Antonio García González - Elena

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Autoficha
Me llamo Antonio García González, soy de Valencia y tengo 62 años recién cumplidos. Llegué a Menorca en 1986, estoy casado y tengo un hijo de 35 años. He trabajado en la fabricación de automóviles y, en los últimos 18 años, me he dedicado a la hostelería. Soy miembro y voluntario de Amics de l´Illa de l'Hospital y me gusta ir a la Isla del Rey cada día a ver qué puedo hacer. También me encanta el fútbol, caminar, buscar espárragos, cocinar y leer.

¿Qué le trajo a Menorca?

Nos instalamos aquí por cuestiones de trabajo en 1986 aunque veníamos muy a menudo de vacaciones hace 45 años porque un familiar tenía una caseta al otro lado de la Isla del Rey, en Punta d'en Gallerut. Cuando vine me quedé sorprendido, me encantó toda la zona.

Le tuvo que gustar porque hace ya años que forma parte de Amics de l'Illa de l'Hospital y trabaja allí de voluntario...

Sí. Todo ocurrió porque un vecino mío de Cala Llonga de toda la vida conocía a Luis Alejandre. Me apunté enseguida y puse a disposición mi barca. Empecé limpiando desde la entrada del muelle y formé la primera pared seca que se ve. Cogí mucha afición, allí me siento como en casa y formamos un gran equipo.

Dice que le llaman "el jefe de las lagartijas". ¿Eso a qué viene?

Fue porque un día, descansando tras trabajar desbrozando, me senté en un borde a comerme un bocadillo y, de repente, me vi rodeado de lagartijas mirando y sin asustarse. Les tiré pan y después vi que se resguardaban en unas rocas. Decidí hacerles un refugio con los restos de un pino que podé hacía poco. Les he puesto unas maderas a las que les da el sol y por las mañanas las puedes ver ahí tranquilamente, como si fuese su solárium.

¿Qué otras acciones ha llevado a cabo?

Estoy muy contento porque trabajé en el camino perimetral de la Isla, el antiguo, con máquinas y a mano. Ha quedado precioso. Me gusta ir casi todas las mañanas un ratito a ver qué puedo hacer.

¿Qué espera de la Isla del Rey?

Me gusta en lo que se está convirtiendo. Lo que me atrajo a la hora de colaborar fue el objetivo que se marcó: que fuese un lugar público y de los menorquines. Ahora estamos muy entusiasmados con la celebración del tercer centenario y hay muchos eventos programados para lo que queda de mayo y el mes de junio. Precisamente, me estoy encargando de realizar un pedestal con piedra antigua para una estatua que nos mandarán desde Inglaterra y que se inaugurará a finales del mes que viene. Para mí, es todo un orgullo poder participar en estos proyectos.