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Profesión y vocación no siempre se conjugan al unísono, en muchas ocasiones son diferentes e incluso opuestas. Pero a veces ocurre, cuando no son concurrentes, que el actor duplica su personalidad y las convierte en parte de uno mismo, de su personalidad y sin dejar la una por la otra, ejerce las dos con igual cariño y dedicación; de esta "duplicidad" de la persona, Guillermo de Olives de Vidal es ejemplo; un integrante más de la nómina de los que conjugan o han conjugado ambas cosas.

El 11 de noviembre del 2008 entrevisté a Antoni Pons Fuxá, exalcalde de Es Mercadal y payés de la toda la vida quien, entre otras cosas, me dijo: "El campo menorquín envejece". Actualmente, ¿ha cambiado esta tendencia o sigue igual que hace tres años?
Está cambiando; hoy el campo menorquín está en manos de gente joven; casi un 60 por ciento de los payeses no superado los 40 años de edad; me refiero a los llamados agricultores-ganadores, que para mí son auténticos técnicos del campo con un amplio bagaje de conocimientos en distintas especialidades que van desde las propias de su oficio, las tradicionales, hasta de maquinaria agrícola o nociones básicas de fontanería, electricidad y otras varias.

Tendencia muy positiva y que debe tener su explicación. ¿Cuál?
La encomiable labor que viene desarrollando la Escuela de Capacitación Agraria, de la que cada año salen diez o doce alumnos perfectamente preparados para asumir el reto de renovar y modernizar el campo de Menorca.

Pero al payés no se le puede engañar porque de lo contrario "saldrá por piernas".
Efectivamente, porque quien decididamente apuesta por el campo quiere ganar, quiere trabajar, pero que su sudar le rinda aquellos beneficios económicos que en otras parcelas percibiría y hoy el campo no da dividendos, o al menos los deseables para que se le abandone a su propia suerte.

¿Hay algún segmento o parcela que sea relativamente rentable?
Lo más rentable es la ganadería, aunque al ganadero (el agricultor-ganadero) se le pague muy poco por la leche o por los productos lácteos que genera. ¿Causas? Las conocidas por todos, la enorme competencia que existe en el mercado aunque en realidad en la oferta existe "molta llet enganyada", porque no es lo mismo la leche procedente de un ganado que "pastura" que la de las vacas que permanecen todo el día en el establo, realidad que se asemeja más a una fábrica de leche que a una explotación agraria; pero el consumidor, haciendo uso de la libertad individual que le es propia, elige aquellos productos más convenientes a sus disponibilidades económicas e incluso, en ocasiones, sin tener en cuenta la calidad de lo que adquiere.

Y la carne, ¿es rentable?
Te vas a reír; el precio de una vaca, para ser sacrificada, puede oscilar sobre los 240 euros, ya que el precio que se percibe por un kilo es de 90 céntimos; comprenderás que los hoteleros van como locos para hacerse con una ganga como ésta; hace diez años se cotizaba a unas cien mil pesetas; además no podemos olvidar que el precio de un kilo de "vadella ", en cualquier carnicería está entre 12 o 13 euros; y con la carne de cerdo sucede lo mismo o con los denominados huevos de aldea, los de siempre, "els ous de pagès" cuya calidad es superior a los de granja.

Conocida ésta realidad, ¿qué soluciones apuntas?
Abaratar los piensos y que la Comunidad Europea reconozca la insularidad de los islas del Mediterráneo y del norte de Europa; las Canarias cuenta con un régimen especial que les favorece enormemente mientras que nosotros, el resto de islas que te he citado, carecemos de este instrumento pero, ésta es una batalla que nuestros parlamentarios, italianos, franceses, españoles, etcétera, etcétera, no han sabido plantear adecuadamente y de antemano la han perdido y así nos va, con unos precios que hacen peligrar el futuro de las industrias cárnicas isleñas.

Pons Fuxá, entrañable personaje, me decía que muchos de nuestros predios carecen de payés y que un lloc, sin el calor que proporciona "sa madona" pierde toda su encanto. ¿Se mantiene esta tónica?
Se mantiene e incluso aumenta; existen razones de peso pero una de ellas es que el propietario no quiere invertir en algo que sabe que difícilmente podrá recuperar; el propietario ha perdido el coraje, lógico porque para mejorar y modernizar un predio debe invertir unos 200 o 300 millones de euros, esfuerzo que pocos pueden realizar; la rentabilidad de un predio está en función de muchos factores pero todos quieren beneficiarse indirectamente del trabajo que, con verdadera vocación, realiza el payés que ve como los intermediarios hacen su agosto sin el más mínimo esfuerzo; a ellos se les regatea "una peseta" pero el intermediario campea a sus aires. Un ejemplo es que hoy son pocos los predios que cultivan "ordi" -cebada- porque con la cosecha ni tan siquiera puede abonar el coste del alquiler de las máquinas cosechadoras.

