Carbonero. El conseller, en su visita a Ciutadella del pasado día 26 de enero - Archivo

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Jaume Carbonero visitó Ciutadella diez días atrás pensando que llevaba bajo el brazo una noticia que sería del agrado del municipio. Anunció que en Sant Joan el puerto interior estaría reordenado, con 106 nuevos amarres y una redistribución de las embarcaciones. El presidente de Ports de les Illes Balears y conseller de Obras Públicas no esperaba las críticas a su proyecto. Le acusaron de no consultarlo con las entidades ni con los partidos, y de perseguir intereses electoralistas por prometer algo que semanas antes había asegurado que no era posible. Ahora, Carbonero ha cambiado los tempos del proyecto, y ya no asegura que la reordenación esté lista por Sant Joan. Todo depende de si se llega a un acuerdo con entidades y partidos en una reunión que se celebrará el 17 de febrero. En la sala de la Conselleria de Obras Públicas conocida como La Bombonera, Carbonero habla con calma de uno de los temas, el puerto de Ciutadella, que más quebraderos de cabeza le ha traído desde que asumió sus competencias tras la salida de Unió Mallorquina del Govern balear. Para él, asegura, era una prioridad tener acabado el dique exterior.

Desde su visita le han llovido las críticas acusándole de no consensuar el proyecto y de ir con prisas. ¿Se han cometido errores?

En la vida todo se puede mejorar. Hubo reuniones previas a la presentación de la propuesta, puesto que así lo pedí personalmente, para negociar y consensuar las modificaciones que se tenían que hacer a un proyecto que, cabe recordarlo, ya estaba aprobado en el año 2007 junto con el dique exterior y Cala en Busquets. A nosotros nos tocaba tramitar el proyecto ejecutivo, y antes de iniciar las obras quisimos mantener unas reuniones para detectar si había algo a cambiar, y se llegó a un acuerdo.

Si el proyecto estaba aprobado y usted dice que había un acuerdo, ¿qué ha fallado para que muchas entidades y partidos como el PP digan que no había consenso y no conocían el proyecto?

Se olvidan muy fácilmente los proyectos aprobados con anterioridad y los consensos. El puerto que quería el PP no era éste, pero sobre el proyecto básico hubo consenso con ellos. Nosotros entendemos la situación actual como una oportunidad, no como un problema. Los barcos de pasajeros desaparecerán en breve del puerto interior de Ciutadella, y esto es una oportunidad. Nuestra urgencia está en el dique exterior. En lo demás, si la gente quiere, podemos hacer que por Sant Joan una parte de la reordenación esté en marcha, pero esto es un deseo, no una promesa ni una decisión. Si se quiere discutir el tema más tiempo, se puede seguir haciendo. Con este tema no iré con prisas, pero sí quiero dejar constancia de que ahora mismo la oportunidad existe. Más adelante yo no sé si existirá ni si habrá dinero.

Entonces, ¿cuál es su plan de acción?

Recogeremos todas las sugerencias que nos han llegado, las estudiaremos y después, el 17 de febrero, nos reuniremos con las entidades y partidos políticos para intentar llegar a un acuerdo.

¿Entiendo así que se retardará la reordenación del puerto interior, y lo de que estaría lista por Sant Joan ya no vale?

Todo lo que sea discutir posibilidades, al final se traduce en un retraso. Si no hubieran habido alegaciones y ahora pudiésemos aprobar ya el proyecto ejecutivo, los plazos serían otros. Habrá que ver si en la reunión con entidades y partidos nos ponemos de acuerdo, porque por ejemplo algunas de las alegaciones piden que se habiliten amarres para embarcaciones de mayor eslora, cuando siempre se ha dicho que el puerto debe atender la demanda de la gente de Ciutadella. Es imposible tenerlo todo, y algún día alguien tiene que tomar una decisión. Ya pasó con el dique exterior. Tras la reunión de 17 de febrero, el equipo directivo de Ports tomará una decisión sobre el proyecto y sus condiciones.

¿Sigue manteniendo así que la reordenación del puerto interior de Ciutadella estará a punto para Sant Joan?

Ahora no puedo contestar esta pregunta. Lo haré el día 18 de febrero, tras la reunión.

Alguno dijeron que el anuncio que hizo usted en Menorca, y que ahora no sabe si será posible o no, era una táctica electoralista.

Repito que en lo que yo tengo prisa es en materializar el dique exterior y en ese tema asumí un compromiso. En cambio, con la reordenación interior yo no he asumido ningún tipo de compromiso. Simplemente me pareció bien, porque lo creí posible, que por Sant Joan no se repitieran los atascos que se producen en el puerto por la gran cantidad de embarcaciones que llegan. Me parecía que si teníamos capacidad, estaría bien solucionar este tema. Pero repito, yo no tengo prisa.

Pasemos al dique exterior. Su presupuesto inicial eran 50 millones de euros, y ya casi vamos por los cien sin que ningún político diga nada.

