CALA FIGUERA. Suárez considera que la viabilidad del club pasa por gestionar los amarres de la zona - Archivo

TW
0

La operación Mar Blau, en la que están imputados el presidente de Autoridad Portuaria de Balears (APB), Francesc Triay; su antecesor, Joan Verger, y el director de los puertos del Estado del ente, Ángel Matías, podría haber enfriado las relaciones entre el Club Marítimo de Mahón y APB.

Al parecer Autoridad Portuaria habría presionado al Marítimo para que intercediera en la retirada de la denuncia por vía penal interpuesta en octubre de 2008 por un socio del Club contra Verger y Matías por un presunto delito de coacciones, tal y como señalaron ayer a este periódico fuentes de la junta directiva de la entidad deportiva.

Sin embargo, las mismas fuentes dejaron claro que el Club Marítimo no es responsable directo de este proceso legal y, por tanto, poco puede hacer para frenar el procedimiento. "Aunque el proceso está relacionado con la pérdida de la concesión de los amarres, la demanda fue interpuesta por un socio particular", recalcaron.

Además, incidieron en que, aunque el socio en cuestión accediera a retirar la demanda, el procedimiento tampoco tendría marcha atrás al haber intervenido la Fiscalía Anticorrupción. "No se puede parar la maquinaria", apostillaron.

Más moderado fue el presidente del Club Marítimo, Nemesio Suárez, quien avanzó que la entidad está trabajando a día de hoy para suavizar las relaciones con Autoridad Portuaria. No obstante, reconoció que "damos un paso hacia adelante y otro para atrás y, por el momento, no hay nada de nada".

La entidad mahonesa tiene la vista puesta en la gestión de los amarres de Cala Figuera. En este sentido, Suárez hizo hincapié en la necesidad de que el Club disponga a medio plazo de una lámina de agua que permita desarrollar su actividad deportiva y náutica. "En caso contrario, el Marítimo dejará de ser viable", lamentó el presidente, quien indicó que la entidad "sigue viva" por el momento gracias a su patrimonio ya que actualmente no dispone de ingresos.

Por ello, insistió en que el futuro del Club pasa por convertirse en el futuro concesionario de Cala Figuera aunque admitió que para lograrlo "hay que concitar muchos intereses".

CONTENCIOSO
Las negociaciones entre Autoridad Portuaria y el Club Marítimo se ven ensombrecidas por el recurso contencioso-administrativo interpuesto por la entidad deportiva al considerar que la gestión de los amarres del Moll de LLevant se había adjudicado a Trapsa Yates de forma irregular.

La posibilidad de retirar este contencioso con el objetivo de apaciguar los ánimos del ente público se ha planteado entre los miembros de la junta directiva del Marítimo aunque, al parecer, hay diversidad de opiniones. El presidente se mostró de acuerdo con esta opción siempre que haya un acercamiento entre las partes. "Como en toda negociación, tendremos que poner algo de nuestra parte", sentenció Suárez.

Esta cuestión todavía no se ha puesto sobre la mesa de manera oficial, señalaron fuentes de la junta directiva quienes advirtieron de que, en el caso de someterse a votación en asamblea, contaría con pocos apoyos por parte de los socios del club.

Nemesio Suárez no se rinde
Nemesio Suárez lo tiene claro: "Seguiré insistiendo, aunque me digan que no". El presidente del Club Marítimo no se plantea tirar la toalla a pesar de las dificultades y se mantiene firme en su compromiso de limar las diferencias existentes entre la entidad y Autoridad Portuaria. "Estamos condenados a entendernos", matizó Suárez. Los esfuerzos se centran en mejorar las relaciones con el ente con el objetivo de llegar a un entendimiento que permita alcanzar consensos. En este sentido, el presidente se muestra optimista. "La situación actual de la entidad es tan kafkiana que no podemos permitirnos durante más tiempo ser el único club marítimo de Balears que no dispone de lámina de agua", puntualizó.