Maximiliano Weinbinder - M.W.

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Autoficha
Me llamo Maximiliano Weinbinder y tengo 35 años. Mi padre es alemán y mi madre italiana, pero yo nací en Argentina. Tengo tres hijos. Llegué por primera vez a Menorca en 2005 aunque me instalé definitivamente en 2007. Mis estudios son de informática pero estos últimos diez año me he dedicado al turismo. Actualmente soy director de un hotel de Fornells. Mi gran afición son las vespas italianas. También me gusta mucho el deporte, concretamente, el fútbol.

Con la crisis del 2001, decidió irse de Argentina. ¿Cuál fue su trayectoria hasta que vino a vivir a Menorca?

Me fui a trabajar al norte de Italia. En 2005, mi padre y yo vinimos de visita a Menorca y me encantó la Isla. Después estuve dos años trabajando en Canarias y en Francia hasta que me llamó un amigo y me dijo que había un puesto de trabajo en un complejo turístico de Fornells, donde empecé a trabajar de maître en 2007. Llevo cuatro temporadas como director del hotel y para mí es todo un desafío. En temporada alta llega a haber 800 personas cada día y hay que atenderles correctamente. Es mucho trabajo, tensión y estrés pero se ve recompensado cuando ves buenos resultados.

Ha trabajado en diferentes países. ¿Cómo ve Menorca respecto al resto de destinos que conoce?

Menorca es un paraíso, pero el problema es que ahora la gente se deja llevar por el precio y, en eso, la Isla no puede competir con otros lugares tanto nacionales como extranjeros. Este año, nosotros hemos conseguido una buena ocupación, la mejor desde hace cinco años. Cuando yo llegué, en 2007, la situación era complicada. Ahora empieza a haber aires de cambio.

Su gran pasión son las motonetas. ¿Cómo se aficionó?

Fue en la época en la que vivía en Italia. Allí se forman muchos grupos de este tipo y viajan con sus motos. En Argentina también lo hacemos. Me encantan las scooter clásicas de los 60 y 70. Las restauro y tengo cinco vespas, una Lambretta y una Volkswagen Combi del 61 con la que recorrí 10.000 kilómetros en Argentina con mis hijos.

De todos los países en los que ha estado, ¿con qué lugares se queda?

Menorca me gusta mucho, lo que pasa es que fue un cambio muy grande. Buenos Aires tiene 15 millones de habitantes y es muy cosmopolita. Italia me tira mucho por mis raíces. También me gusta mucho Barcelona. Me parece una ciudad muy organizada, cerca del mar y con mucha mezcla. Como decía, al venir de Buenos Aires, no me asusta el caos de las grandes ciudades.

¿Cuáles son sus proyectos de futuro?

Seguir trabajando en turismo, que es lo que me gusta. Un día querría llevar a cabo mi propio proyecto, pero la ubicación aún no la sé, dependerá de muchos factores.