representación. José Sánchez-Orosa y Jorge Sanz, en un momento del primer acto de la primera de las representaciones - Gemma Andreu

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Se esperaba con expectación "Crimen perfecto" en Menorca por ser uno de los platos fuertes de la programación estival del Teatro Principal y por las buenas críticas cosechadas por la versión dirigida por Víctor Conde sobre el original de Frederick Knott. Se programó doble función lo que fue en detrimento del aspecto del coliseo mahonés aunque la respuesta del público fue buena en una tarde-noche cargada de oferta cultural.

En la primera de las sesiones, a las siete y media, el telón se alzó puntual y el público pudo disfrutar de dos horas de un espectáculo sugerente por cuanto su planteamiento respondía a la combinación de tablas y plató cinematográfico. Un escenario giratorio evocaba los cambios de plano tan del gusto de Alfred Hitchckok, quien llevó a la gran pantalla la obra teatral de Knott, dotando a la representación de un atractivo dinamismo, a la que contribuyeron iluminación, vestuario y música.

Sobre el escenario, un reparto que combinaba veteranía y juventud, decantándose los buenos resultados del lado de los veteranos. Jorge Sanz resultó convincente en la piel de Tony Wendice, más a medida que avanzaba la representación, mientras que la pareja que conformaba el triángulo dramático, Pablo Puyol (Max Halliday) y Celia Vioque (Margot Wendice) no le dieron el contrapunto adecuado- excesivamente planos- sobre todo la segunda, quizás atenazada por su participación en sustitución de Elena Furiase, mientras que José Sánchez-Orosa (Captain Lesgaste) cumplió con su papel. Mención aparte, Antonio Albella cuyo bien trabajado Chief Inspector Hubbard se adueñó del segundo acto para confirmar el claro triunfo de la veteranía que constituyó "Crimen Perfecto".