es mercadal. Los operarios trabajan a buen ritmo y en varias calles a la vez para cumplir los plazos - M.P.

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A pocas semanas de las fiestas navideñas y por tanto, en pleno período de ventas, el balance que hacen los negocios del centro de Es Mercadal no puede ser más negativo. La facturación media ha descendido hasta un 50 por ciento respecto al mismo período del año anterior.

Los comerciantes achacan estos malos resultados no sólo a la situación de crisis económica que sigue azotando la Isla sino también a las obras de rehabilitación de varias calles del casco antiguo que han coincidido con una época que debía contribuir a llenar las cajas registradoras. "En Es Mercadal somos muy comodones, la gente utiliza el coche incluso para ir a comprar el pan, por la que han buscado alternativas", asegura una comerciante del Carrer Nou. Otro propietario de un establecimiento añade que "por la mañana se ve a algún vecino que transita por la calle, pero por la tarde, está desierto, no se ve a nadie". Esta situación ha motivado que algunos negocios hayan decidido poner el cerrojo a su tienda en horario de tarde. Otro comerciante explica que al conocer la existencia de estas obras "temí que ocurriera lo que después ha pasado, por ello, compré menos mercancía de lo habitual". La responsable de otro negocio señala que "ni nos hemos planteado abrir durante el puente de la Constitución porque sabíamos que sería un fracaso". La dueña de un establecimiento explica que en años anteriores, "en estas fechas tenía el almacén lleno de paquetes que luego vienen a buscar, a día de hoy es ridículo lo que hay". A pesar de ello, tienen aún la esperanza de que las ventas se recuperen con las compras de última hora.

El caso de una vendedora de una tienda de ropa dista mucho de la tónica general percibida a pie de calle. Esgrime que "la temporada ha sido mejor que las pasadas" y en ningún momento ha notado que la ciudad esté en obras.

Respecto a la rehabilitación del centro, especialmente en relación a la peatonalización de la arteria principal, el Carrer Nou, vecinos y comerciantes son favorables a las obras de mejora, aunque discrepan sobre la decisión de restringir el tráfico y suprimir los 21 aparcamientos existentes hasta el momento. "La calle será más tranquila, por lo que el peatón gozará de mayor seguridad", explica una vecina, quien añade que "antes estabas sentado en la terraza de un bar y los coches te pasaban a un palmo". A ello se suma la opinión de los comerciantes, quienes creen que además de embellecer la ciudad, que lo valoran en positivo, hay que acercar al cliente facilitando el acceso hasta el negocio y "no poder aparcar en plena calle comercial es un error". Distinta es la opinión de otro comerciante al apuntar que "el cliente se acostumbrará y no dejará de venir siempre y cuando tenga alternativas donde poder aparcar". A su juicio, "hay que facilitar aparcamientos cercanos al centro de la ciudad y adecuar horarios de carga y descarga", indica, y añade que "saldremos beneficiados con la reforma, aunque ahora tengamos que sufrir las consecuencias".