Águeda Reynés se reunió a primera hora con parte de su equipo de gobierno. - Paco Sturla

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Águeda Reynés intenta abrir la puerta de su despacho en la alcaldía del Ayuntamiento de Maó, pero no puede. Es su primer día de trabajo como alcaldesa y peca de novata. Acaba de visitar la mayoría de las dependencias municipales repartidas por la ciudad y pasadas las 14 horas regresa al Ayuntamiento, pero la puerta de su despacho está cerrada. Contrariada, mira a su alrededor y una funcionaria le dice amablemente que a esta dependencia se accede habitualmente por un lateral. "Usted puede abrir la puerta desde dentro pero por razones de seguridad no se puede hacer lo mismo desde fuera", le explican. Águeda sonríe, "no lo sabía. Aquí sólo he entrado antes en un par de ocasiones", responde, y relata que cuando llegó a las ocho de la mañana la puerta ya estaba abierta.

Vestida con vaquero, una camiseta azul y una chaqueta beige, Águeda convierte en natural un acontecimiento histórico para la ciudad de Maó. Asume con cierto orgullo ser la primera mujer en alcanzar la alcaldía, pero resta importancia a un hecho que en la sociedad actual es ya habitual en muchos ámbitos de la vida. También asume con normalidad la circunstancia de que tras 28 años consecutivos de gobiernos socialistas, el PP alcanzara el 22-M la mayoría absoluta.

Con esa misma serenidad y predisposición de trabajo se reunió en su despacho a primera hora con los nuevos concejales. "En ese momento he tenido una sensación muy especial", explica. Sin duda, Reynés ve materializarse un anhelado deseo, pero a la vez siente el vértigo del cargo. "Me siento responsable de la gente que espera mucho de nosotros. No tengo miedo a decepcionarles porque tengo muchas ganas de trabajar", señala.

"Tengo que devolverles el crédito que me han dado y además con intereses. Sé que votantes de izquierda nos han dado su apoyo y quiero hacerlo bien porque son votos prestados y hay que mantenerlos", añade.

Después de reunirse con su equipo de gobierno empieza un largo periplo por la dependencias municipales desperdigadas por la ciudad "para conocer la casa" empezando por el propio Ayuntamiento. "Quiero hablar con los trabajadores y funcionarios. Será difícil acordarme de sus nombres pero lo intentaré".

Felicitaciones y agasajos

Cultura, Servicios Económicos, el Geriátrico y Servicios sociales, son algunos de los lugares visitados y a cada paso felicitaciones callejeras, agasajos y peticiones de reuniones. "Mi intención es mantener al menos dos días por semana un encuentro con el personal responsable del Servicios Sociales", un área al que, recalca, prestará una especial atención y seguimiento durante todo su mandato.

"Nosotros no hemos prometido grandes proyectos porque sabíamos que no se podrían hacer. Creemos que lo fundamental será la gestión del día a día. Pagar a los proveedores y racionalizar el gasto para afrontar los proyectos ya en marcha", comenta.

Entre los trabajadores del Ayuntamiento se respira un sentimiento contradictorio y un cierto desconcierto a la espera de nuevas órdenes de trabajo y organización.

"Estamos muy ilusionados, pero también estamos tristes porque hay gente que ya no está, a la que echaremos de menos. Es normal, éramos como una familia. Han sido muchos años juntos", explican, al tiempo que relatan que un importante número de personas han intentado reunirse con la nueva alcaldesa y algunos concejales. "Hoy todo el mundo busca a todo el mundo", añaden un tanto desbordados .