sanz. Candidato a seis premios Goya, se hizo con uno por "Si te dicen que caí". Participó en la oscarizada "Belle Époque" - javier naval

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Natural como la vida misma. Y ello pese a que este periódico casi interrumpe, por los pelos, sus vacaciones. Jorge Sanz (Madrid, 1969) rehúye de ser el galán que años ha encumbró su carrera. "Creo en las etiquetas, pero hay que tener varias", dice. Durante la entrevista derrocha simpatía y dominio del medio con cada respuesta. Su experiencia en las tablas no ha caído en saco roto. Sanz sigue ahí, y tras hacer de sí mismo en un cóctel televisivo entre ficción y realidad ("¿Qué fue de Jorge Sanz?", Canal +) a las órdenes de David Trueba, el actor triunfa en los escenarios con la obra "Crimen Perfecto", que mañana se estrena en el Teatre Principal de Maó. Actúa por vez primera en Menorca, y lo hace con una doble función a las 19.30 y a las 22.30 horas.

En "Crimen Perfecto" interpreta a Tony Wendice, ¿es difícil meterse en el papel de un marido retorcido?
¡Qué va, es divertidísimo! La historia está tan bien articulada que no cuesta nada meterse en el papel. Hacer de malo es una delicia. Tony intenta acabar con la vida de su mujer a través de un plan retorcido. Ella tiene un amante y la verdad es que le hace mucho la puñeta. Aunque también hay que decir que él es un personaje muy mezquino y egoísta. Un tío amargado que lo que quiere es el dinero de su esposa.

Tengo entendido que la obra se basa más en el clásico cinematográfico de Alfred Hitchcock que en el proyecto original del dramaturgo inglés Frederick Knott.
Sí, y creo que ha sido un acierto porque Hitchcock era un maestro en perfilar personajes, y pensaba que si los malos de sus películas eran muy buenos, la trama ganaba mucho. Considero que este aspecto ha beneficiado mucho a la obra.

¿Ha trabajado entonces su personaje a partir del Tony Wendice de la película de 1954 protagonizado por Ray Milland?
La verdad es que sí. Este ha sido uno de los pocos casos en que lo más que se puede aportar es ser lo más fiel posible a la obra. No recuerdo haber preparado otro personaje de este tipo intentado fijarme tanto en la película. En teatro he hecho otras versiones de filmes, como "Descalzos por el parque" o "Arsénico por compasión", pero en todas ellas cabían matices más personales. En "Crimen Perfecto" además el montaje es muy original. Es un escenario giratorio donde también representamos el rodaje de la película de la época con sus camerinos y donde hay una vida aparte de la propia obra.

¿Cómo ha sido trabajar con un director tan joven como Víctor Conde?
Víctor es un director joven pero ha sido el bombazo de las tres últimas temporadas en Madrid. Es el director residente de "Los Miserables", y es quien ha dirigido los dos últimos grandes éxitos teatrales: "La ratonera" (que aún sigue de gira); y ha ganado un Premio Max por el divertidísimo musical "Pegados".

Entonces habrá sido facilísimo estar a sus órdenes.
Fácil no hay nada, pero en cuanto mejor es la gente mejor salen las cosas. Pero la verdad es que trabajar con él es muy interesante.

¿Se ha cansado del papel de galán?
Hace tiempo que no hago de galán.

No lo hace, pero aún le encasillan. ¿Aceptaría repetir?
Tengo que hacer personajes de acorde a mi edad, a la vida que he llevado y con el aspecto que tengo. Soy de los que cree en las etiquetas, pero hay que tener varias.

Pero aún es joven, tiene 41 años.
Sí, pero los galanes de hoy tienen 25. Me pilla un poco lejos...

Háblenos de Celia Vioque, que va a sustituir a Elena Furiase por problemas de salud.
Es una actriz buenísima, una actriz de raza, de mucho poderío y a la que le encantan los retos. Cuanto más difícil se lo ponen mejor responde, que es como en realidad hay que ser en este oficio.

¿Y Elena Furiase?
Es una mujer fenomenal. Una pura sangre, una grandísima actriz y una bellísima compañera.

¿No saben cuánto va a tardar en reincorporarse al reparto?
No, ahora está cuidándose pero esperemos que vuelva lo antes posible.

¿Qué me dice de Pablo Puyol?
Es un poco la antítesis de lo que pueda ser yo como actor, pero es un actor muy bueno, de esos que vienen preparadísimos. Acudía a los ensayos con el texto totalmente aprendido y yo me reía mucho de él. Es un intérprete completísimo. Canta, baila y maneja la voz como un saxofón. También hay que destacar en el reparto a José Sánchez, que para mi es el futuro de la escena española; y a Antonio Albella, un imprescindible en una buena compañía.

No puedo evitar preguntarle sobre su última serie, "¿Qué fue de Jorge Sanz?".
Perfecto, porque hace dos semanas que ha salido en dvd.

¿Cómo se explica el exitazo de una serie donde hace de sí mismo?
Bueno, fue un exitazo relativo. Aunque reconozco que gustó mucho. Fue una serie que David Trueba y yo hicimos sin pensar en el público. La empezamos por libre, sin Dios ni amo, sin una televisión que nos avalara. Hicimos la serie que a nosotros nos gustaría ver en televisión, la serie que nos divertía y que nos apetecía hacer.

El puntazo era verle a usted haciendo de usted.
Sí, pero ya sabes que toda ficción está basada en uno mismo. Uno interpreta o crea guiones a partir de los recuerdos o las cosas que ha vivido. Pero en el momento que dramatizas dejas de ser tú y construyes un personaje.

Pero ¿la serie le ha servido de terapia?
(Ríe). Efectivamente tienes que escarbar más en tu vida porque es una serie que habla de cosas muy personales. Digamos que la serie me ha resultado muy higiénica. Cuando te ríes de tus defectos y tus desgracias dejan de ser defectos y desgracias.

En "¿Qué fue de Jorge Sanz?" bromeaba sobre que ya no le llamaban los directores más jóvenes. Al final ¿el proyecto le ha abierto puertas?
Era todo cachondeo. Ni se te abren, ni se te cierran. En mi oficio de lo que se trata es de no parar. De intentar hacer cosas con mayor o menor éxito. No creo que sea un proyecto en concreto el que te lleve a trabajar más o menos. Mi carrera está llena de altibajos pero estoy muy satisfecho. Cuando tienes una trayectoria larga no puedes pretender estar siempre arriba.

¿Cuándo volverá al cine o la televisión?
Pues acabo de interpretar un papel muy bueno en una película ("La Conspiración") que ha dirigido Pedro Olea sobre el Golpe de Estado del 36 desde el punto de vista del General Mola. Con Olea se trabaja fenomenal, es un gran maestro.

¿Y con Almodóvar le veremos?
Pues mira, a la semana de rodaje de "Carne Trémula" me puso de patitas en la calle...

Durante su trayectoria tampoco ha logrado encandilarle Hollywood. ¿Prefiere el cine europeo?
Creo que se debe a que soy un poco vago. Llegué a coquetear con trabajar allí cuando hice "Amantes" o a raíz del Oscar de "Belle Époque", pero la verdad es que no entendía nada. Me ofrecían personajes que no comprendía, y por otro lado en España y en Latinoamérica me ofrecían unos personajes cojonudos en unas películas cojonudas. Así que me fui detrás de mis personajes. Ni en mi carrera, ni en mi vida he tenido una meta definida. Me fue llevando la corriente.