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Ciutadella siempre fue cuna de grandes futbolistas; la lista de jugadores salidos de la factoría de Calós y que saltaron el charco para jugar en equipos peninsulares incluso en el Atlético Tetuán, en el antiguo protectorado español en Marruecos, caso de Joan Juaneda Saurina, es sumamente larga, yo la encabezaría con Nito Bagur Coll y Biel Taltavull Monjo, y la seguiría con el "argentino" Pancho Marqués, Diego Llopis Caules, Antonio Florit Bosch, los dos Capó, Joan y Andreu, Joaquín Carretero Comella, José Bagur Ponsetí, Pere Bagur y con todos los que recalaron en clubs mallorquines y la finalizaría en los más recientes como el hoy sportinguista Medina; posiblemente me habré dejado a algunos, además de todos los que han militados en equipos de otras poblaciones de la isla.

Hoy, el elegido es Joan Capó Moll, que "tocó el cielo" cuando fichó por el Barça en la época del tandem holandés formado por Rinus Michel, en el banquillo y Cruyff sobre la hierba.

Naciste aquí, en Ciutadella y estudiante en Calos, ¿qué otros datos señalamos?
Los propios de un chaval en una ciudad menorquina de hace cincuenta años; colegio, jugar por la calle, muchísimos amigos y para de contar. Recientemente nos reunimos los amigos de aquella época y en la fotografía posterior a la comida somos 51, y eso que faltaron algunos. La convivencia de aquellos años era mayor que en la actualidad porque vivíamos muy conectados con la calle.

Tus primeros equipos formales, tras tus escarceos por "es pati de Santa Clara", fueron el "Espanyolet" y el Atlétic Ciutadella.
Sí; el "Espanyolet" pertenecía al Casino 17 de Gener y era una continuación de los equipos "informales" del Colegio Salesiano, y tras ésta primera etapa fiché por el Atlétic Ciutadella en el que jugué solo un año porque fiché, desconozco las circunstancias que propiciaron éste hecho, por el Barcelona.

De aquella primera etapa, antes de dar el salto, ¿a qué entrenadores recuerdas?
A casi todos, Ciutadella era como un pueblo grande y todos nos conocíamos de ahí que siempre me llevé muy bien con todos ellos y ahora, al cabo de los años trascurrido sigo recordándoles; a Pedro Carretero, a Toni Florit, a Ortega y a Solsona este último lo tuve durante el año en que milité en el Atlético, equipo que ya tenía un cariz semiprofesional, pero con todo, siempre había alrededor nuestro, gente de la casa, Pancho por ejemplo.

Para ti, ¿qué representó el fichar por uno de los grandes, por el Barça?
Imagínatelo pero en el entorno de un chaval de 18 años y en la década de los 70. Mucho más que un sueño, el poder tocar la gloria. El primer paso fue adaptarme al cambio, dejar mi pueblo, mi familia, mis amigos y recalar en una gran ciudad como Barcelona, y estar allí para jugar en un equipo de leyenda, pero comprendí que no era un sueño sino una realidad y una oportunidad que debía aprovechar.

Y en la Ciudad Condal, ¿dónde vivías?
En una pensión en la que la mayoría de huéspedes éramos jugadores y algún que otro estudiante; en ella estábamos muy bien atendidos y bajo el control del Club, lógico porque todos éramos gente joven. Luego, en el segundo año me instalé en un piso de una familia de Ciutadella en cuya casa éramos muy pocos, el trato era muy familiar y me encontré casi como si estuviera en mi propio hogar.

De hecho en el Barcelona estuviste dos temporadas, la de 73/74 y la del 74/75, ¿fue así?
Lo fue, y precisamente en la primera temporada llegó Cruyff. Yo fiché como tercer portero porque en la plantilla estaban dos excelentes porteros, Sadurní y Mora y en un desplazamiento en que iba como tercer portero, Mora cayó lesionado, lesión bastante grave ya que se fracturó la tibia y el peroné y al pronosticarle más de medio año de convalecencia, yo pasé al primer equipo como segundo portero.

Por lo que me dices alternabas entre el primer equipo y el Barcelona Atlétic, ¿cierto?
Del todo, jugaba en el filial pero me entrenaba con el primer equipo porque Rinus Michel, que en aquel entonces era el entrenador, quería seguir mi evolución.