Esta es la infraestructura más potente que se ha hecho en Menorca en muchos años, y es relativamente normal que genere unos costes no previstos en el proyecto inicial. Todo lo que se ha invertido es porque se ha ejecutado. Se han añadido dos cajones, se han proyectado una estación marítima y un vial de acceso que no estaban previstos... El coste final está perfectamente justificado.

¿El proyecto inicial del dique que adjudicó Matas no era realista?

Era un proyecto hecho con desgana, porque la opción del PP era otra. Los 50 millones no bastaban para hacer un puerto operativo, seguro y que diera respuesta a los problemas actuales y futuros de Ciutadella. Si se hubiera hecho el dique exterior en Sa Farola y con él un macropuerto, estaríamos hablando ahora de muchísimo más dinero y otros plazos de ejecución.

Ustedes se han cansado de decir que en esta legislatura no había dinero, pero en cambio el dique ha podido doblar su presupuesto sin oposición...

Esta obra no se ha hecho en detrimento de otras que también fueran necesarias. Ha sido una inversión muy potente, cierto, pero más contenida de las previsiones que nos encontramos, con una estación marítima que, por ejemplo, costaba 18 millones de euros. Hemos recortado todo lo que hemos podido, y nuestra consigna era ahorrar lo máximo posible pero planificando una infraestructura útil para los próximos cien años como mínimo. Costará lo que costará, pero había que hacerlo bien.

Cierto que se han seguido haciendo otras obras importantes en Menorca, pero los 50 millones de euros que se han añadido al dique hubieran podido servir para atender otros proyectos...

Lo que hemos invertido es lo que ha costado el proyecto. El primero que hubiera querido tener estos 50 millones para otros proyectos no solo en Menorca, sino en toda la comunidad, era el Govern balear. Hemos apostado fuerte por Menorca, y por ejemplo prioridades básicas como solucionar las autovías de Eivissa no se han podido atender hasta final de la legislatura porque no teníamos dinero para ello y sí en cambio lo teníamos para el puerto, porque era nuestra prioridad y nuestro compromiso. Le puedo asegurar que a alguien del propio Govern le ha quemado mucho destinar dinero a Menorca en vez de a otros asuntos.

El martes se reunieron con las navieras para hablar sobre el dique exterior. ¿Cómo fue?

La reunión fue positiva, pero puso sobre la mesa un tema delicado. Cuanto más se ve que el puerto de Ciutadella será operativo, más se presenta el problema del equilibrio con Maó. Pero nuestra competencia es el puerto de Ciutadella, que será el mayor de los de titularidad autonómica, y tenemos que hacerlo lo mejor posible. Vimos mucho interés por parte de las navieras en relación al nuevo puerto.

Incluso hay interés de navieras que ahora no operan en el puerto de Ciutadella.

Así es, y esto justifica la inversión, que hay que recordar que será amortizada en poco espacio de tiempo, quizás quince o veinte años. A partir de entonces, el puerto generará unos ingresos muy importantes. Las navieras también ven con buenos ojos el nuevo puerto, son optimistas.

Habla usted del equilibrio entre el puerto de Maó y el nuevo dique de Ciutadella. Algunos temen que el crecimiento de uno vaya en detrimento del otro.

Maó es un puerto de titularidad estatal hasta que no se desafecte, y por tanto es competencia del Estado. Desde el punto de vista de tránsito de pasajeros, Ciutadella puede competir con Maó, porque las distancias con la Península son diferentes. Mallorca se comunicará con Menorca a través del puerto de Ciutadella, y seguramente también lo hará el resto de la Península. Es una cuestión que no se puede forzar en lo que se refiere al tránsito de pasajeros en barcos de eslora relativamente pequeña, pero el puerto de Ciutadella no podrá competir con el de Maó en el tránsito de cruceros...

De momento.

Sí, de momento, pero también en el futuro. Entrar en barco en el puerto de Maó es difícilmente sustituible, y muchos de los cruceristas desean llegar a un puerto, y entrar en el de Maó es un tema de viajero ilustrado. Este atractivo es incomparable. Además, en el puerto de Maó habrá un área técnica que tramita con dificultades Autoritat Portuària para mantenimiento de embarcaciones que no tendrá el puerto de Ciutadella, y que será muy difícil que tenga. Lo que no podía ser es que hiciéramos mal el puerto de Ciutadella para no hacer la competencia al de Maó. Nosotros haremos bien el de Ciutadella, y espero que Autoritat Portuària haga lo mismo en Maó...

Precisamente usted ha dicho antes que el puerto de Maó era estatal hasta que no se desafectara. ¿Tiene intención de pedirlo?

No hay intención, sino una resolución parlamentaria aprobada por unanimidad. Sea Puertos del Estado o Ports de les Illes Balears, estoy seguro que seguirán apostando de manera decidida por la viabilidad del puerto de Maó.