Jesús Ignacio Sanjurjo López - Gemma Andreu

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Autoficha

Me llamo Jesús Ignacio Sanjurjo López. Nací en Lugo en 1968. Desde hace cinco años vivo en Sant Lluís, con Xisca y mis dos hijos, Marcel y Gerard. A los 19 años me fui a Madrid, a estudiar Imagen y Sonido. Al acabar la carrera gané una beca para estudiar en una escuela de cine en Cuba, dos años. En Cuba conocí a un estudiante menorquín, Isaac Casero, que se convirtió en uno de mis mejores amigos. Años después conocí a Xisca; vivimos en Madrid hasta que nació Marcel y decidimos que Sant Lluís era mejor que Lavapiés para que creciera. El cine, la lectura, la música y el deporte son mis grandes aficiones. El bádminton, especialmente. Trabajo manejando imágenes y sonidos, en diferentes formatos, documental, el vídeo publicitario, el industrial.

¿Qué le motivó a elegir la realización como profesión?
"ET", "La Guerra de las Galaxias", las películas que veía de niño en los cines de Lugo; me fascinaba todo ese mundo mágico. No quería ser el protagonista, el héroe; me atraía mucho más pensar en quién estaba detrás de la cámara, quienes eran los auténticos magos.

Estudió cine en Cuba, ¿eligió ese país por algún motivo especial?
Cuando tenía 17 años vi en televisión un reportaje de la EICTV, la Escuela de Cine de San Antonio de Los Baños. Está aislada, en medio del campo, y los alumnos estudian y conviven dentro. A mí me parecía lo más cercano al paraíso: como un campamento de verano donde se aprendía cine. Y me dije que quería estar allí. Años después conseguí una beca y pasé dos de los mejores años de mi vida.

De su paso por los canales de televisión, ¿cómo ha sido la experiencia?
Trabajé en distintos programas para Tele 5, Antena 3, La 2, Disney Channel. De todos guardo muy buenos recuerdos y, también, algunos malos. Disfruté mucho haciendo un programa de flamenco porque me permitió conocer este mundo por dentro, entrábamos en sus casas, en su intimidad, sus fiestas; sabía que vivía momentos irrepetibles. También disfruté mucho haciendo "Club Disney", un programa infantil. Lo peor de la televisión es que siempre tiene que estar para ayer, sobre todo por culpa de los shares, de los índices de audiencia, que deciden si mañana sigues, o no, trabajando.

Ha dirigido el documental, "El Fin De La Espera", sobre la represión franquista después de la Guerra Civil. ¿Cómo ha sido este trabajo?
Trata sobre el seguimiento que hicimos antes, durante y después de la exhumación de una gran fosa común, de casi 500 cuerpos, que se realizó entre 2005 y 2007 en Uclés, Cuenca. La codirigí con Antonio Pérez. Fue un trabajo muy duro, por la duración, ya que tardamos cuatro años, y por la intensidad de las historias vividas con los familiares de los represaliados. Está producido por TV3 y, en breve lo podremos ver por televisión.

¿Cómo ve el panorama audiovisual en Menorca?
Aparte de las televisiones, apenas existe industria audiovisual en Menorca. Es normal, al ser tan pequeña. Existen muy pocas productoras, a las que les cuesta sobrevivir y la gente que quiere dedicarse a esto tiene que trasladarse a Barcelona o Madrid. Menorca tiene un potencial enorme como localización, como hemos visto con el anuncio de Estrella, pero falta infraestructura audiovisual. Es muy caro venir a rodar aquí.

¿Algún proyecto menorquín?
Sí, varios. Estoy colaborando con Diego Paqué, que prepara la grabación de su nuevo disco, el próximo febrero. Grabaremos en directo, en el Teatre Principal de Maó. A la vez, un documental sobre la desaparición de la pesca artesanal en Menorca con Rosa Preto, de la productora Imatge Serena. Por último, estoy en la fase de investigación de otro documental para TV3, sobre el "Camí de Cavalls" pero todavía está muy verde.