TW
0

Familia, trabajo y compromiso cívico-social han conformado la vida de Antonio Chamorro Mingarro que a sus 67 años conserva aquel espíritu inconformista, incluso con pinceladas de rebeldía, que le llevó a rechazar lo fácil para adentrarse en el mundo de los negocios por el que sentía una atracción especial y que quiso conocer porque sabía que, de no hacerlo, la frustración le acompañaría de por vida. Luego, una vez hubo cubierto esta etapa, regresó a su profesión, el magisterio.Sabía que no habías nacido en Maó, pero nunca sospeché que fueses mallorquín, pensaba que, como tus padres, eras catalán.
Pues no, pero nací en Palma porque mi padre estaba destinado allí, son casos muy frecuentes en hijos de funcionarios que nacen en el lugar de destino de sus padres.

Aunque viniste, mejor dicho, te trajeron a Menorca con apenas uno o dos años de edad.

Efectivamente me trajeron cuando todavía no había cumplido los dos años, por ello siempre me he sentido menorquín, aunque nacido en la capital balear.

Y tu primer colegio debió ser el Primo de Rivera, del que tu padre era el director.

Fue mi primer y único colegio ya que de allí pasé directamente al Instituto, "des Pla des Monastir", aquel viejo edificio del que don Juan Gutiérrez era, en aquellos años, su director.

Posteriormente regresaste a Palma, en esta ocasión para cursar la carrera de Magisterio.

Cierto, fue tal como dices, estudié en Palma la carrera de Magisterio en la Escuela de Magisterio, la antigua "Escuela Normal", que cambió de nombre.

Una vez obtuviste el título que te acreditaba como "mestre d'escola", ¿cuál fue tu primer destino al que te incorporaste?

No me incorporé sino que pedí una excedencia porque quería dedicarme al mundo de los negocios y así lo hice; años después, aproximadamente unos doce, me incorporé a la enseñanza, de la que era profesional.

De nuevo me sorprendes porque creía que esta faceta, la de "hombre de negocios", la habías ejercido como un apéndice de tu labor docente.

No, primero me adentré en esta parcela, en la que monté diversos negocios de los que afortunadamente salí airoso y luego regresé a la docencia sin dejar por ello de estar "presente" en mi otra actividad, la del mundo empresarial.

Y al Ayuntamiento, ¿cuándo accediste?

En la etapa en la que José Maria Escudero Monjo era el alcalde, que como recordarás sustituyó a Rafael Timoner; fui elegido por el tercio empresarial y estuve Dalt la Sala hasta la llegada de la Democracia.

Tiempos aquellos muy difíciles porque todo estaba en ebullición y los ayuntamientos habían de hacer frente a muchas carencias y a muchas críticas.

¡Y que lo digas! Tiempos dificilísimos y yo, que era muy joven e inexperto en este campo, lo pasé fatal, pero había que seguir pedaleando y así lo hice.

Entre aquellos ayuntamientos y los de ahora dista un abismo, ¿cierto?

Del todo, podría darte muchos datos pero me limitaré a unos pocos; los presupuestos de uno y otro periodo sólo se parecen en el nombre, el resto es totalmente diferente, para "Parques y Jardines", responsabilidad que asumí, la partida presupuestaria era de 150.000 pesetas, en el último año fue ligeramente superior, 200.000; pienso que no hay comparación posible, eran tiempos y situaciones distintas, incluso opuestas.

Creo recordar que también te ocupaste de otras áreas, ¿cuáles?

Junto a la ya mencionada de "Parques y Jardines", llevé "Limpieza urbana" y "Circulación", tres áreas de por sí conflictivas, por lo que "recibí" de todas partes, pero ya sabes, esto entra en lo que viene denominándose como "gajes del oficio".

En esta etapa asumiste también la presidencia del Sporting Mahonés. ¿Qué te llevó a ello?

El sentido de responsabilidad; tras la presidencia de Ernesto Félix Bosch asumió el envite el doctor Cardona y al dejarlo pocos eran los que querían hacerse cargo de un club que se hallaba en una situación muy crítica, me ofrecieron el cargo y acepté porque creía y creo en el proyecto y en la viabilidad de la fusión; lo dicho, por sentido de la responsabilidad.

Y tuviste que tomar ciertas medidas drásticas. ¿Me equivoco?

En absoluto, no había dinero y había que apretarse el cinturón y así se hizo; el planteamiento fue totalmente diferente al de antes, suprimí las primas pero se convino en que si el equipo conseguía el ascenso habría una prima final de un millón de pesetas, con ello se estimulaba a los jugadores a luchar por el ascenso que afortunadamente se produjo.

