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Que el PSM, a pesar de la incorporación de Tòfol Mus Reynés, haya desaparecido de la escena política mahonesa, al igual que la Esquerra de Menorca-Esquerra Unida, liderada por el "incombustible" Mateu Llabrés, era previsible, porque los vientos que soplaban eran favorables al "voto útil", incluso había quienes, desde posicionamientos conservadores, propugnaban votar al PSOE para evitar que, una vez más, los dos partidos minoritarios fuesen determinantes a la hora de constituir el nuevo consistorio y se erigieran, de nuevo, en estrategas de la política municipal.

Su obstinado rechazo a la construcción de un parking en "Es Freginal", punto neurálgico de la ciudad, con varias posibles entradas y salidas peatonales en el mismo centro de Maó, permitiendo con ello un cómodo acceso al mismo tanto para los residentes de la zona como para los turistas y visitantes, en un intento por devolver al centro histórico el tradicional esplendor de antaño, creó un clima de rechazo en su contra por la sencilla razón de que un parking subterráneo es compatible con otras propuestas adicionales, incluso una mejora sustancial del parque del que nadie quiere prescindir; otro de sus "pecados" fue su propuesta de ciudad, que en algunos aspectos prácticos, como es el uso razonable del automóvil, pero que en su concepción global no comparto porque la ciudad debe estar concebida para uso y disfrute de todos los ciudadanos y sin departamentos estancos; sin embargo el tema más "caliente" radicaba en el apartado de las dedicaciones exclusivas, peaje abusivo si tenemos en cuenta el porcentaje de votos obtenidos por cada formación, el 8,94% PSM-Verds y el 6,48% EM-EU; tres dedicaciones exclusivas constituyen una "cuota" demasiado alta, incluso excesiva. En el equipo de gobierno socialista salido de las urnas en 1999, integrado por 12 concejales, solo había 4, las de los tenientes de Alcalde, Francisco Fernández Terrés, Ernest Ribalaiga Briones y Margarita Petrus Meliá y la del alcalde, Arturo Bagur Mercadal

Sea por las razones que sean, las señaladas u otras, lo cierto es que la voluntad del electorado ha sido rotunda, nítida, como lo ha sido en anteriores ocasiones … rechazo total.

Pocas alegrías para un PSOE en horas bajas; en Es Mercadal, Francesc Ametller consolida su proyecto tras haber sido la lista más votada y haber obtenido 5 concejales, uno más que el PP que ha duplicado su representación lo que en parte ha representado el retroceso de l'Entesa; el cara o cruz de Es Migjorn se decantó por el lado socialista, resultado ajustado, solo 83 votos de diferencia entre una y otra formación pero previsible por todo lo acontecido a lo largo de la "legislatura" finiquitada.

Dentro de la "maraña" popular, formada por 6 municipios "azules", el centro de Menorca integrado por Es Mercadal y Es Migjorn se ha vestido de "rojo", que es el mejor "colorido" porque ha sido el elegido por el electorado de la isla; situación ésta no esperada ni mucho menos deseada por el PSOE que con estos dos "bastiones" ha maquillado un resultado que pudo ser todavía peor; de escándalo o por goleada.

Unió Menorquina, el partido liderado por Irene Coll Florit, seguirá estando en el candelero, gracias a los dos concejales obtenidos en Es Castell y uno en Ferreries; mi apuesta en ambos casilleros es que UME se decantará por el PP, por haber sido la lista más votada en los dos municipios, con amplia mayoría en el primero (rozó la mayoría absoluta) y solo por 24 votos en el segundo. Además la composición del nuevo mapa político insular diseñado tras estas elecciones, será determinante y harán que las negociaciones que han de cerrar los pactos no sean excesivamente "duras"; la "pareja de baile" ha sido designada, solo falta confirmar si la elección es la previsible.

El futuro alcalde de Sant Lluís accederá a la alcaldía por la puerta grande; el vuelco histórico, fruto de la mayoría absoluta del PP y el descalabro del PSOE y del PSM-Verds que han perdido un concejal cada uno de ellos, ha confirmado las expectativas de cambio que revoloteaban sobre el "feudo" de Llorenç Carretero; alternancia que el voto del pueblo ha ratificado, tal vez porque el Sant Lluís actual quiere recuperar las raíces y las formas centristas.

"Vuelco histórico" era la frase que más se oía el "día después" en toda la isla; para muchos el día "D" de un futuro en clave popular y de cambio, prácticamente idéntico al que en 1982 protagonizó Felipe González, un líder carismático donde los haya y una referencia histórica para el PSOE, incluso para la España democrática que él ayudó a construir y a consolidar.