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El ayer cuenta poco, el hoy no solo le resta protagonismo sino que incluso le ha arrebatado las "fotos" de portada. Una realidad totalmente lógica porque el presente interesa más que el pasado, ya que como dijo, hace unos días la ministra de Defensa, Carme Chacón, "agua pasada no mueve molino". Sin embargo una mirada atrás es siempre positiva no solo porque "recodar es volver a vivir" sino también por el papel pedagógico que ello entraña. Hoy, en el mundo del fútbol menorquín, el protagonista es Guiem Martí que con su equipo, el SV Ried, ha conquistado la Copa de Austria, pero hubo un tiempo en que de la cantera menorquina, especialmente de Ciutadella, salieron excelentes jugadores, como fueron Nito Bagur, Diego Llopis, "Pio", Pancho Marqués, Juan y Andreu Capó, Juan Juaneda, José Bagur, Antonio Massanet, o Antonio Florit Bosch que hoy ocupa este espacio, sin olvidar a Gabriel Taltavull, para mí uno de los más emblemáticos de aquellos "legionarios".

Como jugador, tus primeros pasos los diste en "es pati" del Colegio Salesiano, ¿también empezaste en Calós tus estudios y tu formación?
Sí, en ambas cosas mis inicios fueron allí, en "Calós", el colegio más emblemático de Ciutadella, especialmente en aquellos años.

Y de allí, al Minerva.
Así ocurrió. El Minerva me fichó con apenas 16 años y, al poco, con dicha edad, debuté con el primer equipo, sin embargo solo jugué 4 o 5 partidos, porque el Barça se interpuso y fiché para el equipo juvenil azulgrana.

¿Buenos recuerdos de aquella primera etapa azulgrana?
Los mejores. Ten en cuenta que el equipo era de fábula y el ambiente maravilloso. Aquella misma temporada (54/55) nos proclamamos campeones de España. En el juvenil jugué dos temporadas para seguidamente incorporarme al Condal.

Donde también estuviste otras dos temporadas.
Sí, la de 57/58 y la siguiente 58/59. El equipo acababa de descender de Primera, circunstancia que se produjo a causa de su excesiva juventud, no por falta de calidad de sus jugadores y, en Segunda seguimos siendo uno de los mejores conjuntos.

Cuando "emigraste" eras todavía un chaval. ¿Cómo te afectó el cambio?
Muy bien, pero me añoraba. En las fechas anteriores a la Navidad estaba pendiente del día de regresar a Menorca y, en el "auto-correo", al llegar a la altura de Sa Naveta des Tudons, me emocionaba. Eran unas vacaciones cortas pero suficientes para recargar las baterías. En verano era diferente porque teníamos varios meses para descansar que aprovechaba al máximo para estar con los míos y con mis amigos de siempre.

En la Ciudad Condal, ¿dónde vivías?, porque "La Masia" todavía era un sueño
En casa de unos tíos que me trataban a cuerpo de rey. Otros compañeros vivían en una pensión o en casas particulares. Todos nos apañábamos como podíamos.

A tu edad y en aquellos años, ¿vivir del fútbol era posible?
Siendo juvenil solo alcanzabas a vivir "decentemente" y a cubrir los pequeños gastos que iban surgiendo, pero a medida que subías escalones ibas mejorando. Cuando pasé al Condal las 40 mil pesetas de entrada se convirtieron en 60 mil y al siguiente año en 75 mil, cantidades que en aquellos años eran muy considerables, sobre todo teniendo en cuenta que en el Barça siempre cobrabas.

¿Algún recuerdo en especial de aquella etapa?
Infinidad de ellos, como pueden ser los entrenamientos y el partidillo que los jueves disputábamos con el primer equipo, el que formaban Kubala, Luis Suárez, Biosca, Basora, Ramallets, Villarverde, Coll y otros jugadores, todos ellos excepcionales. A los jóvenes el solo hecho de compartir vestuario con aquellas figuras nos ilusionaba y no digamos de jugar o entrenar junto a Kubala, que como persona era tan extraordinario como de jugador. Recuerdo también, ya en la etapa del Condal, que debuté con Sanchís, el padre del que fuera jugador del Madrid. Muchos recuerdos, muchísimos que jalonan mi larga trayectoria profesional.