Antes tuviste que tomar una decisión que te dolió muchísimo, me refiero a la sustitución del entrenador.

En realidad fue como dices; Toni May (Antonio Petrus) era el entrenador del equipo y la semana antes de visitar al At. Ciutadella, desplazamiento que era vital para nuestras aspiraciones de ascenso, el ambiente no era el adecuado, se decía que perderíamos, que los jugadores no estaban lo suficientemente motivados y ante tal situación optamos por cortar por lo sano, sustituimos a Petrus por Antonio Tudurí, "Chicha", que era el portero titular; el cambio fue balsámico y afortunado porque vencimos y al final logramos el ascenso.

Temporada difícil porque …

Todo los partidos eran una final, los equipos rivales querían ganarnos a toda costa pero salimos airosos del envite, incluso económicamente y en base a unas improvisadas "colectas" logramos hacer frente a todos los gastos que iban surgiendo incluida la prima del millón gracias a las aportaciones de muchos aficionados.

¿Qué sucedía con los arbitrajes neutrales que solicitabais?

De escándalo, cada vez nos lo mandaban de más lejos, el último vino de Canarias con lo que las dietas se disparaban, pero el fútbol tiene o tenía estas cosas y hay que aceptarlas porque son inevitables, como también lo era la "pugna" que manteníamos con el Menorca y la Unión y la carencia de un campo propio o municipal como sucede actualmente.

Aunque lo mejor fue que estuviste rodeado por un buen equipo de colaboradores. ¿Es así?

Lo es; esta realidad nos dio fuerzas para seguir en la brecha, todos aportábamos lo mejor de cada uno de nosotros y así es fácil trabajar; recuerdo a Naro, a Pedro de "Colón" (Pedro Pons Vives), a Fernando Verdaguer, a Pedro Payeras, a Lorenzo Palacios, a Rafael Ruiz y a cuantos estuvieron ahí, a pie de obra con la ilusión de un "alevín" buscando lo mejor para el club; creo que el ascenso y la amistad que se forjó entre nosotros fue el mejor premio al que podíamos aspirar.

Ya con el ascenso consumado dimitiste y te volcaste en tu profesión, me refiero a la de "mestre d' escola". ¿Cuántos años ejerciendo en Sa Graduada?

Unos veinticinco, menos de los que es habitual en muchos profesores y suficientes para calibrar la importancia de esta profesión.

Tu padre, don Francisco Chamorro que durante muchos años fue el director del colegio Primo de Rivera, dejó un recuerdo imborrable de su gestión, fue un maestro como la copa de un pino, recordado por muchos de sus alumnos; como hijo, dame unas pinceladas de su personalidad.

A nivel profesional su empeño fue el de colocar la enseñanza pública al mismo nivel que la enseñanza privada. Se decía que era mejor o superior la segunda que la primera, y considero que logró dicho objetivo por el que trabajó muchísimo y se entregó al máximo; recordarás que a nivel nacional Menorca tenía un prestigio ganado a pulso y que a los universitarios menorquines se les consideraba muy bien preparados, algo que se basaba en un buen aprendizaje a nivel del colegios y del Instituto.

¿Y en el plano personal?

Un padre entrañable que con más de noventa años sigue a mi vera y al que siempre agradeceré que me educara en libertad asumiendo, lógicamente, mi responsabilidad; nunca me marcó una línea de conducta, al contrario siempre me permitió que fuera yo quien eligiera el rumbo; cuando marchaba de casa para ir a estudiar me decía: "Mantén la cabeza sobre los hombros", para mí aquellas palabras eran suficientes … A mis hijos también les recuerdo las mismas palabras que él me decía.

¿Qué sientes cuando oyes hablar de la violencia en las aulas?

Preocupación y tristeza, porque veo que se han partido los principios de autoridad y de respeto; para mí que he tenido que "lidiar" con clases de cuarenta incluso 42 alumnos, de trece o catorce años, no concibo que tales principios básicos para el correcto funcionamiento de una clase carezcan de validez y no te hablo de imponer un estilo cuartelero sino de una convivencia digamos "civilizada" en la que el respeto sea mutuo y el principio de autoridad sea el adecuado.

Estar ahí en una clase con más de cuarenta alumnos no debe ser fácil, en especial para que todos finalicen el curso en unos niveles de aprendizaje aceptables.

Por lo general en todas las clases hay el grupito selecto, el de los que trabajan y se esfuerzan para conseguir las mejores notas, también hay otro grupo que "ni fa ni deixa fer" y entre ambos la gran mayoría que, si sintonizas con ellos, consigues que la clase funcione correctamente y que al final las notas que obtienen sean aceptables; todo depende de la conexión que se establece entre profesor y alumnos que no siempre se da, ni siempre en los niveles deseados.