La llegada de Cruyff hizo que los relojes se pararan, ¿Era un jugador especial?
Si, para mí ha sido el mejor jugador de todos los tiempos, ahora está Messi, pero Cruyff, al menos para mí, sigue siendo Cruyff.

En la temporada 75/76 fuiste cedido al Sabadell, ¿cuál fue el motivo?
La mili que en aquellos años duraba 18 meses y que me impedía entrenar con la asiduidad exigida para jugar en un equipo de Primera. Seguía entrenando con el primer equipo y jugaba en el filial por lo que consideraron que cederme al Sabadell podía beneficiarme y así se hizo, con todo lo que ello suponía y que a la larga representó.

Sí, porque lo que en principio debía ser una cesión por un año se convirtió en una estancia que se prolongó hasta el 79.
Efectivamente, allí me encontré a gusto y me quedé. En el equipo había un ambiente muy bueno y los entrenadores que tuve, tanto Juarrieta, como Pepe Martínez eran de un gran nivel técnico y excelentes en lo personal.

De Sabadell, cruzando la Península de este a oeste, recalas en Vigo. Cuatro años en el Celta con el que ascendiste a la División de Honor.
También fue aquella una bonita etapa. En el primer año formamos un excelente equipo y nos proclamamos campeones de grupo de Segunda División, incluso ganamos el trofeo "Ciudad de Vigo" en el que participó el Barcelona y del ascenso de categoría ni te habló, fue fantástico, inolvidable.

¿Algunos mimbres de aquel equipo?
El entrenador era el yugoslavo Pavic y entre mis compañeros estaban Castro, un exbarcelonista como yo, Manolo, Vallecas, Suárez y el brasileño Ademir, un auténtico fuera de serie.

Pero decidiste regresar a Sabadell, como quien dice tu segundo hogar.
Sí, en Sabadell querían formar un equipo con aspiraciones en base a jugadores más o menos veteranos y gente joven y Dauder pensó en mí. Acepté el envite, "anar per feina" y fiché. Se formó un buen equipo, competitivo en grado superlativo y en dos años ascendimos de Segunda B a Primera, aquello fue de fábula, como tú dices, "tocar la gloria".

O el cielo, como prefieras. ¿Recuerdas el entrenador del ascenso?
Urribarri, un vasco muy apropiado para faenas de ésta índole como es un ascenso de categoría.

Sin ser un portero excesivamente alto, tenías otras cualidades muy destacables que te convirtieron en un guardameta muy eficiente.
Ten en cuenta que además de las cualidades personales de un portero hay otros factores muy importantes. Un guardameta, que es el único especialista de un equipo, debe saber colocar a su defensa, incluso convertirse, en ocasiones, en el primer atacante. Yo aprendí esta lección y mis compañeros de zaga eran conscientes de que debían seguir mis indicaciones. Además, al final de mi carrera, iba mucho mejor por alto que por bajo. Sin duda se debe a la experiencia que, día a día, te va enseñando.

A los 36 años de edad, con 17 años de profesional y cuatro temporadas jugando en Primera División, decides colgar las botas y regresar a Ciutadella, ¿alguna razón en particular?
No, en particular ninguna sino todo un cúmulo de ellas, la principal es que no quise ser uno más. Los años pasan y el fútbol, a un nivel de exigencia personal alta, requiere vivir exclusivamente para éste deporte y preferí colgar las botas en el momento que consideré más idóneo y menos traumático.

Ciutadella siempre dio excelentes porteros, algunos realmente importantes como tú mismo o Nito Bagur, también jugadores de campo, Taltavull, Diego Llopis, Toni Florit y otros muchos, ¿por qué ahora la situación es otra?
No lo sé. Tengo, esto sí, mis teorías, pero a ciencia cierta desconozco las causas de ésta realidad. Antes, cuando yo era un chaval, vivíamos en la calle, organizar un "partidet" era corriente. Ahora la calle es para los vehículos y es imposible jugar en ella, además ahora los chicos estudian más y dejan la isla para seguir estudiando para formarse y labrarse un porvenir profesional alejado del fútbol. Y si esto no fuera suficiente la oferta deportiva en más amplia, mucho más que en mi época, ahora, basket, voleibol, tenis y mil cosas más hacen que cada uno elija su especialidad deportiva que más le apetece y el fútbol ha dejado de ser la única alternativa para convertirse en una más.