Además de jugar al fútbol hiciste tus pinitos como representante de zapatillas, ¿cierto?
Del todo. En aquellos años en Ciutadella abundaban las fábricas de calzado y las de zapatillas y acepté la representación de una de ellas y cuando todo marchaba a la perfección y ya me había introducido en el mercado, gracias a mis amistades que me abrieron muchas puertas, tuve que dejarlo porque fiché por el Racing de Santander.

Cesión que se produjo en el año 1960.
Efectivamente, y con una ficha muy importante a tenor de los tiempos y de las circunstancias de entonces, 150 mil pesetas. El Racing acababa de ascender a Primera y mi debut, en el "Sardinero" y en la máxima categoría nacional se produjo el 6 de noviembre de 1960, ante al Atlético de Madrid, fecha inolvidable para mí. Allí seguí un año más, pero una lesión muscular crónica hizo que fichara por el Atlético Baleares, con el que ascendimos a II División.

Lesión que cortó tu prometedora trayectoria como futbolista profesional.
Y que lo digas, pero estas cosas llegan inesperadamente y debes asumirlas. Recuerdo que en la etapa final en el Santander conseguí ponerme a tope e incluso disputé varios partidos pero, en el que cerraba la Liga, en el último, volví a romperme.

Harto de tu molesta lesión decides operarte con la intención de acabar con tu mal sueño. ¿A qué doctor acudiste?
Al Dr. Cabot, toda una institución en el mundo de la medicina deportiva. Cuando le visité acababa de regresar de París de un simposium que precisamente trataba sobre tales lesiones (fibras) y que se había celebrado en la capital francesa y, tanto él como yo encaramos el reto. Afortunadamente la operación fue un éxito y pude seguir jugando al máximo nivel y sin molestias.

¿Conocías al Dr. Cabot?
Sí, de mi etapa en el Barcelona y siempre le recordaré porque además de ser uno de los mejores cirujanos deportivos del momento, era una gran persona.

Y ya operado regresaste al fútbol catalán, en esta ocasión al Badalona.
Cierto, y volví a vivir la alegría de otro ascenso, también a Segunda, hecho que se produjo en el 63 y allí, en Badalona y en la categoría de Segunda División seguí jugando durante cinco temporadas.

Tras las cuales regresaste a casa y fichaste por el Club Deportivo Menorca.
Efectivamente, porque consideré que todavía estaba en condiciones para seguir jugando a un buen nivel. Además el Menorca contaba con un gran equipo, el de los Viroll y Pito Pérez en la media, con Dot, Fiol, Antonio Tudurí ("Chicha") y otros excelentes jugadores que formábamos un grupo de amigos bien avenidos y con mucha "hambre" de fútbol.

A lo largo de nuestra conversación has ido nombrando a algunos destacados personajes del mundo del balompié, como por ejemplo Domingo Balmanya. ¿Qué sucedió?
De Balmanya debo decirte que, para mí, ha sido uno de los mejores teóricos del fútbol al que conocí cuando todavía era juvenil. En cierta ocasión, siendo él entrenador del primer equipo, me dijo que me preparase porque el domingo iba a debutar. Villaverde estaba lesionado y él quería darme una oportunidad. Imagínate los nervios que pasé, apenas dormí pero, a la hora de la verdad eligió a Bosch y yo me quedé con las ganas. Luego habló conmigo y me dijo que había elegido a un jugador experimentado en lugar de a mí porque me consideraba demasiado joven e incluso añadió, "no te preocupes, tendrás otras muchas oportunidades".

En otra ocasión Escartín, periodista deportivo que incluso llegó a ser seleccionador nacional, te puso por las nubes. ¿Recuerdas el motivo?
¡Claro que lo recuerdo! No fue otro que los dos goles que marqué jugando en Madrid con la selección juvenil. Ganamos por 3-1, yo jugué un buen partido con el añadido de haber sido el autor de dos de los goles de España.

