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Autoficha. Me llamo Alvin Delanghe y tengo 37 años. Nací en Amberes y resido en Menorca desde enero de 2005. Estudié marketing en mi país. Hablo neerlandés, español, alemán, francés y tengo nociones de italiano. Soy guía turístico. Antes fui jefe de tráfico de Norbús, ayudé en una empresa familiar de automóviles y desde 2006 trabajo en Excursiones Menorca. Mi afición es la práctica del deporte, fútbol sala y pádel, principalmente.

¿Cómo y cuándo llegó a Menorca?
Vine trabajando para un touroperador, Thomas Cook, después de haber estado en varios lugares en el mundo. Me mandaron aquí, conocí a mi mujer, Sole, que es menorquina, y decidí quedarme, pero para ello tuve que cambiar de trabajo y entrar en una empresa local después de pasar por otras ocupaciones.

¿En qué consiste su trabajo?
Nosotros agrupamos a los turistas de varios touroperadores y les organizamos excursiones atendiendo a los gustos y al idioma. Son excursiones convencionales por varios puntos de la Isla y una en safari jeep, aunque también las hacemos a medida.

¿Qué tipo de turistas contratan sus servicios?
Depende de la excursión. Las de jeep suele ser gente más joven, y las del norte y el sur de la Isla, de todo tipo. Con los jeeps bajamos a Calascoves y acabamos en la playa de Cavalleria.

¿Qué percepción cree usted que se lleva el turista que conoce la Isla en estas excursiones?
Los que acuden a la más aventurera quedan entusiasmados porque son diferentes y divertidas en muchos sentidos. Y en cuanto a los recorridos más convencionales, por Maó y Ciutadella, yo diría que se quedan gratamente sorprendidos. Saben poco de la Isla pero cuando la conocen un poco más y comprueban toda la belleza que tenemos aquí, tanto la natural como, por ejemplo, el casco antiguo de Ciutadella, se sienten maravillados porque no la esperaban así.

Como profesional que es usted de esta industria, ¿qué opinión le merece Menorca como destino turístico?
Para mi la Isla es muy diferente de las otras. Yo creo que tiene un potencial enorme que no se explota como debiera. Menorca es un lugar ideal para hacer muchas cosas pero deben arrancarse, y no sólo para el turismo familiar del que tanto hablamos. Es también ideal para parejas, para recorrerla culturalmente, explorar el Camí de Cavalls y muchos otros parajes.