TW
0

Después de un par de jornadas inestables, el día amaneció soleado aunque no excesivamente caluroso. Suficiente para que muchos decidieran desplazarse a diferentes puntos del litoral menorquín. Lo que se anticipaba como una tranquila jornada estival tornó en angustia y desconcierto para decenas de personas a quienes la lluvia que cayó con fuerza a primera hora de la tarde principalmente en Es Mercadal pilló en la playa.

Un buen número de bañistas asistía impotente al cierre de los accesos al municipio desde la costa norte a consecuencia del agua que discurría con fuerza por la calzada, mientras medio centenar de ellos tuvieron que ser evacuados tras quedar atrapados en la playa de Binimel·là donde el torrente se desbordó y otros cuatro en una cueva de S'Arenal d'en Castell. Asimismo, requirieron de asistencia dos personas cuya motocicleta fue arrastrada por el agua.

Las consecuencias de la tromba de agua- que no constaba hubiese causado daños personales de gravedad al cierre de la edición- se dejaron sentir, asimismo, en las calles de Es Mercadal. Según informaba nuestro corresponsal, Sebastià Pons, en algo más de una hora se registraron precipitaciones que oscilaron entre los 96 litros por metro cuadrado, medidos en Monte Toro, y los más de 200 que cayeron en el centro de la población, conforme a los datos ofrecidos por los responsables de los pluviómetros ubicados en ambos emplazamientos.  Tal cantidad de agua provocó que las calles se anegaran con rapidez, mezclándose el agua con gran cantidad de restos vegetales procedentes del desbroce que se está realizando en el Camí den Kane, y que igual suerte corriesen sótanos y cocheras, tanto de inmuebles de propiedad privada como pública.

Entre estos últimos, los daños más remarcables fueron los sufridos por la piscina municipal, cuyo cuarto de máquinas resultó afectado hasta el punto que la instalación permanecerá cerrada un par de días. El agua se llevó también por delante numerosos vehículos. Poco después de las diez de la noche, el alcalde de Es Mercadal, Francesc Ametller, estaba todavía en Cala Tirant, donde quince coches habían sido arrastrados al aumentar el nivel de la zona húmeda.

Ametller explicaba que las lluvias torrenciales habían obligado a movilizar a unas 50 personas, entre agentes de la Policía Local y la Guardia Civil, del IBANAT, bomberos de Ciutadella, Maó y Es Mercadal, así como a los integrantes de la brigada municipal que trabajaron a lo largo de la tarde a destajo con el objetivo de evitar consecuencias peores de repetirse las precipitaciones. "Estamos en alerta amarilla- explicaba el alcalde- y nos hemos centrado en limpiar el máximo de piedras, hierba y tierras que el agua ha arrastrado desde les 'tanques' para que la red de pluviales responda si vuelve a llover".

Ametller hacía suyo el comentario más repetido en el municipio- "nunca había visto llover así- y expresaba su agradecimiento por la colaboración recibida por los distintos cuerpos y por la disposición de los miembros de la brigada y su expectación ante lo que pudiese deparar la noche y el día de hoy, para el que la Agencia Estatal de Meteorología preveía cielo muy nuboso con chubascos moderados, que podrían llegar a ser localmente fuertes, ocasionalmente acompañados de tormenta, tendiendo por la tarde a intervalos nubosos.