FUENTES. Destaca los logros conseguidos con el hallazgo del archivo - ARCHIVO

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"Hay quienes imaginan el olvido como un depósito desierto, una cosecha de la nada y sin embargo el olvido está lleno de memorias". Estas palabras fueron pronunciadas por el escritor y poeta Mario Benedetti y, sin duda, no hay más que mirar los ojos del guatemalteco Alberto Fuentes para descifrar que gracias a la memoria histórica se va por el camino de ganar la batalla al olvido.

Fuentes pertenece al equipo directivo del Archivo de la Policía Nacional guatemalteca. Ayer ofreció en el Ayuntamiento de Maó una conferencia sobre la violación de los derechos humanos organizada por Paz con Dignidad.

La guerra de Guatemala duró 36 años y se cobró más de 200.000 vidas y 45.000 desaparecidos. Las matanzas cometidas por el Ejército y la Policía Nacional han sido consideradas como un auténtico genocidio contra las organizaciones de izquierdas y las comunidades indígenas.

Una historia marcada por la dureza de un genocidio pero que, gracias a un gran hallazgo, se han podido esclarecer las actuaciones de la Policía y el Ejército durante los años de conflicto.

La Comisión para el Esclarecimiento Histórico pidió al Gobierno de Guatemala en 1997 el acceso al archivo. El Gobierno afirmó que dicho archivo no existía. Ocho años después, en 2005, se produce una explosión del polvorín de una instalación militar. A consecuencia de ello, vecinos del lugar donde fue ubicado el archivo histórico presentaron una denuncia diciendo que también había un depósito de explosivos. En la inspección, quien encabezaba la delegación vio una cantidad muy grande de paquetes de documentos y preguntó a la oficial por ellos. Ella respondió sin más que era el Archivo Histórico.

¿Y el Gobierno cómo reaccionó?
La reacción fue la de restar importancia a lo que habíamos encontrado. Dijo que encontraríamos basura y papeles viejos, porque esta ha sido la cultura del Estado de Guatemala en el manejo de sus archivos, son basura y papeles viejos y hay que arrinconarlos para que no estorben. En Guatemala hemos perdido gran parte de nuestra historia porque no ha existido la cultura de cuidarlos.

Un archivo que atesora 80 millones de documentos que retratan una cruel parte de la historia con secuestros, torturas, violaciones.
Hay que puntualizar que el archivo histórico no contiene ni un solo documento donde los jefes hayan ordenado ni firmado ningún secuestro ni tortura. Pero tenemos la suerte que la Policía registró detalladamente lo que hacía y en estos documentos están las pruebas. La investigación de los documentos ha permitido determinar patrones de actuación, cadenas de mando y evolución de la estructura de la Policía.

¿Qué pautas de actuación se han podido determinar?
Entre muchas otras que el Estado decidió no identificar los cuerpos tirados porque mostraban evidencias claras de torturas y porque de esta manera evitaban la reacción de los familiares, las organizaciones y la comunidad internacional. Su pauta de actuación era la de recoger los cuerpos y enterrarlos sin nombre. Luego abrían las fosas comunes para trasladar los restos de las personas sin identificación. En Guatemala nos quitaron el derecho a la vida pero también el derecho a la muerte.

¿Los guatemaltecos se han interesado por la información recogida en el archivo?
En 2009 el archivo se abrió al público. A finales de febrero de 2011 lo habían consultado 953 familiares de víctimas y recibió 1.257 requerimientos de información por parte de instituciones que ejecutan justicia, además de 61 investigaciones académicas. Respecto a la sociedad en general, poco a poco va creciendo el interés pero la población aún tiene miedo. Un logro importantísimo para nosotros es que recientemente se celebró el primer juicio en el que se han aceptado documentos del archivo como pruebas. Por tanto, el archivo en sí empieza a ser una herramienta para la Justicia.

¿Diría por tanto que se ha ganado la batalla al olvido?
Aún no se ha ganado pero estamos luchando para conseguirlo.

Guatemala alberga una historia de película y, en película se ha convertido, ¿verdad?
El film "La Isla" ha conseguido grandes logros. Por un lado, evidenciar cómo funcionó la maquinaria del terror, la responsabilidad de Estados Unidos, el Ejército y la oligarquía ante el conflicto y finalmente tomar conciencia de la necesidad de conocer la verdad, reconstruir la memoria del pueblo y hacer justicia.