Vermell. Atado a un árbol con todos los pertrechos esperaba mientras su dueño realizaba una gestión - Cris

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¿Se ha anticipado Sant Joan? ¿Alguien rueda un spot publicitario o una película por los alrededores? ¿Es un personaje de otro tiempo? Un caballo atado a un árbol en Sa Contramurada provocó más de una pregunta entre los viandantes que aprovechaban la bondad de la tarde para dar un paseo por Ciutadella.

La respuesta a tan inesperado ocupante de la vía pública -en zona azul y sin tique- no era otra que la particular aventura que Ramón Saumell y su caballo "Vermell" viven estos días en la Isla. "Estoy probando por libre el Camí de Cavalls, empecé el sábado y tengo previsto acabar este viernes", explicaba Saumell.

El jinete se encontraba en el centro de la ciudad para resolver un problema de telefonía -uno es práctico pero la comunicación es lo que tiene- y se encontró con la curiosidad de quienes paseaban, entre ellos, el presidente Marc Pons y el conseller de ordenación del territorio, Joan Marquès, que no dudaron en departir un rato con él, y con algún que otro atrevido que fotografió con su móvil la singular estampa.

"El camino es precioso, hay que felicitar la iniciativa y el esfuerzo de la gente que se ha currado señalizar todo el camino", alababa Saumell, un experto en rutas a caballo, vinculado a la Associació de Marxes a Cavall de Catalunya, para quien la ruta menorquina puede ser un importante reclamo en Francia, Alemania y Holanda donde existe gran afición.

Saumell, no obstante, apuntaba que falta mejorar algunos detalles "como alguna entrada, la falta de señalización en las urbanizaciones o la dificultad que pueden tener caballos grandes en superar algunas "tanques" o la concepción estrecha del camino, que lo hace muy técnico".

En cuanto al avituallamiento, la cosa no es complicada para alguien como él. "Voy por libre, he dormido una noche en un hotel rural, en Biniatram, donde además "Vermell" ha estado de lujo, otra en un pajar y otra he hecho pernocta. Para el caballo encuentro agua en los pozos de los pastores, para mí es más difícil", explica sin perder la sonrisa, con la satisfacción de quien se puede permitir el lujo de recorrer la Isla a lomos de "Vermell".