Vacío. A la cantidad de carteles de ‘se alquila’ o ‘se vende’ hay que sumar los diferentes edificios abandonados y en estado ruinoso que afean la imagen del puerto de Maó - Paco Sturla

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"El puerto ya no es lo que era", "están dejando que se muera", "jamás se ha visto tanto se vende o se alquila"...

Son algunas de las impresiones que comentan los ciudadanos cuando se les pregunta por la situación del puerto de Maó en la actualidad.

Solo en la zona del Fonduco, ya hay tres viviendas en venta y una en alquiler, sin contar con los edificios de Rocamar en estado ruinoso.

En el resto del puerto, se contabilizan unas diez casas en alquiler y trece en venta; mientras que, en lo que a locales comerciales se refiere, hay nueve para alquilar y siete que buscan comprador, dejando a un lado los diversos edificios abandonados que invitan a ser rehabilitados.

Hay numerosos negocios que han tenido que cerrar sus puertas. De hecho, la cifra roza los diez establecimientos.

Mientras que una treintena de tiendas, restaurantes y demás empresas tratan de continuar con su actividad durante todo el año, existe una veintena que debe cerrar durante los meses de invierno, y en algunos casos, en septiembre.

Federico Cardona, presidente de la Asociación de Artesanos y Restauradores del Puerto de Maó, asegura que desde la agrupación se están haciendo verdaderos esfuerzos para mejorar la actual situación. "Está claro que el puerto está yendo hacia abajo. Conozco este lugar desde hace más de 60 años. Lo vi cuando no era nada, cuando subió y funcionaba, y ahora que cae en picado".

Cardona afirma que las iniciativas que se están planteando ayudarán a que la zona recobre vida. "El ascensor del Club Marítimo será bueno porque permitirá que mucha gente baje más cómodamente. También queremos ampliar las aceras desde el Club hasta la Costa Corea, y realizar más actividades en los meses de verano".

El presidente apunta que ahora hay más aparcamientos, punto clave para que el puerto funcione. "Creemos que el Ayuntamiento se está portando bien porque accede a todo lo que pedimos, lo que pasa es que va muy lento. Opino que el puerto está como está por la crisis y porque había demasiados bares y restaurantes. Todos no han podido sobrevivir".

Aún así, Cardona afirma que el Consistorio no organiza actividades que inciten a los ciudadanos a bajar al puerto. "Entiendo que no se pueden hacer grandes obras porque no hay caja. Además, el alquiler de los locales es muy caro y solo son tres meses de trabajo. Pero creo que deberían organizarse eventos gastronómicos o subvencionar que se puedan montar diferentes actividades. Tenemos al puerto infravalorado".

Precisamente, el alto precio que se pide por los locales es una de las razones por las que la zona de ocio nocturno prácticamente ha desaparecido.

En opinión de la presidenta de la Associació Port Sostenible, Eva Amada Sintes, ésta es una cuestión clave. "Creo que no toda la culpa la tiene la Administración, todos somos responsables. Hay tanta casa y local cerrado porque los propietarios piden precios desorbitados para la mala época en la que estamos. Hay que apostar por montar nuevos negocios pero de forma más asequible, y un tipo de comercio más diverso y con más servicios".

Sintes explica que tampoco existe una idea colectiva que tenga claro en qué dirección avanzar. "Las actividades que normalmente se organizan en el puerto proceden de las asociaciones, no del Ayuntamiento. Es un espacio desaprovechado".

Para incentivar la vida económica del puerto, la presidenta de la asociación hace hincapié en que hay que mentalizarse para ofrecer mejores servicios. "Por poner un ejemplo, ¿alguien se explica que en un lugar donde se reciben yates y demás embarcaciones no haya ni una sola lavandería?".

Por último, Sintes apuesta por aprovechar el patrimonio histórico con el que cuenta el puerto de Maó, en su opinión, "con mucho que ofrecer y del que poco conocen los turistas".