velocidad a la que circulan los vehículos y sobre la necesidad o no de actuar con mayor contundencia contra quienes no cumplen las normas.

A nadie escapa que la remodelación llevada a cabo hace unos años en la carretera de Maó-Fornells, las curvas y rectas que la definen junto al espectacular paisaje que se abre a su paso, han convertido esta vía en un goloso atractivo nada despreciable para los aficionados a las dos ruedas.

No es extraño ver los fines de semana grupos de moteros circulando por esta carretera y por la M-1 disfrutando de "la sensación de libertad" que representa conducir con el viento en la cara, como repiten muchos motoristas consultados.

"Cuando sales en moto sientes el placer de la conducción. La libertad. Tú eres el que controlas, máquina y piloto se complementan", describe con pasión un aficionado, quien asegura disfrutar con la carretera, con el paisaje, con el mero paseo sobre una potente y hermosa máquina y con el grupo que habitualmente le acompaña.

En la Isla existe una gran afición al motociclismo según constata un empresario del sector. "En relación a la población que existe en Menorca, el porcentaje de ventas es muy alto", remarca, si bien en su mayor parte se trata de ciclomotores.

Riesgos
Otra cosa son los riesgos que se asumen al circular en una moto de gran cilindrada por unas carreteras a menudo mojadas por la acción de la humedad o la lluvia, y con abundante tráfico, riesgos innecesarios para la mayoría de los mortales, pero que el placer de la conducción sobre dos ruedas supera, algo que sólo puede ser entendido por los propios motoristas. "Se podría decir que somos de otra pasta. Ser motero es una filosofía de vida", justifica el mismo aficionado.

Pero la mayoría coinciden en afirmar que las carreteras de Menorca han mejorado mucho en los últimos años. Y aunque hay voces que demandan el desdoblamiento de la carretera general para incrementar la seguridad y la eliminación de algunos puntos negros especialmente en los cruces, la mayoría considera que lo importante es cumplir las normas de tráfico y ajustar la velocidad a las características de la vía.

Además, muchos motoristas resaltan el esfuerzo realizado en la colocación de los protectores inferiores en los guardarraíles que evitan en caso de accidente la amputación de las extremidades. También hay quienes ajenos al mundo de las dos ruedas, pero profesionales de la conducción, insinúan que vías como la de Maó-Fornells son utilizadas por algunos grupos de moteros para dar rienda suelta a la adrenalina y soltar gas a determinadas horas del día en las que la intensidad del tráfico disminuye considerablemente.

Los motociclistas consultados reconocen que en algún momento pueden producirse en plena conducción ciertos "piques", pero en ningún momento hablan de carreras organizadas. "Como en la vida, en el mundo de las motos hay de todo. La gran mayoría cumplimos las normas de tráfico, pero también hay quien hace el loco", apunta un aficionado "y cuando llevas más años conduciendo cada vez te das más cuenta de los riesgos que corres", añade.

Un veterano aficionado cuenta al respecto que desde hace unos años, algunos menorquines aficionados al motociclismo viajan a la Península para quemar gasolina en el circuito de velocidad de Mont Meló, donde además se ofrecen cursos de pilotaje.

Un radar más en 2011
El director insular de la Administración del Estado, Javier Tejero, asegura que la Guardia Civil de Tráfico no tiene constancia de que en las carreteras de la Isla se organicen carreras. Además advierte que cualquier persona que las haya visto tiene la obligación de denunciarlas y que hablar de estos hechos a posteriori dificulta en todo caso su comprobación. "Lo que no se puede hacer ahora es criminalizar a los motoristas", aseveró.

Al respecto subraya que Tráfico trabaja con un planing de vigilancia en todas las carreteras de Menorca y, por tanto, serían los primeros en detectar esta circunstancia. No obstante, avanza que la carretera que une Maó con Fornells contará previsiblemente el próximo año con los radares que se anunciaron por primera vez en 2008. Cabe recordar que los detectores de velocidad situados en la carretera general a su paso por Es Mercadal advirtieron 14.411 infracciones entre enero y agosto de 2009, datos muy similares a los obtenidos durante el primer año de funcionamiento de los dispositivos en 2008.