en marcha. Ya se ve maquinaria en una parcela donde hasta ahora sólo había expectativas - Javier

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De un tiempo a esta parte cuando se anunciaba un proyecto cuya ejecución efectiva parecía lejana en el tiempo (por su complejidad, coste o apariencia de bulo mediático), o cuando la puesta en marcha de una iniciativa se empezaba a dilatar meses y meses con excusas burocrático-perezosas por parte de la administración pública, la comparación salía casi de forma automática: "Esto es como el ascensor del puerto".

El elevador que debe conectar el puerto de Maó con el Passeig Marítim se había convertido en un referente, una leyenda, en el icono de todos aquellos proyectos anunciados y nunca ejecutados en la ciudad (como la segunda piscina pública, la reforma de los cuarteles de Santiago, el desarrollo de la Colàrsega, el colegio del Camí d'en Guixó, la rehabilitación de la Sala Augusta...). Pero la leyenda ha llegado a su fin. El martes comenzaron tímidamente las obras de acondicionamiento del acantilado en la parcela que acogerá el ascensor, paso previo necesario para instalar la máquina cuyo objetivo es acercar el puerto y la ciudad.

La espera se ha hecho larga, y ha sido larga. El convenio madre de toda la iniciativa se firmó en 1999 y en 2002 el alcalde Arturo Bagur anunció que las obras empezarían ese mismo año. Desde entonces han pasado nueve fiestas de la Mare de Déu de Gràcia, nueve días de la Constitución, nueve fines de año. Toda una década dando vueltas al asunto.

Ahora, el inicio de las obras supone la apertura de un nuevo plazo, el relativo a la finalización de las obras. Según una nota emitida ayer por el Ayuntamiento de Maó el tiempo previsto para la ejecución de los trabajos es aproximadamente de cuatro meses, para que esté listo antes del verano. Y añade el comunicado: "De esta manera se cumplirá con el plazo fijado de disponer del ascensor a comienzos de 2011". Hombre, pues no. Éste era uno de los muchos plazos ofrecidos y, además, en ningún caso se dispondrá del elevador a comienzos de este año. Será, si todo va bien, a mediados.

Consolidación
El Consistorio informa que el martes se procedió a la entrada de máquinas y acumulación de materiales en el solar en cuestión, ubicado en el Moll de Llevant y ayer se empezó a avanzar con el desbroce del cantil. La primera fase consiste en consolidar el acantilado para acto seguido colocar el ascensor, cuyo diseño aún se desconoce para recelo de alguno de los implicados (o damnificados) en el proyecto, como es el empresario que cedió la parcela. El presupuesto total de la obra asciende a 500.000 euros.

Las obras han empezado y la leyenda se ha acabado. Habrá que buscar otro referente.