Y las subvenciones, ¿son las que deberían ser?
Más que contestarte directamente a la pregunta te explicaré su funcionamiento; Bruselas, la Comunidad Europea, asume un 50 por ciento de las mismas, la que llamamos "PACA", el 25 por ciento corre a cargo de la Comunidad Autónoma y el otro 25 por ciento lo asume el Consell; teóricamente perfecto pero, mientras que la "PACA" llega cada año, las otras, concretamente el PROAGRO, no, porque afirman que carecen de dinero para abonarlo; en el día de hoy tenemos pendiente la subvención del año pasado y lo que corresponde de este, es decir hasta agosto.

Lo cual crea un cierto malestar y coloca al campo menorquín en una difícil coyuntura.
Sí; no hay dinero o no lo hubo para determinadas prioridades y compromisos, pero lo hubo para viajes, para los cargos de confianza, para ayudas a clubes y otras cosas no esenciales, pero al payés se le deja aparte, solo les interesa en el momento de las elecciones; lo otro, compensar su esfuerzo y dedicación carece de importancia olvidándose de que el suyo es un trabajo necesario y que va en beneficio de todos.

El campo, el nuestro, ¿tiene futuro?
Lo tiene, siempre y cuando no se engañe al payes, al agricultor-ganadero; sin embargo no podemos olvidar que la globalización es una realidad; las multinacionales de la alimentación lo controlan todo; compran las cosechas a años vista, proporcionan los abonos a los campesinos pero imponiendo siempre las condiciones que a ellos les favorecen y sin excesivos escrúpulos; conozco a un amigo que en una finca de Sudamérica, de unas 600 hectáreas, criaba entre 400 y 500 vacas como siempre se ha venido haciendo y tuvo que cerrar porque no podía vender la carne, carne de primera calidad, a las multinacionales… El complejo mundo en el que vivimos se mueve dentro de ciertas coordenadas ya establecidas por unos pocos y así nos va.

Me dices que Suiza es un "mundo aparte".
Efectivamente; Suiza hace la guerra por su cuenta y rentabiliza sus productos al máximo; su leche, de gran calidad, es la mas cara y subvenciona a cualquier emprendedor para que sus productos sean de la mejor calidad. Y los consumen, que es la formula más idónea para que la "cadena" no se interrumpa.

Nuestros políticos, ¿tienen algo o mucho que ver en esta realidad realmente preocupante?
Yo comparo a los políticos actuales a los de antes y sin entrar en valoraciones personales, considero que están a años luz, profesionalmente hablando, los unos de los otros, con ventaja para los de antaño y lo que España actualmente necesita son políticos competentes y capaces de generar confianza.

En ocasiones he manifestado que muchos políticos quieren ejercer de técnicos sin serlo. ¿Estás de acuerdo?
Lo estoy; al político se le elige para que ejerza de tal y que sean sus técnicos, sus colaboradores, quienes lleven a cabo el "trabajo de campo"; Ramón Orfila fue uno de ellos, yo diría que casi fue la excepción dentro de un panorama en el que no abundan los políticos con sentido común.

¿Crees en el agroturismo u otras formas similares?
Hay quienes creen en ello por lo tanto he de ser respetuoso con esta forma de rentabilizar el campo; lo que no puede permitirse es que la burocracia frene cualquier tipo de inversión que se plantee en este sentido; debe haber determinadas condiciones a cumplir, pero no impedir que un predio se apunte a un plus de rentabilidad; además el turista que se acoge a esta modalidad posee una sensibilidad especial totalmente de acuerdo con las propuestas que los menorquines defendemos.

La agricultura ecológica, ¿es una solución?
"L'hortalà de sempre" es el mejor referente de la agricultura ecológica; pero, y considerándola realmente positiva, quiero recordar que el mercado insular es muy limitado y que no siempre los productor ecológicos son los más apreciados, sin embargo todo cuanto vaya en beneficio del campo menorquín, toda iniciativa ya sea para la producción de vinos u otros productos autóctonos, merece el apoyo de todos especialmente de la Administración ya que la agricultura ecológica tiene muchas dificultades para subsistir y para consolidarse.

¿Hay que "sembrar optimismo" o lanzar la toalla?
Mientras haya jóvenes ilusionados por el campo no hay que lanzar la toalla sino todo lo contrario, "sembrar optimismo" pero sin engaños, abonando las subvenciones prometidas a su debido tiempo, ir de cara y con la verdad por delante.

De ti yo diría que eres o has sido militar de profesión y payés de vocación. ¿Acierto?
Yo más bien diría que he sido un privilegiado porque he podido dedicarme a las dos cosas que más me gustan, la milicia y el campo; en ocasiones pienso que en mi ha habido dos personas, o un desdoblamiento de mi personalidad, el militar y el payés.

