El alcalde saliente hace autocrítica de su gobierno - Archivo

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Vicenç Tur, el delfín de Arturo Bagur, no ha podido defender el baluarte que los socialistas han gobernado durante 28 años consecutivos, el Ayuntamiento de Maó. En su primera escaramuza de entidad, sucumbió sorpresivamente el 22-M ante un oponente que a priori no parecía excesivamente fuerte. La derrota fue tan contundente que en un gesto que le honra -y que otros no han tenido-puso su cargo a disposición de los suyos. Primero fue la dirección del partido quien le dio su apoyo ratificándole en su puesto, poco después la asamblea de militantes reforzó su confianza para liderar el nuevo proyecto socialista.

Ha sido ratificado y reforzado por el comité local y por la asamblea de militantes. ¿Pero cuál es la mayor autocrítica que hace de usted mismo?
Nunca diré que los ciudadanos no nos han entendido, al contrario, tengo muy claro que la mayoría de votantes lo hicieron en clave nacional, pero también existe una parte local de la que soy responsable. Seguramente, no hemos acertado nada en el mensaje que quería escuchar el ciudadano para combatir su complicada situación económica. Hicimos muchas cosas, pero no eran las prioritarias para la gente.

¿No ha llegado el mensaje y además han perdido votos socialistas que directamente han ido al PP?
Hemos perdido 600 votos, no es dramático porque sólo ha supuesto la pérdida de un concejal, pero creo que la gestión realizada no era la que necesitaba la gente. Decir que hemos trabajado mucho, muy bien, pero no hemos acertado en las prioridades, es una autocrítica que hacemos y que no ha hecho nadie más hasta ahora.

Su gobierno no se esperaba esta consecuencia. ¿Tan alejado estaba de la realidad cuando las cifras del paro y el descontento en la calle era evidente para muchos?
Tengo claro que sí estaba muy cerca de las necesidades de la gente, por eso todos los mecanismos sociales que tenía el Ayuntamiento para ayudar a la gente que lo pasaba mal estaban activados, pero a nivel municipal existen pocas acciones para combatir la crisis. Aquí jugó un papel importante la crítica y la necesidad de cambio que era lo que la gente ha querido para intentar que otros pudieran resolver la situación.

En la carta que remitió a la Ejecutiva insular comentó que no sabía se valía la pena recuperar los votos socialistas perdidos. Incluso tildó de egoístas a estos votantes, de no pensar en los demás. ¿Sigue pensando lo mismo?
Condeno a la persona que filtró un análisis interno de partido, pero también tengo que decir que hemos perdido esos votos de forma puntual. Mucha gente ha considerado que era mejor cambiar su voto del PSOE al PP, y muchos de ellos son votantes socialistas tradicionales, por eso creo que en las próximas elecciones locales, con algunos cambios importantes en nuestro discurso y nuestras acciones, podremos recuperarles.

Se proponen recuperar el voto tradicional de izquierda, pero los analistas políticos siempre advierten que el mayor caladero de votos del PSOE y del PP está en el centro.
No comparto ese análisis. Creo que el PSOE tiene un electorado tradicional de clase obrera que puntualmente, fruto de una difícil situación económica, ha considerado trasvasar sus votos a la derecha. Creo que esos votos sólo se pueden recuperar desde los valores socialistas de izquierda, sin perder nuestra ala moderada.

En septiembre pretenden reformular el proyecto político del PSOE. ¿En qué debe consistir ese nuevo giro?
En reformular nuestros valores que deben readaptarse a una nueva realidad social en general y en particular de Maó. La clase trabajadora ha cambiado y sus intereses también. Tenemos que buscar los mecanismos que nos acerquen más a la gente y sus necesidades y, a partir de aquí, articular los cuatro años de trabajo que tenemos por delante y que nos tienen que llevar a recuperar la confianza perdida.

Ahora trabajarán desde la oposición tras 28 años de gobierno, el cambio será duro.
Sí, para nosotros y para quienes tras muchos años de oposición pasarán al gobierno. Tenemos un proyecto y ahora lo debemos defender desde la oposición, con lealtad a las acciones de gobierno. Siempre nos encontrarán al lado, pero también defendiendo las posiciones que pensamos son las más adecuadas para esta ciudad.

Hacer oposición con una mayoría absoluta enfrente puede oscurecer la labor del PSOE.
Nosotros sólo hemos perdido un concejal, somos un grupo muy sólido, de ocho concejales, con más de 3.500 votos detrás y un apoyo del 31 por ciento de los votantes. Seremos el único grupo de la oposición y personalmente tengo ganas de representar no sólo al PSOE, sino también a muchos otros grupos de izquierdas y otras formaciones que se sientan identificados con nuestra oposición.

¿Sobre qué proyectos harán bandera?
Defenderemos las prioridades sociales, no permitiremos gastar un duro menos en atención social, también intentaremos sacar adelante los proyectos que teníamos para el puerto y la defensa a ultranza de los servicios públicos.