Marc Pons habla abiertamente de los malos resultados del 22-M y de su responsabilidad - Gemma Andreu

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Por cuestiones de agenda, Marc Pons nos concede esta entrevista en Es Migjorn Gran, entre una reunión en el Consell y una comida con unos jubilados en Sant Tomàs. Antes de la charla, nos dice sonriendo que casualmente, nos hemos citado en el único municipio menorquín donde su partido, el PSOE, consiguió la mayoría absoluta en las elecciones del pasado domingo. En esos comicios, los socialistas perdieron el Govern balear, el Consell y se quedaron con solo dos ayuntamientos en la Isla, Es Migjorn y Es Mercadal, a la espera de lo que pueda pasar con los pactos en Ferreries y Es Castell. Marc Pons pasó de seis a cuatro consellers en el Consell, la candidatura que lideraba. Tras el primer análisis realizado el pasado jueves en la ejecutiva insular del partido, el ahora presidente en funciones y secretario general del PSOE menorquín reflexiona más profundamente –incluso a nivel europeo– sobre el antes y el después del 22-M.

Una semana atrás, el pasado sábado, estábamos en jornada de reflexión (la entrevista se hizo ayer). ¿Cuál eran sus sensaciones?
Tenía la ilusión de que podríamos seguir ejerciendo el gobierno.

¿A pesar de lo que auguraban las encuestas?
A pesar de que las encuestas eran adversas, sí. Cuando te presentas, lo haces desde la convicción de que puedes obtener los mejores resultados. Sabíamos todas las adversidades a las que teníamos que hacer frente, pero cuando te dispones a jugar un partido, lo haces buscando el mejor resultado.

Ese partido del que habla se disputó el pasado domingo en las urnas, y ustedes no salieron muy bien parados...
El PSOE perdió claramente las elecciones, somos perfectamente conscientes de ello. No hay otro análisis posible.

Perdieron, cierto, pero con una gran diferencia en relación al ganador, el PP. ¿Se esperaba una derrota tan abultada?
Evidentemente no son los resultados que esperábamos.

¿Y qué ha pasado para que se produzcan?
Estos resultados se han producido en Menorca, en Balears y también a nivel nacional. La crisis económica ha tenido mucho que ver, y la componente nacional también nos ha afectado, aunque no ha sido lo único. Nos equivocaríamos si solamente hiciéramos este análisis. Nosotros no hemos podido dar todas las respuestas que esperaban y nos pedían los ciudadanos a la crisis más fuerte de los últimos ochenta años. Hemos trabajado mucho y hemos hecho muchas cosas, pero no hemos dado a los ciudadanos lo que esperaban de los socialistas a todos los niveles. Pero nuestro análisis no tiene que quedar aquí. Quiero escuchar a toda la militancia, y cada agrupación convocará asambleas la próxima semana para conocer sus opiniones, y el lunes siguiente nos sentaremos con todo el comité insular para escuchar y reflexionar.

En sus análisis, han dicho ustedes que han fallado en el mensaje. ¿Puede concretar si ha fallado la transmisión de este mensaje o el propio contenido del mensaje?
Las dos cosas. Tenemos una partitura, pero con la crisis económica, esta partitura debe cambiarse. Estamos en un cambio de ciclo, incluso diría que estamos en el inicio de una época. Nos encontramos ante unos cambios que se producen a una velocidad tremenda. Los socialistas a nivel europeo debemos buscar una respuesta general de principios a unos problemas que afectan a las personas más desvalidas.

Sorprende que la izquierda, que siempre ha presumido de defender a las personas, ahora tenga que repensar su discurso para volver a prestar atención precisamente a las personas...
Hay que tener en cuenta a las personas, pero también al conjunto de la economía. Vivimos en un mundo en el que la economía y la información están globalizados, y con una gran capacidad de influencia de éstos frente a unos estados y unos poderes que son territoriales. El poder de los primeros frente a los segundos provoca disfunciones como, por ejemplo, que caigan países enteros como Grecia, Portugal o Irlanda. La correlación de fuerzas no está suficientemente equilibrada.

