Por piezas. Díaz Vico se plantea ahora desmontar el aparato y llevárselo a Barcelona en barco - Archivo

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"La incompetencia de las autoridades de seguridad aérea, tanto nacionales como en la oficina de Palma, me obligan a llevarme el negocio fuera de España", declaró ayer Josep Lluís Díaz Vico, el propietario del hidroavión que el pasado verano amerizó en aguas de Menorca y fue inmovilizado tras dirigirse a la playa de Punta Prima.

Desde el 19 de junio de 2010 el empresario afirma haber vivido una pesadilla burocrática de la que todavía no ha despertado, ya que ahora, una vez entregada la documentación requerida por la Dirección de Aviación Civil y la Oficina de Seguridad en Vuelo de Palma, el avión sigue en Maó y con el certificado de aeronavegabilidad caducado, debido a la lentitud del procedimiento administrativo abierto.

"Al parecer no hay ninguna persona de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea que sepa lo que hay que hacer con mi caso, yo entregué toda la documentación que me exigían dos meses antes de que caducara el certificado de aeronavegabilidad, el pasado 31 de diciembre", aseguró ayer Díaz Vico, indignado ante el último requerimiento de las autoridades aéreas: la firma de un representante de la Federación de Aviación norteamericana (Federal Aviation Administration), ya que el aparato es estadounidense, para que, una vez renovado el certificado, éste obtenga un permiso puntual para despegar de la Isla. Una autorización que debería contar asimismo con la autorización de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) en Madrid.

Todo ello mediante un desembolso económico que, afirmó el empresario, supera ya sus posibilidades, ya que al mismo tiempo negocia el pago de las sanciones impuestas, que suman una multa de 130.000 euros.

La otra opción para sacar el hidroavión de Menorca, que actualmente se encuentra en terrenos de la empresa náutica Pedro's Boats Centre en la Colàrsega del puerto de Maó, es demontarlo y transportar las piezas vía marítima. "De ese modo me dicen que me lo lleve cuando quiera pero nadie se hace cargo de las pérdidas que todo esto me ha ocasionado", lamentó Díaz Vico, quien se mostró decepcionado con el trato que reciben nuevas iniciativas empresariales como la suya.

"Tendré que reinventarme el negocio, si consigo llevarme el avión, y realizarlo entre Ampuria Brava y Cerdeña, en Alguer, la costa Esmeralda y una serie de islas pequeñas que hay allí, desde luego intentaré no pasar por Menorca o hacerlo solo para repostar", manifestó el empresario leridano, al tiempo que culpó a AESA y a la Oficina de Seguridad en Vuelo de Palma del retraso burocrático que le ha impedido llevarse el hidroavión de Menorca durante casi ocho meses.

"Por eso en España no salimos adelante, aquí cualquier funcionario te arruina", afirmó, sin conocer aún si será posible desmontar el aparato y transportarlo en barco hasta Barcelona.

"En Estados Unidos por unos 1.800 euros lo desmontaron, empaquetaron y transportaron, 300 kilómetros por carretera y 20 días de navegación, y llegó a España impoluto", comentó el empresario, aún sin conocer cuánto se tendrá que gastar para recuperar el avión que, por ahora, sigue inmovilizado en Menorca.