Acto. El Papa se dirigió a los participantes en la JMJ tras pasar por la Puerta de Alcalá y recibir las llaves de oro de la ciudad de manos de Alberto Ruiz-Gallardón - Reuters

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Tarde de intensas emociones ayer en Madrid, donde el Papa Benedicto XVI cruzó a pie la Puerta de Alcalá a las 19.30 horas acompañado por 50 jóvenes, diez de cada continente, ante los vítores de una multitud entregada que llevaba entre cuatro y cinco horas esperándole bajo el sol, cantando, bailando y agitando sus banderas, con gritos como "esta es la juventud del Papa" o "Se nota se siente, el Papa está presente".

El pontífice, accedió a la plaza en torno a las 19.20 horas en el papamóvil, entre fuertes medidas de seguridad y sin dejar de saludar a los presentes, y fue recibido al pie del vehículo por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón y su esposa, María del Mar Utrera, y el cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.

Benedicto XVI se dirigió entonces hacia el arco central de la Puerta de Alcalá, donde recibió las llaves de la ciudad de manos de su alcalde, además de saludar uno a uno a los jóvenes de distintos países que le acompañarían para cruzar la Puerta de Alcalá, cada continente por cada uno de los arcos y, tras pasar el umbral, recibió como presente una maceta con un esqueje de olivo y un cuenco con tierra de Madrid, que él mismo colocó dentro de la maceta para que el árbol crezca en suelo español.

A continuación, el Pontífice presenció un espectáculo de doma española con jinetes jóvenes, recibió de manos de dos niños una imagen de la Virgen de La Almudena y escuchó la banda de música 'Zamarrilla' de la Hermandad de la Amargura de Málaga.

Antes de dirigirse a los cientos de miles de jóvenes congregados en el centro de Madrid, y a los que seguían la retransmisión de los actos a través de los medios, el Santo Padre recibió de cinco jóvenes provenientes de los cinco continentes regalos representativos de cada lugar.

Asia, una joven europea, le ha entregado pan y sal porque en el libro del Papa 'Jesús de Nazareth' Benedicto XVI enseña a los cristianos "que comer en común pan y sal sirve para sellar sólidas alianzas", mientras que un joven proveniente de Sidney, donde se celebró la JMJ anterior en 2008, le ha entregado una guirnalda de flores "por ser el continente más joven del planeta".

Ji-In, proveniente de Asia le ha ofrecido un cuenco de arroz que significa "el gozo de las gentes del inmenso continente asiático al acoger a su querido padre" y Yester Licona, un joven hondureño le ha regalado 'sarape' que representa el regalo "de amistad que identifica a los pueblos americanos". Brenda, proveniente de África, le ha regalado granos de café envueltos en hojas de plátano que representa "el tradicional gesto de bienvenida africano.

Una vez cumplimentado, el Papa pidió, en su primer mensaje ante el júbilo de miles de jóvenes que recen para que el mensaje de esperanza y amor de Cristo también tenga eco en los corazones de los que no creen o se han alejado de la Iglesia, cuyos ojos estaban puestos ayer en Madrid según destacó.

"El Señor nos ha congregado para vivir en estos días la hermosa experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud. Con vuestra presencia y la participación en las celebraciones, el nombre de Cristo resonará por todos los rincones de esta ilustre Villa. Y recemos para que su mensaje de esperanza y amor tenga eco también en el corazón de los que no creen o se han alejado de la Iglesia", dijo Benedicto XVI ante el entusiasmo de los miles de asistentes.