Imagen de la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, durante el discurso del acto inaugural del Centro Penitenciario Menorca. - Archivo

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Discurso íntegro de la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, en el acto inaugural del Centro Penitenciario Menorca celebrado el pasado día 28 de julio de 2011:

"Buenos días a todos, autoridades, funcionarios, responsables de este centro, fuerzas de seguridad y a cuantos nos acompañan hoy aquí.

No miento si digo que ni este momento ni este lugar constituyen un acto soñado para mis primeras semanas como alcaldesa de Mahón. Como muchos ciudadanos de este municipio y de Menorca en general, lamento un proceso en la toma de decisiones políticas que nos deja cierta sensación de opacidad, de falta de transparencia y, por supuesto, la ausencia de más participación ciudadana en un proyecto de esta naturaleza.

Argumento en dos puntos esta impresión. Hace quince años que se planteó la oportunidad de habilitar o construir un Centro de Inserción Social, idea que generó alto grado de acuerdo político y social y sobre la que siempre se había trabajado. Sin embargo, en un momento del proceso la propuesta llega al Consejo de Ministros como Centro Penitenciario y como tal se ha desarrollado desde entonces. Ni el Ministerio de Interior ni la autoridad municipal explicaron las razones de ese cambio cuya consecuencia ha generado una sobredimensión y ha causado perplejidad en cuantos, siendo partidarios de la idea, nos hemos encontrado con un producto final bastante alejado de su concepción original.

El segundo punto de divergencia alude al emplazamiento, un aspecto que sí concita acuerdo social, pero acuerdo desfavorable. El edificio se sitúa a la vista de la carretera más transitada de la Isla y, si bien es cierto, que no hay por qué esconderlo tampoco se entiende que ocupe primera línea en un paisaje con vocación turística y uso residencial. Es probable que el transeúnte lo asimile y que el impacto no vaya más allá de la novedad inicial, pero sigo pensando que no es el lugar más adecuado y que, como en el cambio de estructura del centro, se ha hurtado el parecer ciudadano de la toma de una decisión tan importante.

Todo lo anterior no obsta el reconocimiento de la función social que cumple un centro como éste y el acercamiento a su entorno familiar de cuantos sufren privación de libertad por orden judicial. No han de perderse de vista los principios de reinserción y de socialización en los valores de la vida comunitaria y de nuestro sistema de derechos y libertades, que siguen presentes, entiendo, en el sistema penitenciario de toda organización política avanzada. Tampoco puedo omitir el impulso que, en esa línea, otorgó la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis menorquina, sensible con el problema y comprometida en la búsqueda de soluciones.

El Centro es, en cualquier caso, una realidad y para su buen funcionamiento y el cumplimiento de sus fines contará con la colaboración de la administración municipal, somos conscientes de la responsabilidad que conlleva.

Muchas gracias."