Sin embargo…
Yo siempre digo que mi mejor momento de juego se produjo a los 18 años. En aquel momento era un jugador de una gran proyección pero, por mil y una circunstancias y como ha ocurrido y ocurre con otros jugadores, no acabé de confirmar las expectativas que había despertado. El fútbol es así, imprevisible pero también humano.

Tú has conocido a grandes "estrellas", incluso has jugado junto a Kubala y a otros excepcionales futbolistas. En la lista pondré a algunos de tuépoca y a otros que llegaron con posterioridad, Di Stefano, Pelé, Cruyff, Maradona; ¿a cuál de ellos elegirías como número uno?
Es muy difícil decir cuál de ellos es el mejor. Recordarás la pugna que en este sentido se originó entre Kubala y Di Stefano, que para mí son de lo mejorcito que he visto, pero inclinarte por uno u otro, dado que no puedes "pesarlos", depende de las preferencias personales de cada uno. En mi lista pondría a Kubala, Di Stefano, Pelé, Cruyff y a Messi junto con Cristiano Ronaldo, la elección depende de cada uno, pero estos, para mí, son o fueron auténticos números uno.

Te has olvidado de Maradona, ¿adrede?
Diré que sí, porque y a pesar de la excelente campaña que protagonizó en el primer año en que jugó con el Barcelona y a sus mundiales con la Selección argentina, nunca consideré que estuviera al mismo nivel que los anteriores, pero repito, es solo cuestión de gustos.

Presumiblemente seguirás siendo culé y como tal debo preguntarte: ¿Cómo calificas el partido del Bar­ça en Londres frente al Manchester United?
De extraordinario, de … faltan calificativos. El propio sir Alex Ferguson, entrenador del Manchester, manifestó que el Barcelona era el mejor equipo que había visto nunca, lo cual ratifica la calidad de su juego. Yo creía que los rondos eran algo muy eficaz en los entrenamientos pero en la final de la Champions el Barcelona bordó un rondo frente a un rival de gran entidad, un partido para enmarcar.

Sentimientos lógicos en un barcelonista de "raza".
Puede que sea así, pero por encima de mis sentimientos soy un amante del fútbol y disfruto con el buen juego, con los partidos de calidad; la pasión no me ofusca porque aprendí a ser crítico para, desde esta premisa, mejorar.

El futbolista, ¿nace o se hace?
Nace, pero luego se va perfeccionando, sobre todo en determinados aspectos, pero lo esencial es que su forma de jugar, su estilo, le salga de dentro, es decir, que sea algo connatural en él. Ejemplos los hay a millares, he visto varios documentales sobre Messi de cuando era un "renacuajo" y en ellos ves que ya era especial, un fuera de serie. Recuerdo que en cierta ocasión, Llorenç, otro gran entrenador, le preguntó a Luis Suárez, el único "balón de oro" español, las causas por las que nunca remataba de cabeza, a pesar de su planta y de su altura. Suárez, con su acento gallego que nunca ha perdido, le contestó: "Mister, yo la cabeza la utilizo para pensar".

Sin embargo se puede mejorar, incluso perfeccionar, ¿lo crees así?
Sí, pero solo a medias. A mis amigos siempre les digo que Rafa Nadal, por mucho que lo entrene, nunca conseguirá tener un saque demoledor, lo perfeccionará pero sin que éste sea decisivo, simplemente porque no le sale de dentro, sus puntos fuertes son y serán otros, nunca lo será su saque.

Ciutadella siempre ha sido cantera de muy buenos jugadores, pero actualmente el fútbol ciutadellenc vive horas bajas. ¿Cuál es la causa?
Aquí, en Ciutadella, otros deportes, como es el voleibol principalmente, han desplazado al fútbol, al que poca gente sigue apoyando. En cierta ocasión, siendo el presidente del Club, Aguilar, un buen amigo mío, me pidió que le echara una mano a lo que no me negué. Mi primer contacto con la realidad fue asistir a un Ciutadella-Mallorca y lo que presencié me desmoralizó, solo había unos pocos aficionados, con lo que comprendí que la gente no quería fútbol.

