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"Estamos decepcionados porque con la crisis las administraciones no han sido sinceras ni coherentes con lo que han dicho y hecho y se está rompiendo la tendencia de colaboración y trabajo conjunto que veníamos manteniendo", reconoce Antònia Florit. La secretaria general de Caritas no oculta la desazón con la que se enfrenta la entidad a un necesario cambio de ciclo, imprescindible para su viabilidad, y del que se habló ayer largo y tendido en una reunión de trabajadores celebrada en Maó.

"Tenemos que caminar hacia un nuevo modelo de acción social de Caritas sin perder identidad", reconocía Florit poco antes del encuentro con los trabajadores, en el que se abordó la compleja situación económica en la que se encuentra la entidad y cómo se reconduce una actividad que ha de ir "más allá de los servicios sociales, siendo más comunitarios", en palabras de la secretaria general.

Por este motivo, Caritas Diocesana ya ha iniciado un proceso de reordenación de áreas y programas, con el objetivo de adecuar la actividad diaria a los recortes que sufrirá el presupuesto a consecuencia de la falta de subvenciones. Según explican desde la entidad diocesana, el plan de viabilidad que contará con la participación de todos los trabajadores y el acompañamiento de Caritas Española no perderá de vista que el servicio a la persona es el eje de la labor que desarrollan los empleados y voluntarios. Por este motivo, y debido a las nuevas realidades que se van detectando y a la obligación de priorizar a quien más necesidad tiene, Caritas de Menorca está dispuesta a "situar la responsabilidad de cada uno en el lugar que toca".

Para la entidad menorquina, esta redefinición es imprescindible a raíz de los cambios normativos introducidos en materia de derechos básicos y servicios sociales- fruto del trabajo conjunto entre las entidades más representativas del Tercer Sector, entre ellas Caritas- por el que los que la Administración tiene obligación de prestar determinados servicios.

"Nosotros no podemos seguir encargándonos de cosas que corresponden a otras administraciones porque eso supone dejar de lado necesidades que nadie entiende que debe cubrir. Se trata de volver a establecer prioridades y de insistir a la Administración de la necesidad de establecer líneas estratégicas y sistemas de planificación y evaluación de todos estos servicios para evitar duplicidades y optimizar recursos", reflexiona Florit.