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El buen meteorólogo, el que observa el tiempo por pasión, nunca baja la guardia, ni en días como ayer, cuando ningún indicio hacía pensar en la posibilidad de captar una imagen espectacular. Xavier Pons Cladera, habitual colaborador del diario en cuanto llueve más de la cuenta o nos azota el viento con violencia, circulaba ayer por la carretera que une Sant Lluís con Es Castell cuando en el horizonte le llamaron la atención las turbulencias que se estaban produciendo sobre el mar, presume él, en las proximidades de La Mola. Entre las nubes y las cortinas de agua su perspicacia dio con un "cap de fibló" o manga marina, un espectáculo en sí mismo que inmortalizó con la cámara que lo acompañaba. Al envío por correo electrónico de la imagen adjunta el siguiente comentario: "Lo bo és que no plou ni res de moment".

Sí llovió un poco por la mañana, a primera hora, al menos en la zona de Maó, pero enseguida el tiempo se abrió, las nubes dejaron espacio para que se pudiera ver el sol, circunstancia que ocasionó la aparición del siempre bello y colorido arco iris, inalcanzable y fugaz como acostumbra. En esta ocasión quien disparó con rapidez la cámara fue José Barber, otro de los que no dejan pasar una, en este caso en el entorno portuario.