Seguramente tiene razón, pero este es el escenario para todas las formaciones políticas, no solo para los socialistas. ¿Por qué a algunos les pasa factura y a otros no?
Porque el capitalismo es el planteamiento de la derecha. En estos momentos, de todos modos, quien gobierna sufre el desgaste de la crisis. En Francia, Sarkozy, con planteamientos de derecha, está perdiendo terreno. En Alemania, Merkel ha restado apoyo. Las instituciones tienen herramientas limitadas en un espacio físico en un momento en que los movimientos de capital son globales. Quien puede combinar el desgaste del gobierno con la idea de cambio, lo tiene más fácil.

Estas elecciones eran más fáciles para la oposición que para los partidos del gobierno, entonces.
En cualquier gobierno de Europa ha sido así, y en Menorca también.

¿Qué parte de responsabilidad tiene Marc Pons en el mal resultado del PSOE de Menorca en estas elecciones?
Soy el responsable último de estos resultados, y no quiero eludir esta responsabilidad. Por eso, en la ejecutiva insular del partido explicábamos el pasado jueves que asumíamos estos resultados. ¿Qué debemos hacer ahora? Las decisiones que tengamos que tomar pasan primero por escuchar a nuestra militancia. Si no lo hiciéramos, nos equivocaríamos. En momentos complicados, las decisiones no deben tomarse en caliente. Hay que coger un mínimo de perspectiva y distancia. Por eso quiero escuchar a la gente, y ya lo estoy haciendo, para también favorecer el debate interno en el seno del partido.

Desde el pasado domingo, ¿se ha planteado usted en algún momento abandonar?
Hay que estar a las duras y a las maduras. Durante los últimos diez años he dedicado muchas horas a trabajar en lo que creo, y siempre lo he hecho desde la responsabilidad de gobierno. No soy de los que se esconden bajo la mesa en los malos momentos. No es mi manera de hacer, y ahora que los ciudadanos han decidido que lidere la oposición, no adoptaré la decisión fácil de irme a casa. Mi responsabilidad es asumir el liderazgo de la oposición, y también asumir el papel que la militancia crea oportuno. La ejecutiva insular del PSOE concluyó que no eran las personas las que habían provocado este resultado en las urnas, sino que han sido otras cuestiones que debemos abordar.

¿Y las mismas personas que han defendido unas ideas hasta ahora en el PSOE, pueden cambiar el rumbo del partido si éste decide modificar su hoja de ruta?
Lo primero es hacer el análisis de la situación y no hacerlo solamente a nivel de ejecutiva del partido. La militancia debe opinar, y su opinión es importantísima.

¿Entonces la militancia puede precipitar cambios en el seno del PSOE insular?
A mí me gusta escuchar a la gente, y quiero hacerlo. La decisión final dependerá de varios factores, y el peso de la militancia es fundamental. El pasado jueves iniciábamos un análisis que debe continuar. Insisto, las decisiones no deben tomarse en caliente.

¿Pero usted seguirá al frente del partido?
Lideraré la oposición en el Consell, puesto que casi 10.000 personas han depositado la confianza en nuestro partido. Y a la vez, escucharé a la militancia para analizar la situación del partido.

¿Depende entonces de la militancia que usted siga como secretario general?
Dependerá de una componenda de factores.

Se lo pregunto de otra manera. ¿Está sobre la mesa un debate sobre si usted debe seguir o no al frente del PSOE de Menorca?
No, no es un tema que esté sobre la mesa actualmente. Ahora bien, esto no significa que en cualquier momento pueda sacarse a debate este tema. Yo no impediré que si alguien lo cree oportuno, ponga sobre la mesa mi continuidad. Ahora mismo, yo me debo a un partido y a unas personas, a las que quiero escuchar.

A nivel autonómico también se habla de la continuidad o no de los líderes del partido. ¿Cree usted que Antich dimitirá?
Creo que él mismo no ha tomado aún la decisión, y por eso no hay que especular sobre este tema.

¿Pero cree usted que sería recomendable para el PSIB que lo hiciera?
Sería recomendable que la militancia valorara la situación del partido también a nivel autonómico. No hay que abstraerse de un contexto nacional, en el que los socialistas hemos tenido unos malos resultados. No tengo claro si sería justo personificar esta situación en una sola persona. Quiero esperar antes de pronunciarme. La próxima semana tenemos un consejo político que se antoja importante.

