Fábrica. En la jornada de ayer solo pudieron operar algunas máquinas por falta de materias primas - Archivo

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La consellera de Turismo y Trabajo, Joana Barceló, aseguró ayer que su departamento trabaja en coordinación con el comité de empresa de Quesería Menorquina y los administradores de la fábrica para que la planta mahonesa pueda retomar la producción, primer paso imprescindible para evitar la quiebra de la empresa. Después, dijo, habrá que poner sobre la mesa un plan de viabilidad a medio plazo de acuerdo con proveedores y acreedores.

Barceló reiteró en el pleno del Parlament que Quesería Menorquina, "es una empresa viable" y que se encuentra "en peligro por falta de financiación y por culpa de la mala gestión de la dirección". La consellera eludió dar más detalles sobre estas gestiones, que confió den frutos "en los próximos días o las próximas semanas". De hecho, el pasado lunes mantuvo una reunión en Madrid con responsables del Gobierno central y a la que también asistió la consellera insular de Economía y Medio Ambiente, Antònia Allès, con el fin de desbloquear la falta de actividad de la fábrica.

Barceló respondió así a una pregunta realizada por el diputado popular y candidato a la presidencia del Consell, Santiago Tadeo, quien expresó su respaldo a las gestiones que se realizan para salvar la empresa en quiebra y subrayó las graves consecuencias que tendría el cierre de la fábrica para la ganadería menorquina. En este sentido, hizo referencia a las declaraciones realizadas un día antes por las organizaciones agrarias de la Isla que denunciaron que en 2010 cerraron siete "llocs" por falta de rentabilidad. Afirmaciones que Allès refutó prácticamente a la misma hora en una rueda de prensa en Menorca.

"El Consell no tiene conocimiento de que el año pasado haya cerrado ninguna finca", remarcó. "Sí tiene constancia de que algunas fincas han reorientado o reconvertido su producción; han dejado de producir leche o cuajada para hacer carne o queso", agregó.

De cien fincas a solo doce

La consellera aseguró que esta dinámica reconversora de algunas fincas se produce desde 2003 gracias a las políticas del Consell que han favorecido la diversificación del campo, incentivando las marcas de calidad como la indicación geográfica y de denominación de origen e incrementando las ayudas a través del contrato agrario reserva de la biosfera. Todo ello, aseveró, ha permitido a su vez disminuir el número de "llocs" dependientes de la antigua fábrica de El Caserío.

Así, del centenar de fincas que suministraban cuajada a la fábrica en 2003, en la actualidad apenas superan la docena en momentos puntuales (en total son 17). La consellera afirmó que en lugar de poner palos en las ruedas es momento de sumar con propuestas conjuntas y afirmó que desde hace tiempo el Consell trabaja de forma coordinada con el Govern y los trabajadores de Quesería Menorquina para que la fábrica no cierre "porque es viable" y así se ha hecho saber a las organizaciones agrarias.

"La deuda de la empresa es pequeña en comparación con la que tienen otras sociedades del grupo y es así porque desde hace meses la administración ha presionado para que se pague a trabajadores y llocs", resaltó Allés, quien desde la prudencia se mostró esperanzada en una pronta solución "es una de las pocas e empresas que espero se puedan salvar", agregó.

La consellera defendió igualmente con vehemencia la labor desarrollada en los últimos años por COINGA en respuesta a las criticas lanzadas por las organizaciones agrarias. Allès recordó que la cooperativa siempre ha respondido positivamente cuando ha sido necesaria su intervención para absorber la producción del sector lácteo que ha visto obligado a reconvertirse.