Complejo. La prisión, que empezó a construirse en enero de 2009, se sitúa en la carretera de Sant Lluís - Paco Sturla

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Un centenar de funcionarios se ha incorporado ya este mes de julio a la plantilla del centro penitenciario de Maó, que no será inaugurado hasta el próximo otoño pero que está a punto para entrar en funcionamiento. Las obras han concluido y en estos momentos, ya con todo el mobiliario en su interior, se procede a la limpieza y acondicionamiento de la cárcel, cuyo equipo directivo será presentado formalmente la próxima semana, según informó ayer el director insular de la Administración General del Estado en Menorca, Javier Tejero. En las últimas semanas han visitado el centro, que aún no tiene un nombre oficial, el director general de Instituciones Penitenciarias, Antonio Puig, y el director general de la Sociedad estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (SIEP), Juan José Azcona, para realizar las comprobaciones 'in situ' del final de la obra.

Además, el responsable de la sociedad SIEP mantuvo sendos encuentros protocolarios al presidente del Consell, Santiago Tadeo, y a la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés.
Los internos que serán trasladados a la cárcel menorquina serán, en un principio, reclusos originarios de la Isla que se encuentran actualmente cumpliendo penas en otras prisiones españolas, principalmente en Palma.

Así lo confirmó ayer el director insular, quien aseguró que en el momento en que esté operativa la cárcel, ésta contará inicialmente con un mayor número de trabajadores que de reclusos, ya que son alrededor de sesenta los menorquines que se encuentran privados de libertad en centros fuera de la Isla.

La entrada en funcionamiento de esta infraestructura, cuyas obras de construcción comenzaron a finales de enero de 2009, acumula un considerable retraso, ya que el proyecto debía haberse ejecutado en 15 meses, pero las modificaciones del diseño del edificio -con la reducción del tamaño de la torre de vigilancia-, retrasaron los trabajos, así como los problemas surgidos a raíz de las molestias denunciadas por los vecinos.

La reducción de volúmenes se acordó para adecuar el centro a las necesidades de la Isla, y reducir el impacto estético del complejo, en la carretera de Sant Lluís. La cárcel de Menorca se ha edificado sobre una parcela de 15.000 metros cuadrados y tiene 92 celdas más 34 complementarias. El complejo penitenciario se desarrolla en cuatro edificios rodeados por un muro. El edificio residencial, el más alto, contará con cuatro plantas y dispondrá de varios módulos para internos, ingresos, presos en tránsito y en régimen cerrado. También contará con una edificio de Enfermería, otro Cultural, de Comunicaciones y una Jefatura de Servicios.