RIPOLL. Vive junto a su marido y su hijo en una zona residencial llamada Cocotal - m

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Fue una de las primeras auxiliares de policía que controlaban los parquímetros y regulaban el tráfico en Maó hasta que decidió continuar con sus estudios y se trasladó a Madrid. Magda Ripoll Coll (Maó, 1969) se decantó por las Relaciones Públicas aunque un trabajo de verano en Viajes Barceló la arrastró hasta el mundo del sector turístico, al que todavía se dedica hoy en día.

La menorquina trabajó como representante y jefa de guías para Barceló y posteriormente para Iberojet durante doce años hasta que fue nombrada subdirectora del touroperador español en Menorca.

Fue a principios de 2010 cuando le ofrecieron la oportunidad de trasladarse a República Dominicana y, tras consultarlo con su pareja, Ripoll aceptó la oferta. La menorquina llegó a Punta Cana en el mes de mayo junto con su marido y su hijo, de apenas un año.

Nació en Menorca pero vivió en Barcelona hasta los 12 años, cuando regresó a la Isla...
Sí. Nací en Maó aunque mis padres vivían en Barcelona. Mis abuelos paternos vivían medio año en Menorca y el otro medio en Barcelona mientras que mis abuelos maternos eran de Alaior. Mi padre venía a veranear a la Isla y así conoció a mi madre. Se casaron muy jóvenes y, aunque fijaron su residencia en la Ciudad Condal, mi madre quiso que yo naciera en Menorca, donde estaba toda su familia. No obstante, cuando yo tenía 12 años mi familia decidió instalarse en la Isla.

Mucha gente todavía la recuerda luciendo el uniforme de auxiliar de Policía, ¿no es así?
Sí. !Incluso muchos me siguen llamando "Marga poli"! A los 18 años empecé a trabajar como auxiliar de Policía, fui una de las primeras chicas que se paseaban por Maó controlando los parquímetros y regulando el tráfico. Un año y medio después decidí que quería estudiar y lo dejé aunque el trabajo me gustaba mucho. Si hubiera empezado con más edad seguramente ahora todavía sería policía.

¿Fue entonces cuando se marchó de Menorca?
Sí. Me fui a Madrid donde estudié Relaciones Públicas en el centro de estudios Formatick Center. Después me fui durante cuatro meses a Inglaterra, concretamente a Bournemouth. Allí hice un curso intensivo de inglés para directivos y mientras tanto me alojé en casa de un matrimonio mayor. De todas maneras no era la primera vez que estaba en Inglaterra ya que de muy jovencita también estuve en Leeds algunos meses como au-pair.

¿Volvía a la Isla en verano como el resto de estudiantes?
Sí, en verano regresaba a Menorca y cuando tenía 20 años empecé a trabajar como representante en Viajes Barceló durante la temporada turística. Esa fue mi perdición...

¿A qué se refiere?
En un primer momento solo trabajaba cuando venía a la Isla de vacaciones pero cuando acabé los estudios me propusieron continuar durante todo el año. Finalmente estuve doce años trabajando como representante y como jefe de guías para Barceló y después para Iberojet. Hay que remarcar que lo mío no es vocacional. Soy una persona que vive del turismo a la cual no le gusta viajar

¿En qué consistía su trabajo en Viajes Barceló?
Mi labor como representante era asistir a los turistas desde su llegada al Aeropuerto hasta el día de su marcha, lo que incluía los traslados, las excursiones y todo aquello necesario para que disfrutaran de sus vacaciones según lo contratado. Posteriormente, me ascendieron a jefe de guías, cuya labor consiste en controlar que todos los servicios contratados por los turistas funcionen a la perfección. Un cliente es responsabilidad de la compañía desde que sale de su casa en su lugar de origen hasta que regresa al aeropuerto de su ciudad de nuevo. Así, hay que organizar el vuelo, contratar el hotel, las excursiones, el coche de alquiler, etcétera.

Su carrera en el sector turístico continuó progresando en Iberojet...
Sí. Empecé a trabajar para el touroperador español en el año 2001 y llegué a ser subdirectora de Iberojet en Menorca. Cuando el grupo Orizonia se hizo cargo de la empresa conseguí promocionarme.

Hasta llegar a República Dominicana...
Sí. Soy subdirectora de la empresa de gestión de destinos Smilo en República Dominicana. Llegué aquí tras superar unas pruebas de selección a través de las que la empresa buscaba a nuevos directivos. Primero tuve que realizar una entrevista en Menorca y posteriormente me citaron en la central, junto a los 4.200 empleados de la compañía escogidos. Pasamos por más entrevistas y tests hasta que me plantearon la posibilidad de trasladarme a República Dominicana.