Los padres, ¿son responsables de cuanto acontece en torno a los problemas que genera la educación de sus hijos?

Sí, como lo es la propia sociedad; en cierta ocasión leí que un colega mío afirmaba que los alumnos son el reflejo de la sociedad y me sentí identificado con él y con sus palabras; si la sociedad es agresiva la juventud también lo será; ellos, los chavales copian el modelo que ven en los mayores y, desgraciadamente, la sociedad actual tiene muchas carencias que trasmite a los jóvenes.

Pero también es cierto que a los educadores, a los profesores o maestros, se les ha privado de un cierto grado de responsabilidad. ¿Estoy en lo cierto?

Sí; el profesorado debe tener plena libertad y sentirse arropado por toda la comunidad educativa; pero libertad consensuada y avalada por cada Consejo Escolar, pero sin que éste sea el director de escena, el que imponga el como y el cuando, esto corresponde al equipo directivo ya que ésta es su responsabilidad, la de enseñar y educar, por supuesto en libertad y respeto.

¿España va bien?

No; el Gobierno debe hacer algo y hacerlo con la máxima rapidez; si la situación actual requiere el tomar medidas impopulares debe hacerlo sin importarle que las consecuencias les aparten o no de su poltrona; para mí es fundamental gobernar para el presente pero con proyección de futuro, no hacerlo para cuatro años y de cara a la reelección; desgraciadamente no veo esta voluntad en el Gobierno de España que acomete cambios sin la suficiente entidad.

¿Palos de ciego?

En ocasiones pienso que sí, pero puede que sean tácticas al uso de la clase política.

La crítica, ¿también está en horas bajas?

Desde luego que sí y es algo fundamental porque la crítica, si eres capaz de asumirla, te ayuda a crecer y a mejorar.

El resultado de las elecciones autonómicas catalanas, ¿puede condicionar el futuro inmediato de España?

Posiblemente lo condicione pero muy relativamente; los unos dirán que cada elección es diferente y los otros apostarán por medidas más drásticas y urgentes.

¿Elecciones anticipadas?

Podría ser una solución que no hay que descartar, pero no creo que se produzcan porque los socialistas pretenderán agotar la legislatura.

Y Menorca, ¿cómo la ves?

Mal, muy mal; ni hay ideas ni soluciones novedosas; la situación económica es muy preocupante lo cual exige medidas adecuadas y con "pegada"; ni el problema de los nitratos puede solucionarse a costa de la ganadería y de los cultivos ni el vender directamente a los chinos nuestra bisutería es la solución, porque dentro de unos pocos años, los chinos ofrecerán el mismo producto más baratos que el nuestro, de ahí la necesidad de articular para Menorca un proyecto vanguardista y con futuro.

¿En qué fallamos?

En muchas cosas; en ocasiones pienso que estamos dilapidando la "herencia" que recibimos de nuestros mayores, algo que debería hacernos reflexionar y apostar por construir un presente pero sin hipotecar el futuro.

Me has dicho que la Administración debe estar …

Al servicio del ciudadano; también para controlar pero no para impedir desarrollar cualquier tipo de actividad capaz de generar riqueza, puesto de trabajo sin que por ello tengamos que agredir el medio ambiente.

Se habla mucho de crisis, pero ¿también la hay de valores?

Totalmente; hoy aquellos valores tradicionales, como el respeto pongamos por caso, han desaparecido, hoy, por lo general, no cedemos la acera a una persona mayor ni otras formas de urbanidad "tradicionales" están en uso pero esto sí, hoy nadie pide, todos exigen.

¿Te acuerdas de la visita de Ramón Tamames?

Como la de otros "invitados"; Rafael Timoner y un grupo de personas interesadas en el futuro de nuestro país, en los años de ebullición, organizaron varias conferencias políticas con personajes de distinta ideología, creo que Mateo Seguí también estaba metido en esta movida, y uno de los oradores fue un Tamames muy diferente al actual; por lo visto todos evolucionamos, todos vamos matizando nuestra forma de pensar y creer; será que es ley de vida.

¿Y ahora, qué le pides a la vida?

Poder ver, cada mañana, salir el sol.

Antonio Chamorro es una mezcla de inconformista y de idealista; para él su máxima ilusión consiste en dejar a las futuras generaciones, un mundo mejor, y que puedan, desde la libertad y el respeto, crear su "hoy" a su aire, a su estilo.