Preocupación. El obispo Salvador Giménez y Marc Pons, con el jefe de bomberos, Joan Gorrias, se aproximaron a la planta incendiada - Gemma Andreu

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El fuego consumió ayer algo más que la mayor parte de un edificio. Afectó a uno de los proyectos sociales de más alcance y de mayores perspectivas de cuantos se han puesto en marcha en la Isla.

La planta de tratamiento de residuos voluminosos (TIV), propiedad exclusiva de Caritas Diocesana, iniciaba su tercer año de funcionamiento habiendo conseguido un cierto equilibrio económico. Por ese motivo, el obispo, Salvador Giménez, el director de Caritas, Joan Mir, el gerente de la planta, Rodrigo Carreño, y voluntarios de la entidad que lucharon por el levantar el TIV se mostraban afectados y preocupados.

"Ha sido un accidente y, después de valorar los daños, habrá que superarlo y volver a trabajar", comentaba Joan Mir. En la zona del incendio se concentraron numerosas autoridades, Marc Pons, Santiago Tadeo, Vicenç Tur y Águeda Reynés, entre otros, que se mostraron solidarios y, al mismo tiempo, preocupados por el futuro de la planta.

Esta instalación despertó una gran ilusión desde su inicio hace algo más de dos años. Su desarrollo ha sido difícil, sobre todo porque no se alcanzaron las cifras previstas y se ha tratado un 45 por ciento del material que se calculó. Pero aun así, este año, con una ayuda de 100.000 euros del Govern para empresas de inserción, el proyecto avanzaba por el buen camino. La aspiración de conseguir la gestión de las "deixalleries" municipales era una oportunidad para consolidar la planta. El Consell está a punto de adjudicar este servicio y cuenta con siete propuestas.

El aspecto más importante del TIV no es el edificio, ni la actividad económica, sino la labor de reinserción laboral que tiene como objetivo. La mitad de las 15 personas que trabajan allí cuentan con una oportunidad para aspirar a un empleo y abandonar situaciones con riesgo de exclusión social. La continuidad de este servicio, que se completa con la actividad de Mestral, es una prioridad que no puede desaparecer víctima de un incendio.

Hacer previsiones, ayer por la noche, era imposible. Hoy deberán valorarse los daños y comprobar las coberturas con las aseguradoras, para plantear la reconstrucción. También las administraciones, cuyos representantes estaban ayer en primera fila, deberán analizar cómo pueden comprometerse con la continuidad de una planta de tratamiento de residuos, que estaba enfrascada en recuperar personas.