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La vitrina donde guarda sus trofeos es impresionante, algo normal en un deportista que, como José María Anglada Capella, fue en su día, "crack" y número 1 del tenis menorquín. A finales de los años sesenta y hasta 1975 impuso su ley en las canchas insulares, cinco títulos de Campeón de Menorca lo confirman, aunque su palmarés va más allá. Pero vayamos por partes porque el historial del campeón menorquín es largo y fecundo.Yo también soy ex alumno de "Calós" -empieza diciendo- allí estudié y en su patio me inicié en el fútbol hasta que a los quince años cambié el balompié por el baloncesto; jugaba en el equipo salesiano, en los Boscos, del que pasé, al cumplir los 18 años, al Ciudadela, aquel legendario equipo en el que jugaban, entre otros, Castelló y Cortés, dos auténticas torres.

Y al tenis, ¿cuándo diste el salto?

Poco después, porque dadas mis condiciones físicas era un deporte muy idóneo para mí, aparqué el fútbol y el baloncesto y me dediqué al tenis y al billar.

De lo del billar carecía de toda información.

Pues sí, incluso me proclamé, en dos ocasiones campeón de Menorca a "tres bandas", superando en la final a Benito Nadal, posiblemente el mejor jugador de billar de la Isla.

Estamos hablando ¿de qué años?

De la década de los años 70, mis años dorados en esta especialidad deportiva en que disputé el campeonato de Balears pero con los mallorquines no pude, eran auténticos maestros.

En aquellos años y para un chaval joven, ¿cómo era la vida en Ciutadella?

Muy diferente a la actual; de trasnochar e ir a Baixamar , sobre todo para quienes nos dedicábamos al deporte, nada de nada; la nuestra era una vida más tranquila y con menos "salidas".

Me has dicho que elegiste el tenis porque se adaptaba más a tus características físicas, pero, ¿hubo algo más?

Sí y no, lo probé y me gustó y seguí en ello; además hay un "secreto", digámoslo así; mi padre, empresario cinematográfico, viajaba con bastante frecuencia a Barcelona para escoger las películas a proyectar en los cines del que él era el empresario y yo le acompañaba y por las mañanas, mientras él se dedicaba a visitar los almacenes de pieles, por su condición de representante de dicho material, yo iba a entrenar y lo hacía en las pistas del Club Barcino con Joaquín Mouré o con Joaquín Fernández en el C. T. La Salud y esto me daba cierta ventaja porque en aquellos años en Menorca no había ningún entrenador.

Me imagino que compartías trabajo con tus dos aficiones, tenis y billar.

Sí, entré a trabajar con mi padre para conocer a fondo el mundo empresarial y luego, en las horas libres, me dedicaba principalmente al tenis; recuerdo que en aquellos años cada miércoles bajábamos a Maó y a Alaior para visitar a los fabricantes de calzado; de Alaior eran visitas obligadas las fábricas de los señores Timoner y Juanico y la de los hermanos Carreras en Maó.

También recalabais en Es Castell, en Can Sastre.

Efectivamente, cada miércoles íbamos a comer a Can Sastre, donde su "mero con gambas" era exquisito; de aquellas comidas heredé mi afición por el mero que cocino con cierta frecuencia porque es un plato sumamente delicioso.

¿Cuántos cines regentabais?

Unos siete; en Mahón, el "Victoria" y el "Consey"; en Alaior, el "España", del que éramos propietarios; el Cine Familiar de Ferreries y los tres de aquí, de Ciutadella, es "Born", es "Casino Nou" y el de Sant Miquel; aquel era un mundo muy bonito, con un algo especial, no puedes imaginarte la cantidad de películas que veíamos en nuestros viajes a Barcelona, porque había que elegir las mejores porque este era nuestro trabajar, ofrecer buenas películas, objetivo que siempre perseguíamos.

Volvamos al tenis, del que afirmo fuiste un auténtico 'crack', de ahí que tu palmares sea impresionante. ¿Lo desmenuzamos?

Como quieras, aunque someramente; fui cinco veces campeón de Menorca, mi primer título lo conquisté en el año 68, luego repetí en el 70, el siguiente fue en el 71, el cuarto en el 73 y el que cerró el ciclo en el 75, títulos estos cinco en "single", ya que en dobles obtuve otros siete. En el año 72 conquisté el campeonato de Balears de tercera categoría y en absoluto el subcampeonato, Jaime Morey, un excelente jugador, me apeó del título; también conseguí tres "Raquetas de Plata", trofeo que se disputaba en las pistas del C.T. Mercadal, e infinidad de títulos y trofeos en campeonatos sociales.