¿Cómo reaccionó ante esta proposición?
Los primero que hice fue consultarlo con mi novio, Pedro Marín. Él es de Llucmaçanes y trabajaba como jefe de recambios en Astoria Menorca, toda la vida ha sido mecánico. Además, es bajista y siempre ha tocado en alguna orquesta. En este punto me gustaría recalcar que mi marido no es Juanes, tal y como se publicó en el diario "Menorca" la pasada semana por equivocación. En resumen, entre los dos decidimos que sería una buena oportunidad y acepté. Cuando se lo anunciamos a la familia y a los amigos todos se quedaron en estado de shock y yo incluso empecé a fumar otra vez.

¿Cuándo se trasladaron?
Llegamos a República Dominicana el 10 de mayo. Además, Pedro y yo nos casamos tan solo diez días antes de irnos.

¿Por qué tanta prisa?
Pensamos que era lo mejor por el hecho de trasladarnos a un país extranjero con nuestro hijo, que entonces tenía poco más de un año. Cuando mi marido y mi hijo llegaron al país, quince días después de mí, a Pedro le hicieron infinidad de preguntas en la aduana.
Les extrañaba que un hombre solo viajara con un bebé

¿Qué impresión le causó el país en un primer momento?
Afortunadamente, la primera impresión fue muy buena. Me sentí enseguida como en casa aunque es algo difícil de explicar porque República Dominicana no tiene nada que ver con España. No obstante, me sentí muy bien aquí desde el principio y me animó sobre todo que mi hijo, Pepe, estuviera muy contento. Hay que decir que Pepe empezó a hablar aquí y, como no podía, ser de otra manera habla con acento dominicano.

Parece que se adaptaron con facilidad...
Sí. En relación al idioma, nos entendemos más o menos. La verdad es que me hace mucha gracia cuando los dominicanos hablan entre ellos. Es difícil entenderlos porque mezclan el español con el americano. Eso sí, sus costumbres chocan bastante con las nuestras.

¿En qué sentido?
Por poner un ejemplo, los dominicanos terminan de comer y enseguida se levantan de la mesa. La sobremesa no existe para ellos En relación con la gastronomía, en vez de pan utilizan el arroz blanco. Si comen carne guisada, la acompañan con arroz blanco con habichuelas; si comen pescado con salsa, lo acompañan también de arroz blanco con habichuelas. ¡Todo lo acompañan con arroz banco con habichuelas! Además, beben muchísimos "jugos", lo que nosotros podemos conocer como zumos. Otra curiosidad es que son muy pocos los dominicanos que fumen y, para ellos, los españoles somos fumadores empedernidos.

¿Han hecho amistades con facilidad?
Sí, la verdad es que no fue muy difícil. Nada más llegar me encontré con una chica de Cáceres que ya conocía y a medida que pasaron los días me fui encontrando con un montón de españoles. Además, gracias a mi trabajo he tenido la oportunidad de conocer a dominicanos y entablar amistad con ellos y he de decir que son unas personas muy interesantes y amables.

¿Con qué se ha encontrado en República Dominicana a nivel laboral?
Estoy aquí para formarme como directora, he entrado en el plan de formación y quiero aprovechar esta oportunidad al máximo. Hoy por hoy, mi trabajo consiste en dar apoyo al director de la delegación y me estoy centrando sobre todo en el equipo de ventas.

¿En qué zona del país viven?
Vivimos en Punta Cana, en una zona residencial llamada Cocotal. Aquí hay guardas de seguridad cargados con fusiles cada 200 metros, es un lugar extremadamente protegido, como si fuera un complejo hotelero.

¿Y eso por qué?
Aunque dicen que República Dominicana es el país más seguro de Latinoamérica, existen algunos problemas de inseguridad. Entre otros motivos, hay mucha inmigración de Haití y hay que tener en cuenta que Punta Cana nació a raíz de la creación de los complejos hoteleros. De todos modos, nosotros nunca hemos tenido ningún problema con nadie sino todo lo contrario. La gente aquí es muy respetuosa y muy agradable.

¿Qué espera de esta "aventura" al otro lado del Atlántico?
Espero ascender en mi trabajo y aprender lo máximo. A nivel más personal quiero disfrutar de mi familia. La verdad es que el clima aquí es fantástico para vivir con un bebé. Disfrutas más del sol y puedes estar más al aire libre. Además, te puedes bañar todo el año y pasear con una buena temperatura. En República Dominicana estamos muy bien y tenemos la oportunidad de estar más tiempo juntos, es otro ritmo para mí.

¿Durante cuánto tiempo permanecerán en la República Dominicana?
No sé cuanto tiempo estaremos aquí. Creo que lo van a decidir por mí, según las necesidades de la empresa. No me preocupa demasiado porque mis necesidades personales en República Dominicana están más que cubiertas.

¿Qué es lo que más añora de Menorca?
Además de mi familia y mis amigos, echo en falta los paisajes de la Isla, así como la luz del puerto de Maó y el sol de invierno en Menorca.

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