Además de la Academia, de grato recuerdo, que dirigía el comandante Sart, y antes en el Instituto, ¿en qué otros colegios estudiaste?
Comencé como párvulo en el colegio San José, en el Cós de Gràcia, cuya referencia sigue siendo para mi Sor Demetria, a la que de niño idealicé como mi particular ángel de la guarda. Luego pasé al Colegio de los Hermanos, con el hermano Pedro y seguidamente al Instituto en donde cursé los dos primeros cursos; luego, y por motivos familiares, enfermedad de mi madre, continué mi etapa escolar en Barcelona, en el colegio San Ignacio, en donde estuve cuatro años.

Una vez superado el ingreso estuviste dos años en la Academia General Militar, en Zaragoza. ¿Dónde completaste tu formación castrense?
En Ávila, la austera capital castellana, y luego, al salir de teniente, estuve destinado aquí y en Palma; posteriormente al ser ascendido a capitán fui destinado a La Coruña, en donde permanecí por espacio de cinco años; la guarnición coruñesa era importante, con unos mandos -jefes, oficiales, suboficiales y demás- de cerca de 3.000 militares, por lo que nos pasábamos medio mes preparando las nóminas, a máquina, no como ahora, y el otro medio mes haciendo los sobre individuales de las mismas, pero a mano … Afortunadamente conseguí pagar a través del banco con lo que dichos trabajos se simplificaron enormemente.

¿Cuál fue el siguiente destino?
Palma, en donde estuve otros cinco años y al ascender a comandante fui destinado, a petición propia, a Ronda; en este maravilloso destino me convertí en "pagador" de todo; incluso de la residencia para estudiantes -un hotel con cabida para 80 alumnos- que cursaban el Bachillerato y que luego ampliamos con una academia preparatoria para el ingreso a la Academia General Militar. De Ronda guardo un gratísimo recuerdo sobre todo por la alegría desbordando que envolvía toda la ciudad, incluso el personal que cuidaba de la residencia, sobre todo ellas, era extraordinario y cumplían con su trabajo a la perfección y con alegría contagiosa.

Y en Palma cerraste tu ciclo militar.
Sí, en el Centro Financiero de Capitanía General, el "ALOC", y de allí, al ascender a Coronel, a "casa", porque mi destino era Madrid, destino que no me entusiasmó y decidí cortarme la "coleta".

Pero sin dejar de ser útil en otras facetas.
Así sucedió; como disponía de tiempo libre acepté la presidencia de AGRAME y del Casino Mahonés, quería, como dices, seguir siendo útil y no dedicarme a vegetar.

La formación castrense, la militar, ¿es escuela de vida?
Lo es, los militares son o somos, como quieras considerarlo, gente preparada y muy activa, de hecho muchos de los que dejaron el servicio activo, acogiéndose a la distintas ofertas que en este sentido se produjeron, en la vida civil siguieron trabajando en actividades diversas, sobre todo para no estar mano sobre mano.

La "mili", el servicio militar obligatorio, fue para muchos españoles "una escuela" de convivencia y aprendizaje. ¿Lo consideras así?
Sí; en el 64, en mi primer destino como teniente, todos los soldados tenían un oficio y "moltes ganes de fer feina"; años después eran pocos los que tenían un oficio, pero habían estudiado, tenían "una cultureta" y, en el cuartel aprendieron un oficio, la mayoría de ellos se decantaron por convertirse en choferes de camión, autocares y demás, de hecho se les había preparado para la vida civil; en ocasiones la teoría y la práctica no van de la mano pero muchas veces es más rentable apostar por lo segundo.

A la juventud actual, ¿se le educa como se nos educó a nosotros?
No, a nosotros se nos educó en el respeto y con muchas obligaciones; los jóvenes de hoy desconocen el valor del esfuerzo y del sacrificio, yo diría que les hemos mimado demasiado.

El 20-N elecciones generales, ¿el adelanto ha sido una buena noticia?
Sí, e incluso si fuera posible yo las adelantaría todavía más; Rodríguez Zapatero, nuestro actual presidente, se ha visto obligado a adelantarlas porque ha comprendido que había perdido la credibilidad, aquí y fuera, que un gobierno necesita para llevar a cabo sus funciones, de ahí el adelanto que es, a mi modo de ver, una gran noticia para que España recobre la credibilidad.

A quienes viven del campo, a los que tú llamas agricultores-ganaderos"y lo sientes como algo muy propio, ¿qué les dirías?
Que no pierdan la fe ni el coraje, que en esta vida todo gira y, que por esta ley llegará un mañana mejor en que su trabajo será valorado en su justa medida; a los otros, a las administraciones, les pediría que sigan apoyando a los payeses, al mundo rural, porque parte del futuro, de nuestro futuro, está en sus manos.

Y a la vida, con los seis nietos que os aportan, tanto a Beatriz, tu esposa, como a ti, una gran dosis de alegría, ¿qué le pides?
No perder la ilusión. ¿Te basta con ello?

Sí, porque entiendo el "mensaje", ya que sin ilusión la vida pierde todo su aroma, su sabor y su calidad.