gabriel moreno. El pasado noviembre se incorporó al hospital - Gemma Andreu

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Con veinte años de experiencia a sus espaldas, Gabriel Moreno Pons (Maó, 1960) asumió el pasado enero la dirección del departamento de Pediatría del Hospital Mateu Orfila y la responsabilidad de su reestructuración, con dos objetivos prioritarios: aumentar el número de profesionales en el servicio y ofrecer en Menorca especialidades pediátricas que eviten a los niños y a sus familias los desplazamientos al hospital de referencia de Son Espases, en Palma.

Poco acostumbrado todavía a atender a los medios, Moreno aparece ante todo como un hombre tranquilo, uno de esos médicos que sabe transmitir la calma necesaria en momentos de preocupación por un pequeño enfermo. No en vano, admite, "la ansiedad familiar siempre ha sido un motivo de ingreso hospitalario" de los niños.

Y es que, como él bien sabe, después de haber reconocido a miles de pacientes a lo largo de su carrera profesional –y de haber explicado otras miles de veces a sus padres cómo cursa una infección vírica–, los infantes "vienen sin manual de instrucciones" y los sentimientos de los progenitores también entran en juego en la atención pediátrica.

Se pasa a la sanidad pública después de años ejerciendo en la privada, ¿le otorga eso una visión diferente de cómo debe ser la atención pediátrica?
Me da la ventaja de que ya no empiezo con ataduras, hay cosas que a veces se dan por hechas y cuando uno llega nuevo, las cuestiona un poco más. Pero la verdad es que lo que se ha hecho hasta ahora en el hospital, con dos pediatras, es de alabar, y actualmente la prestación está bien cubierta. Y en cuanto a la Atención Primaria, cuando yo empecé había dos pediatras en Maó y otros dos en Ciutadella, con horario ambulatorio, es decir dos horas al día, y ahora hay once especialistas a tiempo completo en los centros de salud.

¿Ha mejorado la educación sanitaria de la población?
Sí, mucho. Hace veinte años los padres pedían antibióticos para una gripe. Y esa labor de educación se ha realizado en gran parte en los centros de salud, donde se realiza el seguimiento del niño sano y los médicos intentan anticiparse a los problemas. Esa mejora de la atención pediátrica en la red de Primaria, y el mayor nivel de conocimiento sanitario de la gente, es decir, que las familias sepan manejar mejor una enfermedad, ha influido en el descenso de las hospitalizaciones infantiles.

¿Esa disminución de ingresos es la tendencia general?
Sí, en todos los hospitales, excepto en los neonatos, que va en aumento y salen más adelante que antes. Este tipo de ingresos han aumentado, pero en Pediatría general la tendencia es a disminuir.

¿Está bien preparado el 'Mateu Orfila' para atender los casos de los recién nacidos?
Sí, el equipamiento es muy bueno y no hay problemas para esa asistencia, es la misma que en el resto de los hospitales comarcales de Balears. Atendemos a prematuros de 34 semanas, los de menos, si se puede prever el traslado, se atienden en Palma. También el servicio de avión ambulancia ha mejorado mucho, ya que viene un especialista de la UCI neonatal de Son Espases para transportar al recién nacido si es necesario.

Uno de los objetivos del Área de Salud es consolidar un equipo de siete pediatras, ¿cree que será posible conseguirlo?
Ahora ya somos cinco y está a punto de sumarse el sexto, aunque esperamos llegar a siete. El equipo está formado por los doctores Manuel Martínez, Pablo Riberi, Máximo Gavilán, Estela Farias y yo mismo, además de este otro médico que está en disposición de incorporarse el mes próximo. La idea es que cada pediatra se dedique a un área, una especialidad, porque el pediatra de antes que sabía de todo ya es imposible en los hospitales de hoy día. Con esto lo que se evita es que muchísimos niños que se están yendo a visitar a Palma puedan hacerlo aquí.

¿Qué especialidades pediátricas se podrán ofrecer en la consultas externas del hospital?
Ya hemos abierto la consulta especializada de neumología, digestivo y neonatología. Según nuestras primeras estimaciones, de forma inminente unos 50 niños que tendrían que trasladarse a consultas a Son Espases ya serán atendidos aquí, y serán muchos más.

¿Cómo será el reparto de dichas áreas en el nuevo equipo?
Yo mismo me encargaré de neumología y alergias y el doctor Riberi se encargará de digestivo y neonatología. Poco a poco iremos abriendo otras, endocrino la cogeré yo ahora pronto, y luego, si los médicos que se incorporan tienen una estabilidad en la Isla y no se van, irán cogiendo nefrología y neurología, que serán las dos siguientes especialidades que se abrirán.

¿La Pediatría se ve afectada por la carencia de médicos como otras especialidades?
Sí, es una especialidad muy reclamada y faltan pediatras en todos sitios. Hay muchas plazas vacías en Mallorca, ahora mismo se ha ido un pediatra de Inca, y también buscan a alguien. Para Menorca es difícil, hemos contactado con pediatras de la Isla, de Palma, de Barcelona, y lo que funciona para venir aquí es la bolsa de trabajo de la Sociedad Española de Pediatría. A medida que se desarrollen las especialidades también veremos las necesidades reales de la población, pero lo ideal son seis o siete pediatras. Hay que ir abriendo las especialidades poco a poco, como han hecho en los hospitales de Inca y Manacor, a medida que han ido aumentando la plantilla.

¿Está previsto dotar a los centros de salud de médicos pediatras de urgencias?
De momento con el aumento de plantilla en el hospital se da mucho más apoyo a las urgencias, algo que no se podría hacer si la plantilla fuera corta y los pediatras aquí no dieran abasto. Si sigue creciendo y hay estabilidad se podrían hacer guardias de presencia física en el futuro, ahora la plantilla todavía no da para eso, y si se ponen las guardias es para no volver atrás. Ahora lo que sí se está haciendo es dar mucho más apoyo.

¿Han cambiado las enfermedades que se detectan en los niños?
De forma intuitiva, porque ahora no dispongo de cifras, sí se puede decir que han aumentado las alergias y los problemas respiratorios como el asma y han disminuido mucho las deshidrataciones, y esto último es por el mejor manejo de la enfermedad por los padres. Hay también más problemas de obesidad e hipercolesterolemia y también se realizan más estudios de niños de talla baja; antes eso era una fatalidad y ahora hay muchos niños que mejoran con tratamiento. En neurología también hay más consultas sobre el Trastorno por Déficit de Atención (TDA) o hiperactividad. En general, todas las especialidades de Pediatría han avanzado mucho.

¿Personalmente, qué le produce más satisfacción en su trabajo diario y qué es lo más difícil?
Cambia mucho de la Atención Primaria a la hospitalaria. En una consulta lo que da más satisfacción es la confianza de la gente, es como meterte en la familia. En una clínica o en un hospital es sacar adelante a un niño que está mal. Aquí en Menorca lo más dramático siempre son los prematuros, que necesitan ventilación mecánica, y más hace años, cuando tenías que ir en el avión sin separarte del recién nacido durante las dos horas largas hasta que llegabas a Palma, porque antes no venía un pediatra de la UCI, sino un médico general.