Saltemos entonces a nivel nacional. El debate en el seno del PSOE está candente. Hay quien pide una reforma a fondo del partido, y otros que consideran que son suficientes unas elecciones primarias. ¿Cuál es su postura?
Es necesario y conveniente que se renueve el candidato a la presidencia del Gobierno central, y en este sentido creo que Alfredo Pérez Rubalcaba es la persona con mayor capacidad para afrontar estos momentos de adversidad. También a nivel nacional es necesario un debate muy, muy profundo sobre la situación de nuestro partido. Eso sí, tengo dudas sobre cuál es el mejor momento para producir este debate a nivel nacional. En política, los tiempos son muy importantes, y a pesar de no tener claro cuándo debe iniciarse esta reflexión que debe llegar a todos los rincones del partido, sí creo que no debe demorarse mucho.

¿Cree usted que el PSOE se ha escorado a la derecha?
Ha habido decisiones que ni la militancia ni el electorado del PSOE han entendido en absoluto.

¿Y usted?
A mí también me ha costado entender algunas de las decisiones de Zapatero.

Tras varias experiencias de gobierno, le toca ahora estar en la oposición. ¿Cómo afronta esta nueva situación?
Con más humildad que nunca y mucho trabajo.

¿Qué fuerza puede tener la oposición frente a una mayoría absoluta tan holgada como la que tiene el PP?
En estos momentos, el PP tiene la confianza de los menorquines, y por lo tanto tiene las manos libres para aplicar su programa. Soy muy consciente de esta situación, y por eso los conservadores tienen ahora la responsabilidad de sacar adelante aquellos proyectos que crea más convenientes para Menorca.

¿Esto significa arrojar la toalla en algunos de sus principios?
En absoluto. Al PP debemos reconocerle la capacidad que le han dado los ciudadanos para marcar la agenda y ejecutar sus proyectos. Me equivocaría si hiciera otro análisis. Ya me he puesto a disposición del candidato que ha ganado las elecciones para facilitar el traspaso de poderes y convocar la sesión de elección de nuevo presidente. Además, también deberemos conceder cien días de gracia al PP para que se haga con las riendas de la institución. Yo no renunciaré a mis principios, y a partir de ellos haré una oposición muy rigurosa y muy trabajada.

Tras sus dos años y medio como presidente del Consell, ¿con qué se queda de esta experiencia?
Me quedo con el hecho de haber dedicado los mejores años de mi vida a algo que quiero tanto como Menorca. Esta es mi satisfacción.

Y de las iniciativas que ha liderado, ¿se queda con alguna en especial?
Han sido muchas. Me voy con la idea de dejar unos servicios sociales de una gran calidad; me voy satisfecho de haber puesto sobre la agenda cuestiones tan importantes a largo plazo como la innovación o la energía, que serán trascendentales en el futuro; me voy habiendo puesto encima de la mesa proyectos tan importantes como la ordenación del litoral; me voy orgulloso de los pasos dados con el Camí de Cavalls; me voy habiendo conseguido los recursos económicos necesarios para las carreteras como son 68 millones de euros, cuando antes solo disponíamos de 2,5 millones.

¿Y se queda con alguna espina clavada, alguna asignatura que le haya quedado pendiente en estos años?
Siempre quedan cosas por hacer, porque tenemos mucho recorrido por adelante. Muchas de estas ideas estaban incluidas en nuestro programa electoral.

El PP ya ha presentado su organigrama para gobernar el Consell, con menos consellers, menos directores insular y menor coste. ¿Qué le parece esta distribución de responsabilidades?
Quiero que sea el presidente electo quien me explique su estructura. Después ya la valoraré.

A nivel personal, ¿ganará usted ahora en calidad de vida?
Durante estos años he ganado una experiencia extraordinaria. La vida se construye a base de alegrías y de decepciones. Yo estoy en este mundo para ser feliz, no para sufrir. Hay que disfrutar los buenos momentos, y aprender de los malos. A partir de ahora, el cambio que me ha tocado vivir supondrá que pueda pasar un verano como seguramente no lo he pasado en mi vida, de vacaciones y dedicado por completo a mi familia, especialmente a mis hijos.

Precisamente el día antes de las elecciones este periódico le hacía un seguimiento y usted le explicaba a una de sus hijas cuál era su trabajo y lo comparaba con el de delegado de clase. ¿Qué le dice ahora su hija?
Ella tiene el concepto de que los encargados de clase van cambiando, y por eso asume mi cambio con mucha normalidad. A mi hija le he dicho que los señores que viven en Menorca antes habían querido que su padre fuera el encargado, y ahora han querido que lo fuera otro. Lo ha asumido con total normalidad.