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Algo más de un millón de euros. Eso es lo que vale que se quiebre la confianza con la que Caritas Diocesana de Menorca trabajaba junto con las administraciones en favor de una sociedad más igualitaria que permitiese la promoción integral de todas las personas con independencia de su edad, su sexo, su procedencia y sus circunstancias personales, familiares, económicas y sociales. Las diferentes administraciones adeudan en este momento a la entidad diocesana 917.096 euros, cantidad que resulta de sumar las subvenciones concedidas pero no ingresadas, algunas de las cuales se remontan a 2007, y las facturas impagadas por servicios o productos prestados por Caritas..

El desequilibrio en las previsiones de ingresos se agrava con las deudas que se tienen con la TIV, la planta de tratamiento integral de residuos voluminosos, y se completa con la falta de convocatorias en materia de empresas de inserción, a las que Caritas pretendía acceder con dos proyectos valorados en 150.000 euros.

Con impagos por valor de 283.747 euros, el Govern es el principal deudor de la entidad diocesana, seguido del Consell- 263.167 euros- y los ayuntamientos de Ciutadella, Alaior, Maó y Es Castell- que deben un total de 213.000 euros-. En la lista de deudores se sitúan a continuación la Unión Europea, que también ha dejado de abonar a Caritas 99.444 euros, y el Fons Menorquí de Cooperación, con una deuda de 57.759 euros.

El análisis de estas deudas permite comprobar cómo la entidad diocesana menorquina se ha visto inmersa en el impacto que la falta de liquidez ha provocado en el tejido económico. Por un lado, a Caritas los ayuntamientos le deben dinero por servicios y productos que les han llegado a través de Serveis Ambientals Mestral, la Asociación Mestral, las tiendas S'Altra Senalla o Ecoparc, entidades todas ellas afectadas por la proverbial morosidad de la Administración.

Asimismo, estos consistorios tampoco han podido hacer frente al pago de las cantidades con las que subvencionaban recursos como las Casas de Acogida- caso de Maó y Ciutadella, que por número de población han de ofrecerlo- o Es Barracó, sólo en este último municipio, que es el que más alta mantiene su deuda pues no ha abonado las ayudas correspondientes a ambos servicios, así como al Taller Mestral, ni este año ni el pasado.

El impago de ayudas es la constante para el resto de administraciones, sólo el Consell y el Govern dejaron facturas en el cajón. La institución insular dos, una de 2007 por valor de 1.788 euros y otra de hace dos años que asciende a 732, y el Ejecutivo autonómico una de 31.808 euros que se corresponde con la impartición de un curso de agentes sensibilizadores del cambio climático.

Por contra, entre 2010 y 2011, el Consell ha dejado de pagar seis líneas de subvención, la mayor de ellas destinada a sufragar el itinerario de inserción vinculado a la renta mínima y que asciende a 100.000 euros; el Govern, nueve, el Fondo Social Europeo, una, y el Fons Menorquí de Cooperación, tres. Además, la Unión Europea dejó sin pagar una ayuda de 53.069 euros concedida en 2008 y la Comunidad Autónoma hizo lo propio con otra de 2007- de escasa cuantía, eso sí, 1.290 euros- destinada al tratamiento de residuos peligrosos.

El retraso en el cobro de estas subvenciones, que no ha implicado dejar de llevar a cabo las actividades que se sufragaban con las mismas, ha obligado a Caritas a concertar diferentes operaciones financieras, lo que ha motivado un incremento en este tipo de gastos. Así las cosas, los 777.945 euros que la entidad prevé de ingresos propios este año- ventas y donaciones- resultan claramente insuficientes para dar respuesta al volumen de gastos que generan la atención a casi un millar de personas cada año- 799 durante 2010- y el elevado número de respuestas de intervención y acogida que se les da- 2.226 el año pasado- según la última memoria.