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A las 19.35 horas los dos primeros caixers bajaban trotando por el Cós de Gràcia. La vía estaba completamente llena y es que las "corregudes" son desde hace años un acto que despierta gran expectación entre los ciudadanos.

Mientras que dieciséis parejas de caballeros iban a participar en las carreras, el resto de jinetes esperaban en la calle Verge de Gràcia. "Aguardamos a que terminen en las carreras y nos recojan para realizar el 'caragol' por el centro. Algunos preferimos no correr porque nuestros caballos están cansados", explicaba uno de los caixers.

Primero, todos los participantes recorrieron la calle de una punta a la otra. En la calle de la Estrella, esquina con el Cós, se situó un pequeño escenario en el que se sentaron la Junta de Caixers y los concejales del Ayuntamiento. A su lado, miembros de la Associació Musical de Maó tocaban alegres piezas musicales.

Un espectáculo
Como siempre, es todo un espectáculo ver cómo se van desarrollando las carreras. Muchos visitantes quedan fascinados al comprobar que no hay ninguna barrera de seguridad. "Llevamos años haciéndolo así y todos vamos con cuidado", comentaba una vecina a un grupo de jubilados gallegos.

Seguridad
El trabajo de la Policía, los miembros de Protección Civil y de la Cruz Roja es imprescindible para el buen desarrollo del evento ya que hay público de todas las edades, algún que otro despistado o quien va más alegre de la cuenta. Por eso, cuando suenan las bocinas, todo el mundo sabe que los caballos se acercan y la gente abre paso a medida que galopan para dejar paso libre. "Es muy bonito verlo desde tan cerca. Además, los animales están preciosos", observaba un turista madrileño.

Una vez que ocho caixers habían terminado su carrera, pasaban frente a la tarima para que se les obsequiara con la tradicional caña verde y la cucharilla, para después continuar de nuevo calle arriba entre los aplausos de los asistentes.

Las carreras finalizaron con el paseo de todos los participantes que, posteriormente, se unieron a sus compañeros situados en la calle Verge de Gràcia para llevar a cabo el último 'caragol' de las fiestas junto a la Banda de Música de Maó, recorriendo Ses Moreres, Costa de Sa Plaça, plaza Colón, calle del Ángel, plaza Reial, Anuncivay, plaza del Príncep, plaza del Carme, plaza Espanya, portal de Mar y Constitució, lugar en el que se llevaría a cabo el último toc de fabiol y la bebida de caixers en el Ayuntamiento.