calle sant lluís. El Cós ha recuperado 50 plazas de aparcamiento suprimidas hace tres años - t.s.

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El proceso progresivo de peatonalización del Cós de Sant Lluís, iniciado por el anterior equipo de gobierno del PSOE y PSM-Verds, ha chocado frontalmente con el nuevo gobierno municipal del PP que ha eliminado la ampliación peatonal del margen derecho de la calle y, de momento, permite que los vehículos puedan aparcar sin limitación horaria. Los comerciantes están satisfechos con la medida, mientras que el resto del vecindario refleja la disparidad de criterios sobre un Cós abierto al tráfico o peatonal.

Miquel, un jubilado de 75 años, prefiere que el Cós mantenga la circulación y el aparcamiento a lo largo de la calle, "soy partidario de que sea transitable y con aparcamiento en ambos lados, porque si no las cuatro tiendas que hay ya pueden cerrar". Asimismo, es partidario de la zona azul regulada con limitación horaria. Justifica su rechazo a la peatonalización de la calle por el hecho de facilitar el acceso de las personas mayores o con problemas de movilidad, "cuando acuden a comprar no pueden aparcar el coche en el otro lado del pueblo y llevar la compra, para eso ya irán a un supermercado que tenga un aparcamiento propio".

Jaume es otro jubilado, de 78 años, que coincide con las explicaciones de Miquel, aunque no es tan tajante en su postura, "no encontraría mal que fuese peatonal, ya sucedió algo parecido con el Carrer Nou y Sa Ravaleta, en Maó, todo el mundo decía que sería un desastre y ya llevan muchos años así". Este jubilado recuerda que hace más de 40 años se construyó la Avinguda de sa Pau para desviar el tráfico del Cós, "si entonces lo hubieran convertido en peatonal, ahora ya estaríamos acostumbrados", asegura.

"Prefiero que el Cós esté abierto al tráfico", asegura Alejandra, jubilada de 68 años, que también defiende el aparcamiento en ambos lados de la calle, "para facilitar que la gente vaya a comprar a los comercios". Considera que las aceras del Cós son suficientemente anchas, a diferencia de las aceras de las travesías que en su mayoría no permiten el paso de cochecitos de bebé o sillas de ruedas. Asimismo, señala su oposición al cierre del tramo del Cós que discurre frente a la iglesia y el Pla de sa Creu durante los fines de semana, "no le veo ningún sentido, porque nunca se ve que haya gente paseando".

Un hombre de 53 años, actualmente sin trabajo, no es partidario de peatonalizar la calle, puesto que afectaría negativamente a los comercios. Por ello, defiende que los coches puedan circular por la calle y aparcar en un lado de la calle, "el otro lado debería estar libre para que la gente pueda transitar libremente, así todos estarían contentos".

Magda, de 50 años, trabaja de dependienta y también es partidaria de mantener la calle abierta al tráfico y con la posibilidad de aparcar en ambos lados, "así como está ahora es más beneficioso para los comercios, no creo que siendo la calle peatonal hubiera más gente, a la mayoría les gusta ir en coche, aparcar cerca del comercio, cargar la compra e irse", asegura.

René, de 46 años, apuesta por convertir un lado del Cós en un paseo, "con árboles, farolas y bancos para sentarse", sin eliminar el aparcamiento en el otro lado y el paso de vehículos por el centro, lo que a su juicio contentaría a partidarios y detractores de la peatonalización. Además, destaca la necesidad de adecentar el exterior del Molí de Dalt, la iglesia y el Pla de sa Creu, situados en dicha vía.

"Me parece perfecto que pasen coches y que haya zona azul en ambos lados. No quiero que el Cós sea peatonal, porque la gente no vendrá a comprar", asegura Begoña, de 38 años y que trabaja de administrativa. Afirma que hay más afluencia de personas en el pueblo desde que se puede aparcar en toda la calle, lo que favorece a los pequeños comerciantes. También alude a los problemas de movilidad de la gente mayor en el caso de que tuvieran que aparcar lejos de los comercios.

Mari Celi, una ama de casa de 53 años, subraya su preferencia por una calle más peatonal, "pero entiendo que si la gente no puede venir en coche tampoco comprará en las tiendas". Es partidaria de que en los días laborales se pueda aparcar en ambos lados de la calle, aunque cerraría el Cós al tráfico los fines de semana para que la gente pudiera pasear.

Un joven de 28 años se decanta por convertir el Cós en una calle peatonal, "pero siempre que esté bien ejecutado y no como la chapuza que han hecho", asegura.

Por ello, subraya la necesidad de facilitar el acceso con restricción horaria de vehículos que suministran a los comercios. Considera que la zona peatonal facilita que las personas puedan acudir a los comercios existentes, "durante una semana estuve trabajando por las tardes en la Plaça del Príncep y nunca había visto tanta gente paseando como desde que es peatonal", asegura.

Por su parte, Joana Maria, auxiliar farmacéutica de 57 años, no es partidaria de peatonalizar la calle, "sería un disparate, Sant Lluís es un pueblo de paso y la gente quiere aparcar delante de los comercios, si se cierra el Cós todo se acaba", afirma. Defiende la actual zona azul, aunque no tiene tan claro que también deba extenderse al otro lado de la calle, "puesto que en verano aparcan muchos coches de grandes dimensiones que invaden la acera y dificultan el paso de los coches de bebé o las sillas de rueda", concluye.