Junto con Lluís Coll y algunos más, fundasteis en Club Tenis Ciutadella. ¿Fue como digo?

Sí, y Lluís Coll fue el primer presidente y yo estuve con él como vicepresidente; él se encargaba de la "mecánica financiera y social" del club y yo la parte deportiva; ocupé este cargo por espacio de 16 años; el nuevo club se fundó en 1974 y como recordarás antes jugábamos en las pistas del C. T. OAR.

Hay jugadores de tu época que dicen que eras "prácticamente invencible".

Digamos que ponía toda la carne en el asador y que era un rival difícil de vencer; José Barber, nuestro mutuo amigo, fue el único que lo logró, también Manolo Ferrer "Senyalet" lo consiguió, aunque en esta ocasión tuve que retirarme por lesión.

De los de mi zona, del Club Tenis Mahón, ¿a qué jugadores recuerdas?

A los dos ya mencionados, Barber y Ferrer, a Borja Carreras, a Nito Pons, a Carlos Thomás, a Jordi Sintes y algunos más; Pedro Luis Mercadal, un auténtico caballero donde los haya, no llegó a competir conmigo, pero le conocí como fundador del club mahonés y como tenista en activo.

Y a Orantes, ¿le ganaste?

No se presentó; él alegó una lesión pero yo digo, en plan de broma, que me tuvo miedo; lo cierto es que no llegamos a enfrentarnos.
De tu brillante palmarés te has olvidado de algo muy importante.

Pues sí, de que en el año 71 me concedieron la Medalla de Mejor Deportista de Ciutadella; algo que me llenó de satisfacción; medalla ésta que junto al título de Campeón de Balears de tercera categoría son los dos trofeos más estimados por mí, los dos representaron y representan mucho en mi carrera deportiva.

Carrera que cerraste relativamente joven.

Si, a los 30 años aunque seguí jugando en dobles e incluso en el año 82, teniendo a Genestar como pareja, ganamos el campeonato de veteranos del Club Tenis OAR; pero realmente ya llevo 17 años sin jugar, en el 93 "bajé definitivamente el telón" en lo que al tenis se refiere.

Al colgar la raqueta cubriste otra faceta. La de entrenador, de aquella etapa. ¿A qué "discípulos" recuerdas?

A todos, pero especialmente a Antoni Enrich, un ex primera nacional, a José Luis Genestar, entrenador profesional, a Nito Llorens, sin duda el mejor jugador menorquín de todos los tiempos, y a Joan Bosch, que fue el primer entrenador de Moyá.

¿Practicas actualmente alguna actividad deportiva?

Solo juego al billar, en Ferreries, en el bar "Vinpi", soy árbitro y practicante.

Referente al tenis, ¿a qué jugador admiraste?

Sobre todo a Manolo Santana y a toda la pléyade de jugadores míticos de aquellos años; el tenis que ellos practicaban era un tenis muy diferente al actual.

Antes de Nadal hubo un Moyá que precisamente acaba de retirarse. Defínelos.

Moyá era un jugador de muy buenos golpes y de buen estilo, pero frágil de carácter, cuando las cosas se torcían no sabía reaccionar; Nadal es diferente, nunca se da por vencido, pelea cada pelota, es una "roca" y su juego ha ido mejorando muy positivamente.

¿A quién elegirías como jugador más completo?

Al suizo Roger Federer, sin duda alguna es el más completo y con un estilo de juego muy elegante y golpes magistrales.

Otra faceta tuya poco conocida es la de cantante. ¿Entramos en ella?

Yo iba a clase de canto con don Gabriel Salord, el primer director de la Capella Davídica y comencé a cantar en dicha formación, tenía buena voz y condiciones; luego al ir a la "mili" conocí a Joan Pons al que induje a que se incorporase a la Davídica y así lo hizo, fue este el primer paso de su brillante carrera… Poco después, yo tenía solo 22 años de edad, el 17 de noviembre de 1967, debutamos con "Marina", Joan Pons, Magí Pons, la soprano Rosina Toledo y yo como tenor; luego, en el año 70, en el teatro de "Calós", también con Joan Pons, presentamos "La Tabernera del Puerto", y en el año 72 repetimos con la misma zarzuela; Joan Pons ya estaba en el Liceo; zarzuela que también presentamos en Alaior.

Sin embargo tú "perdiste", lo he entrecomillado, una oportunidad de oro. ¿Qué sucedió?

