Marcha. Los manifestantes recorrieron las principales calles del centro de Maó, como la Costa de sa Plaça. La marcha salió de la plaza Esplanada pasadas las 19,30 horas - Paco Sturla

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Víctimas de los recortes, ciudadanos preocupados por el desmantelamiento de los pilares básicos de la sociedad del bienestar -la educación y la sanidad-, particulares "mosqueados e indignados", adheridos o no al Movimiento 15-M, profesores sin material para sus clases, trabajadores sin empleo o con el paro como horizonte a corto plazo. Así se definieron muchos de los que acudieron ayer a la manifestación convocada por los sindicatos UGT, Comisiones Obreras (CCOO), STEI-Intersindical y a la que se sumó el sindicato de policías UFP, que concentró a unas 700 personas, según fuentes policiales, y un millar, según las organizaciones convocantes.

Convertidos en expertos en macroeconomía a su pesar, y en malabaristas de las cuentas domésticas por necesidad, porque anoche, además de los sindicalistas convencidos, marcharon entre las plazas Esplanada y Miranda de Maó personas que ponen cara y ojos a las últimas cifras del paro en Menorca. "Soy una víctima de estos recortes", respondía una trabajadora de la Administración insular, sin querer aportar su nombre. "El día 31 acabo mi contrato después de más de nueve años de antigüedad, dicen que por los impagos del Govern".

Tras la pancarta con el eslogan "El treball digne no és un privilegi. L'ocupació i les persones primer", los secretarios generales de los sindicatos encabezaron una marcha que concluyó delante de la sede de la Dirección Insular de la Administración General del Estado con una clara llamada a la movilización social, con el objetivo de frenar unas políticas de austeridad que consideran injustas e ineficientes, porque sólo, afirman, han logrado empobrecer a la población.

"No somos del 15-M pero estamos indignados, sí, por las políticas de recortes del Govern, del Gobierno central y de Europa, están atacando al trabajador y no se hace nada para crear empleo o mejorar las condiciones del que lo tiene, pero a la banca sólo se le insufla dinero, claro, para que no pierdan lo que han invertido en Grecia", afirmaba Antonio, empleado de la Administración central. "Estas decisiones económicas no están influyendo a todos, tenemos casi 5 millones de parados en un país como España".

"En la residencia de ancianos del Consell han pasado de cinco a tres enfermeras, no hay sustituciones, no se cubren plazas interinas", corroboraba otra empleada de la sanidad insular a punto para iniciar la marcha desde la plaza Esplanada. También se han recortado las sustituciones por bajas cortas en la educación y los docentes que tienen empleo temen perderlo cuando se aumenten las horas lectivas por profesor. "A mí aún no me han tocado los recortes pero el año que viene podría quedarme sin trabajo", explica un profesor de Formación Profesional. "En mi instituto no tenemos material en el taller, para las prácticas, o fungibles, y se dice que, si no pagan a los proveedores, no habrá calefacción este curso, además, han aumentado la ratio de alumnos por clase".

Entre los manifestantes también se encontraban los últimos "despedidos" del departamento de Formación del Consell. "No somos catorce, somos más, porque los orientadores de la Fundació de Discapacitat y de Caritas también se van a la calle, y en Mallorca son unos 80", explicaba una de las trabajadoras afectadas por la supresión del contrato programa de orientación laboral del Govern, que anualmente firmaba con el Consell. "Con esto se rompe una estructura de diez años, un servicio de orientación para todos los ciudadanos, pero sobre todo los más vulnerables, está pasando en todas las Islas, y que no digan que nos van a recolocar en dos semanas porque no es así, nos vamos a una bolsa y ya veremos".

Miembros de Caritas, entre ellos su gerente, Antònia Florit, también se sumaron a la manifestación. "Si no cobran las ayudas, ¿cómo lo van a hacer? Nos preocupa mucho la situación", aseguraba una voluntaria.

Manifiesto
Los testimonios confluyeron, cerca ya de las nueve de la noche, en un manifiesto leído por el músico menorquín Miquel Mariano, en el que se hizo hincapié en el origen de la crisis, en 2008, que los sindicatos achacan a "la codicia sin límites de los especuladores financieros". "En Europa hay 23 millones de parados y en España nos acercamos a los 5 millones, de los cuales el 46 por ciento son jóvenes menores de 25 años, y las instituciones europeas han sido incapaces de gestionar la crisis, sólo se plantean reducir el déficit con reformas que recortan los derechos, la protección social y debilitan la negociación colectiva", rezó la declaración.

El mensaje final de los líderes sindicales fue para animar a la movilización, con duras críticas a los bancos y a los gobiernos que "les inyectan dinero de los impuestos de los ciudadanos", así como al Govern, por recortar programas en la educación como los de absentismo o convivencia.