Premiados. Sebastià Pons, Pedro Marqués, Tòbal Capó y Antònia Allès tras la entrega de premios y el silo de zulla fabricado por Marqués - A. M. O.

TW
0

Con apenas 23 años Tóbal Capó, payés de Biniseguí Vell, recibió ayer de manos de la consellera insular de Economía y Medioamente, Antònia Allès, uno de los tres premios dotado con 2.000 euros, que concede el Consell en reconocimiento a la utilización de prácticas respetuosas con el entorno en las explotaciones.

Capó ha conseguido reducir el periodo entre parto y parto de sus vacas a "un año y 20 días", además de rebajar la edad media del primer parto. Esta mejora ha reportado a la explotación un mayor rendimiento y rentabilidad.

Su logro ha sido posible gracias al asesoramiento técnico de un veterinario, al empleo de aplicaciones informáticas para la gestión reproductiva, a la inseminación artificial, al entregado trabajo del joven Capó, y a la selección de forraje empleado en la alimentación del ganado. Esta explotación, que tiene suscrito el Contrato Agrario de la Reserva de la Biosfera (CARB), gestiona unas 150 cabezas de ganado bovino.

Otro de los premiados ayer con 2.000 euros por realizar sus actividades con prácticas agroambientales fue Pedro Marqués, "l'amo" de Binillobet. En su caso, el jurado ha premiado "el millor ensitjat d'enclóver" o zulla, un forraje que Marqués sembró por primera vez este año, en concreto cinco hectáreas, y del que ha recogido 400 toneladas.

"Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. No tienes que sembrarlo cada año y por tanto es más económico, además de ser un alimento con muchas proteínas si se recoge en el momento adecuado", explica al tiempo que relata la forma en que fabricó el silo y el ahorro en el uso de plástico resultante.

El jurado valoró la técnica empleada, así como los resultados obtenidos en la analítica del forraje al constatar la calidad de conservación lograda y el contenido en proteína y en fibra. Esta explotación también tiene suscrito el CARB y cuenta con cerca de 70 cabezas de ganado alimentado mayoritariamente con "ray-grass" y en menor medida con "enclóver" o zulla.

El apicultor profesional Sebastià Pons Pons también recibió los 2.000 euros del galardón por su labor en el fomento de la polinización del campo. "Es una consecuencia de mi trabajo que es la obtención de miel", explica quitando mérito al galardón. Sin embargo, el jurado ha valorado los efectos positivos en la naturaleza del trabajo que realiza este apicultor desde hace 28 años por tener el mayor número de casetas de abejas instaladas en el mayor número de fincas rústicas.

En total, afirma trabajar con unas 300 abejas en casetas instaladas en las fincas de Binidalinet, Torralbenc Nou, So na Cassana, Rafalet de sa Costeta, S'Escola, Algendar d'en Gomila, Biniati Nou y Biniancolla.

Pons relata que a diferencia de lo que sucede en la Península, no ha notado un descenso en el número de individuos en sus colmenas y tan sólo se lamenta de los efectos dañinos sobre la abeja de la varroa, un parásito que merma la rentabilidad de sus casetas, así como la pérdida de variedad del campo menorquín con un exceso de cultivo de ray-grass. Sebastià Pons comercializa su miel bajo el nombre de s'Eixam.