Además de esta evidente falta de interés, ¿crees que la oferta televisiva en lo que al fútbol y otros deportes se refiere ha perjudicado la asistencia a los partidos en vivo?
Tenlo por seguro. Minguella, con el que coincidí en un acto promocional, me comentó que la comodidad de la tele iba en detrimento del fútbol sobre todo de regional, o categorías intermedias, porque el televisado aunaba espectacularidad y comodidad.

También me has dicho que te sientes forofo de la "roja".
Lo soy, porque me siento español y el fútbol de la Selección es de un gran nivel, fútbol-fútbol.

Al colgar las botas, ¿a qué te dedicaste?
Monté un almacén de frutas. En el Menorca había un jugador valenciano, puede que lo recuerdes, Ricos, que me puso en contacto con un tío suyo, productor de naranjas, interesado en vender en Menorca dicho producto. La oferta me interesó porque mis padres habían tenido una tienda de comestibles y otra uno de mis tíos, que luego regentaron sus hijas, por lo que el negocio que me proponían no me era del todo desconocido y tras las naranjas llegaron los plátanos, las verduras, etc. etc., lo cual representó una buena alternativa tras tantos años de fútbol… me retiré de dicha actividad comercial tras una etapa de 10 años dedicado a este negocio.

La transformación operada en Ciutadella desde aquellos años opacos de la posguerra a la de hoy radiante, dista un mundo, ¿qué destacarías de todo lo habido y por haber?
Aquella era una ciudad tremendamente humana, en la que todos nos conocíamos, luego, la bonanza económica posibilitó un cambio, creció pero en su transformación, que considero positiva, fue perdiendo aquel encanto, aquella forma de ser "pueblo" para convertirse en ciudad.

Hoy la bonanza económica a la que te has referido está en su peor momento, ¿te preocupa la crisis que nos corroe a todos?
Me preocupa y mucho, sobre todo por los parados que se sienten desplazados en un mundo consumista en el que lo importante es tener. También me duele el hecho de que esta situación perjudica a los jóvenes que miran al futuro con preocupación y pocas esperanzas.

Pero saldremos de ella, la superaremos.
Lo deseo profundamente aunque no será fácil. Además y para mí lo más importante sería que aprendiéramos la lección para, en el futuro, no cometer los mismos errores que cometimos en el pasado.

Y que el turismo se haya convertido prácticamente en el único sostén económico, ¿también te preocupa?
Desde luego que sí. Lo ideal sería que recuperásemos aquellas "fuentes" alternativas que crearon riqueza y puestos de trabajo, porque lo importante es sentirse útil y miembro activo de la sociedad.

¿Tienes alguna afición?
Aunque solo practico el "pedestrismo" –ando varias horas en "sesiones" de mañana y tarde–, me gusta toda clase de deporte. Con asiduidad juego con mis amigos al dominó, tanto en el OAR como en "Calós", el resto… tele, sigo casi toda la oferta deportiva.

Con Sant Joan a la vuelta de la esquina, ¿te defines como "sant­joaner"?
En Ciutadella lo somos todos, aunque ahora sigo las fiestas desde una prudente distancia, antaño las vivía con otra intensidad. Sin embargo añadiré que soy y me siento ciutadellenc pero también menorquín por los cuatro costados.

De volver a empezar, y cuanto has hecho, ¿qué cosas rectificarías?
Intentaría vivir mi profesión, el fútbol, con mayor intensidad, incluso puede que con mayor rigor.

Y a la vida, ¿qué le pides?
Salud y que superemos la crisis.

Entre otras cosas capté que Antoni Florit sigue manteniendo no solo su vitalidad, sino también su forma elegante y caballerosa de encarar la vida.