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Autoficha
Me llamo Eduardo Rico Sánchez. Nací en Maó pero a los cuatro años años me fui a vivir a Santander. No obstante, siempre he tenido una relación muy especial con la Isla. Actualmente vivo en Madrid y soy profesor de Eduación Física. Esta tarde presento en el Ateneu mi libro de relatos, "La vida en cartón piedra".

¿Qué se va encontrar el lector en "La vida en cartón piedra"?
Es un libro para leerlo más de una vez. En la primera lectura hay que encontrar unas cosas, y en la segunda, encontrar otras distintas. Hay que buscarle tres pies al gato.

¿Le hace especial ilusión presentar su obra en Menorca?
Sí, yo nací aquí, y la idea de presentarlo en la Isla me pareció estupenda. De hecho, si me hubieran dado a escoger un lugar para presentarlo hubiera escogido Menorca.

¿Hay influencias menorquinas en este libro?
No hay nada exclusivamente menorquín. Pero últimamente he estado releyéndolo y he sacado conclusiones que no tenía previsto sacar. Ahora sé que este libro es mediterráneo. Se ve en mi forma de escribir, en los contenidos. En el libro hay muchos elementos relacionados con la cultura mediterránea. Un escandinavo no podría haber escrito esto, me imagino.

Empezó a escribir desde muy joven. Pero nunca lo vio como su profesión, ¿no es así?
He escrito siempre, desde que tenía 14 años. Junto al primer cigarro y la primera novia, escribí el primer poema. Cuando eres joven piensas que ese es tu camino. Después te vas dando cuenta de que no es tan fácil. Hubo una ocasión en que me dieron un premio, saqué un libro de poemas y me tranquilicé. Luego seguí escribiendo sin mucha pretensión hasta que he visto que las cosas que hago podrían merecer la pena.

¿Qué diferencias existen entre aquellos primeros escritos y los actuales?
Al principio son poemas juveniles, a lo mejor con mucho encanto personal y mucho trasfondo pero más simples, más sencillos. Hay cosas que tacharía o no sacaría nunca pero no las tiraría porque tienen un significado personal.

¿Escribe para los demás o para sí mismo?
Cuando escribo, escribo lo que me apetece a mí. A veces eso se puede enseñar y otras no. Pero una vez que sale de mí para mostrarlo a otro, cada uno es libre de interpretar lo que quiera. Pero no escribo para los demás.