En 1970 y por mediación del empresario Pàmies se me presentó la oportunidad de realizar unas pruebas en el Liceu; Diego Monjo me indicó que preparase unas romanzas operísticas con Deseado Mercadal y así lo hice; la primera de ellas era de la ópera de Vincenzo Bellini, "I Puritani" y la otra el aria "Una vergine" de "La favorita", de Gaetano Donizetti pero dos días antes de la prueba mi padre me "cortó", me dijo que lo dejara y que siguiera en los negocios familiares y, así lo hice, aunque tomar dicha resolución me dolió enormemente.

Pero tuviste una segunda oportunidad. ¿Fue así?

Lo fue, en esta ocasión realicé una audición en el Conservatorio Municipal de Barcelona, ante Conchita Badía y Marcos Redondo, los dos me animaron e incluso querían que fuese a Italia, a estudiar pero seguí en casa, con mi trabajo y ligado a la Capella Davídica hasta que en el 79 lo dejé.

Lo que no has dejado es tu amistad con Joan Pons.

No, somos muy buenos amigos, incluso en cierta ocasión me recordó, poco antes de actuar en el Metropolitan de Nueva York, que de haber aprovechado aquella oportunidad tal vez estaríamos los dos en la misma cartelera, algo poco frecuente el que dos cantantes de la misma ciudad actúen juntos.

La vida tiene sus caprichos que son difíciles de evitar, tu vocación como cantante operístico no se consumó, pero tuviste otras alternativas y otras satisfacciones. El deporte como tal, ¿es una escuela de formación cívica?

Lo es y debería serlo todavía más; además, el deportista, como te he dicho, sabe que debe cuidarse al máximo, como también sabe que el deporte es competir pero no ir más allá de una sana rivalidad, lo cual le predispone para una vida social en convivencia y armonía.

La noticia más sonada en estos últimos días ha sido la operación "Galgo", en la que la atleta, Marta Domínguez, se ha visto involucrada. ¿Qué sientes al oír tales cosas?

Imagínatelo… En aquellos años no pensábamos para nada en el dopaje, era algo desconocido, ahora está en el orden del día y es lamentable; pero lo que me preocupa y siento profundamente, es que se lancen acusaciones a la brava, sin pensar en las consecuencias que ello comporta, porque si tales acusaciones no son ciertas, el "sambenito" endosado es de por vida.

Un último pase por el mundo del cine, ¿crees que en Ciutadella una oferta como OCIMAX tiene cabida?

Sin duda alguna, porque sería muy bien acogida y resultaría rentable; ten en cuenta que actualmente en Ciutadella solo funciona como cine el de "Calós" que no tiene las condiciones óptimas y exigibles para ofrecer cine de calidad; aquello es un teatro, con una pantalla pequeña no como son actualmente los "multicines" que ofrecen espacios adecuados y excelentes películas; aquí, un OCIMAX o algo similar tiene cabida y grandes posibilidades de éxito.

Veo que este mundo, el del cine, sigue atrayéndote.

Porque es un mundo "mágico", especial, lleno de vida y en el que me sumergí durante muchos años de mi vida.

Una pregunta que me he formulado infinidad de veces es la de conocer el motivo por el cual una persona popular como tú, nunca haya aparecido en ninguna lista electoral. ¿La política no te interesa o hay algo más?

Me interesa como a todos y no hay nada más; mi padre me decía que quienes tienen algún negocio de cara al público no debían estar en política, que una cosa no casa con la otra; además me he dado cuenta que mi carácter no va con la política, soy demasiado directo, poco diplomático.

Hoy por hoy, ¿cuáles son tus proyectos?

Viajar; a mi mujer y a mí viajar son gusta muchísimo y lo "practicamos"; luego, estar con los míos y ejercer de abuelo.

¿Salvaremos la crisis?

Sí, pero con muchas dificultades porque tiene unas connotaciones muy especiales; para mí lo fundamental es articular un proyecto que genere confianza, que ilusione y las aguas vuelvan a su cauce.

¿Menorca tiene futuro?

Lo tiene muy crudo; Menorca debe "rearmarse" y reforzar su turismo dado que las otras fuentes de riqueza están en horas bajas; sinceramente pienso que las cosas se estabilizarán, pero nunca volverá aquel esplendor de antaño.

Son otros tiempos y otras prioridades.

Puede que sí pero hay que diseñar un futuro con garantías y apostar todos por él.

Y a la vida, ¿qué le pides?

Salud y que todos vivamos confortablemente.

Hay quienes afirman que la mejor apuesta es "vivir y dejar vivir", máxima que José M. Anglada, deportista de élite y con otras connotaciones positivas, ha hecho propia.