La campaña pretende combatir la invisibilidad a la que se condena a las personas sin techo - Archivo

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En el marco de la campaña Personas sin hogar 2010 "Nadie sin derechos. Nadie sin hogar", Caritas Diocesana de Menorca quiere hacer visible que detrás de cada historia existe una persona.

Por este motivo, gracias a la colaboración y el trabajo del pintor ciutadellenc Josep Moncada, se han elaborado diez paneles donde aparece la imagen de una persona sin hogar con objeto de sensibilizar a la sociedad sobre esta cruda realidad.

Además se denuncia la situación de pobreza económica, social, cultural y personal en la que se encuentran algunas personas en la Isla y se reivindican los derechos sociales porque no puede seguir existiendo "incluidos y excluidos".

Estos paneles estarán expuestos desde hoy jueves y hasta el próximo sábado en diferentes calles de Maó (Mercat del Claustre, Plaza Miranda, Plaza Real, Teatro Principal, Plaza Colón, Plaza Bastió, calle S'Arraval, Plaza Constitución y la Explanada), y Ciutadella (Plaza de la Catedral, Plaza des Peix, Plaza d'Artrux, Ayuntamiento, Sant Francesc, Plaza dels Pins, Plaza de Ses Palmeres, Plaza des Be y Plaza España).

Estos murales también irán acompañados de diferentes informaciones que Caritas ha elaborado durante esta campaña: análisis y perfil sociológico, historias de vida, proyectos de alojamientos alternativos, entre otras informaciones que pretenden despertar la conciencia de la gente y cambiar la forma de mirar nuestro entorno a fin de poder combatir la invisibilidad a la que se condena a las personas sin techo.

Los murales también quieren constatar la falta de medios preventivos y medios asistenciales para dar apoyo a un proceso de mejora de las personas que viven sin hogar. Es evidente la falta de lugares donde poder acompañarlas para que recobren la confianza de sentirse personas, para que brote en ellos una brizna de esperanza y la capacidad de sentirse vivos de nuevo.

Cuando Caritas habla de personas sin techo se refiere a personas con trabajos temporales, sin ingresos suficientes, que transitan de pueblo en pueblo, en albergues, pensiones y centros de acogida.