Las obras del vial de acceso al Cós Nou se retrasan hasta 2012

El Consell, como administración competente en materia de carreteras, ha incluido en su proyecto la modificación de dos tramos de la carretera de La Mola y la institución insular negocia con APB cuál de las dos administraciones deberá asumir el coste. Una de estas correcciones es la eliminación de un peligroso cambio de rasante junto a la futura rotonda que se construirá en esta vía y en la que desembocará el tráfico que acceda o salga del vial que conducirá a la futura estación marítima.

La otra modificación que afecta a un tramo de 250 metros consiste en la corrección de una curva peligrosa y excesivamente cerrada situada junto a las inmediaciones de la central térmica, con el fin de adecuarla a las características del tráfico y los vehículos pesados que deberán circular por esta vía.

Modificación y coste
El conseller de Movilidad explica que el coste añadido por las correcciones planteadas en la carretera de La Mola, será compensado con el ahorro que se producirá en el proyecto del vial de acceso al Cós Nou planteado por el Consell, de menor impacto ambiental que el planteado en un principio por APB. Asegura que la original cuantía presupuestada de tres millones de euros para construir el vial, será prácticamente la misma inclusive con la nueva adaptación de la carretera de La Mola.

Damià Borràs explica al respecto que el vial propuesto por el Consell reduce el movimiento de tierras en la zona, lo que representa un importante ahorro económico, también elimina el tercer carril diseñado en su día por APB, desaparece un tramo de acera y suaviza la pendiente. "La carretera está más integrada en el paisaje, el impacto visual es menor y es menos ancha", explica.

El nuevo trazado ha sido ya dado a conocer a la asociación de vecinos de Cala Llonga, al GOB, al Ayuntamiento de Maó y a la Autoridad Portuaria. El conseller de Movilidad destaca que el eje del nuevo vial coincide con el eje del antiguo camino marcado en esta zona por el Plan Territorial Insular (PTI) de 2003, por tanto apenas penetra en zona protegida. Una vez que exista el consenso buscado para su ejecución, el Consell deberá iniciar el farragoso trámite administrativo que implica la aprobación del proyecto, su exposición pública, la resolución de las alegaciones obligado paso por la Comisión Balear de Medio Ambiente, y su definitiva aprobación que previsiblemente se producirá el próximo invierno.