Formación. Los integrantes del coro de Amics de s’Òpera cuentan en esta ocasión con el refuerzo de diez cantantes de "Intermezzo". - Gemma Andreu

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Son 36 valientes dispuestos a superar el reto de "Un ballo in maschera". 26 de ellos son de la Isla pero los diez restantes los han "fichado" de fuera. "No tenemos voces suficientes, ni contactos con otras corales que puedan aportar cantantes para óperas como ésta", explica Antoni Cendán, coordinador del coro de Amics de s'Òpera. Anoche afinaban sus voces poco antes de las ocho para enfrentarse a uno de los múltiples ensayos -"sábados, domingos, incluidos", remarca Cendán"- que requiere la preparación de la ópera de Verdi que se representará el viernes en el Teatro Principal de Maó.

Lo hacían bajo la dirección de Cristina Álvarez, quien ha sustituido a Mertxe Orfila al frente de la formación coral haciendo gala de una ilusión y profesionalidad desbordante. "Dirigir un coro como éste y en "Un ballo in maschera" es lo máximo. Estoy disfrutando muchísimo", confiesa. La ciutadellenca se deshace en elogios al elenco, la junta directiva de la entidad que le propuso este reto, el director musical, el personal del coliseo mahonés y, sobre todo, los cantantes.

"He tenido muy buena acogida, desde que llegué me han demostrado confianza y respeto y me he sentido muy apoyada", explica Álvarez. La directora de coro y cantante, además, vuelve a casa porque cantó en el coro de Amics de s'Òpera antes de partir hacia Barcelona donde cursó sus estudios en el Conservatorio del Liceu.

Y vuelve por la puerta grande "con una de las óperas más difíciles que hay por la multiplicidad de voces, hasta siete, la variedad de tempos o la afinación compleja", pero "muy ilusionada". Su sonrisa y su mirada subrayan una entrega que pronto tendrá su recompensa.