La madre del menor y su pareja residían desde hace un año y medio en una vivienda baja de la calle Sant Llorenç de Maó - Javier

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Asombrados y consternados, así se despertaron ayer los vecinos de la calle Sant Llorenç de Maó tras conocer que la madre del menor hallado en el interior de la maleta abandonada en Binidalí, llamado César, vivía en el número 91 de esta barriada humilde de calles estrechas y casas de una o dos plantas. Mónica J. F., y su pareja apenas hacía un año y medio que residían en este viejo rincón de la ciudad donde en los últimos tiempos predominan los carteles de "se alquila" y el trasiego de inquilinos. Ambos son prácticamente desconocidos para el vecindario según relatan al "Menorca". Algunos comentan que él trabaja en una empresa de seguridad, de ella poco o nada saben y al niño nunca lo vieron.

"Eran algo raros, no hablaban con nadie", comentan María Gracia Humbert y su marido Juan Sánchez, un matrimonio que reside en frente de la vivienda donde residía la pareja. "En verano la veía escribir a menudo en un bloc y en la habitación de arriba se pasaba horas liada con el ordenador, pero ni siquiera sabíamos su nombre", explican aturdidos por la noticia. "Lo normal cuando llega un vecino nuevo es buscar un contacto, pero con esta pareja no fue así. Él tuvo durante un tiempo un perro y entabló alguna conversación con un vecino que tenía otro, pero duró poco", añaden.

Su relación con el vecindario era prácticamente nula, rayando incluso en la descortesía aseveran. "La mujer a veces no respondía siquiera al buenos días, pero no daba ningún problema, no se escuchaban escándalos", explica otra vecina quien comenta que en el barrio apenas quedan media docena de "vecinos de toda la vida" y la mayoría vive ahora de puertas para adentro, sin la relación de amistad que impregnaba no hace mucho la vida de esta pequeña comunidad vecinal. "Algunas tardes se sentaba este verano en el escalón de la puerta a fumar un cigarro, pero estoy alucinando con lo que ha pasado", añade.

"Yo sólo he coincidido con ella cuando iba a tirar la basura", explica atónita Beni Domínguez, la vecina de al lado de Mónica J.F.,.

A pesar de vivir pared con pared con la madre del menor, ni siquiera conocía su nombre. "Él se iba uniformado por las mañanas y de ella no sé nada, porque no decía nada", comenta. Una de las vecinas relata que presenció extrañada la detención de la madre del menor. En aquel momento no sabía lo que sucedía, pero la escena le llamó la atención.

"Vi cómo entraban cinco hombres de paisano en su casa. No era normal, y apenas diez minutos después salieron dos delante, uno sujetaba el brazo de ella y dos iban detrás. Cuando se la llevaron parecía tranquila, como si lo estuviera esperando", comenta.

La investigación se prolongó unas 12 horas

La investigación llevada a cabo por el Grupo de Homicidios de la Policía de Palma, en colaboración con la Comisaría de Maó y la Comisaría General de Madrid apenas se prolongó doce horas, justo el tiempo que transcurrió entre la apertura de la maleta y la detención de la madre de César.

En el momento en que se produjo el hallazgo, el pasado miércoles, se dio aviso al juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Maó y el forense decidió precintar la maleta y enviarla inmediatamente al Instituto Anatómico Forense de Palma. El jueves, y en presencia de un forense y un equipo de policía científica y del Grupo de Homicidios, se procedió a la apertura de la maleta.

Tras las primeras investigaciones sobre el contenido, los agentes llevaron a cabo el viernes la detención de la madre de César, Mónica J. F., quien en sus primeras declaraciones afirmó que encontró al niño muerto en la bañera de su casa y que asustada escondió el cuerpo en la maleta. La Policía duda de las explicaciones dadas por la mujer al considerar incongruente esta reacción.

A pesar de que en el primer interrogatorio los agentes buscaron una confesión completa, la declaración no pudo concluir al derrumbarse la madre por lo que será finalmente hoy en su comparecencia ante el juez cuando se conocerá la declaración final.

Por otra parte, fuentes policiales matizaron ayer que tras el primer examen realizado a los huesos del cadáver no se encontraron marcas que indujeran la posibilidad de que la madre hubiera descuartizado el cuerpo de César.