¿Te sigue gustando el fútbol?
Sí, siempre me ha gustado y sigue gustándome aunque lo disfrute desde otra perspectiva. Antes lo hacía a lo vivo ahora como espectador; sin embargo debo decirte que en el fondo el fútbol de hoy es igual al de antes, las formas, la organización y todo el entorno ha cambiado, pero fútbol es fútbol, lo fue, lo es y lo será.

Y de la mejor Liga del mundo, la nuestra, en la que dos súper clubs -Barça y Madrid- están a años luz del resto de equipos, ¿qué opinas?
Que la diferencia de los dos equipos que has citado siempre ha existido. Si recuerdas al Barça de las "5 copas", o al Madrid de Di Stefano comprobarás que todo sigue igual, la "figura" ficha por el equipo que sabe tendrá posibilidades de triunfar. Messi sin Xabi, Iniesta y demás compañeros no sería el gran jugador que es, aunque él sobresalga en un equipo que reiteradamente ha tocado el cielo.

Al colgar las botas, o los guantes, y regresar a casa, ¿cómo encaraste tu nueva vida?
Habíamos montado una tienda de moda infantil, "Fillets" y nos volcamos en ella y aquí seguimos. Además siempre consideré que el fútbol no era eterno, que llegaría el momento de seguir por otros derroteros y fui consciente de ello, de hecho siempre me he sentido electricista y un privilegiado por haber podido "ejercer" mi afición y hacerlo en equipos de primera línea.

Si tú nieto te dijera que quiere dedicarse al fútbol, ¿qué le dirías?
"Endavant" y que fuera consecuente con su elección y no se lo diría solo a él sino a cualquier chaval que me pidiese consejo. Siempre he creído que cualquier elección personal debe ser no solo respetada sino también apoyada. No creo en el paternalismo, más bien en el apoyo familiar y en la responsabilidad personal.

Aquí en Menorca recordarás que los campos se llenaban, ahora, están semivacíos, ¿cuáles son las causas?
Muchas, las mismas por las que no salen jugadores con la proliferación de antes. La oferta semanal deportiva es amplia, no digamos de la televisiva y la comodidad se ha impuesto. A mí me gustaría desplazarme a Maó para ver jugar al Sporting pero a la hora de la verdad pienso no solo en la ida sino en el regreso y me quedo en casa.

Un personaje como tú, con una aureola deportiva importante, a nivel de pueblo es un valor a tener en cuenta, me refiero en lo político; ¿has sido tentado por algún Partido?
Afortunadamente no. Ningún partido político me ha tentado tal vez porque conocen mi forma de ser y pensar.

¿No te gusta la política?
Al contrario, me gusta en si misma y por su importancia, lo que no me gusta son determinados políticos, aquellos que en vez de servir al pueblo se sirven a si mismos.
La cita del 20N está a la puerta de la esquina, ¿irás a votar?
Iré, siempre he ido y en esta ocasión seguiré haciendo uso de mis derechos constitucionales.

¿Te preocupa el futuro?
Tanto o más que a cualquier ciudadano. Me preocupa sobre todo porque las cosas no acaban de solucionarse, al contrario se complican cada vez más y el futuro está ahí. En realidad el futuro empieza cada mañana.

Tú, al estar en contacto directo con la ciudadanía, ¿qué piensa la gente de la realidad de nuestra Menorca?
Hay comentarios para todos los gustos y aunque no sea un entendido en tales cuestiones, el sentimiento más común es que debemos actuar con prontitud y definir el modelo de isla que queremos, no ir de un lado a otro sin saber hacia donde vamos o queremos ir.

¿Salvaremos la crisis?
La salvaremos aunque con muchas dificultades y sacrificios, pero, confío en que seremos capaces de encontrar el mejor camino para salir de ella.

¿Tienes alguna afición?
No soy hombre de aficiones, el trabajo y la familia absorben mi día a día, me gusta escuchar música mientras trabajo pero, pocas aficiones.

Al verte yo diría que Guardiola no tendría ningún inconveniente en que sustituyeras a Valdés; los pocos kilos acumulados en pocos entrenamientos los eliminarías y estarías de nuevo en plena forma, ¿te cuidas?
Sí, no abuso de la comida y cada día, a primera hora, hoy eran las 6 de mañana, salgo a correr porque considero imprescindible el que todos hagamos, en la medida de nuestras posibilidades, un ejercicio físico, correr, andar, nadar, lo que sea.

De cuanto has hecho ¿qué repetirías y que "borrarías"?
No borraría nada, lo repetiría todo porque me siento satisfecho de cuanto he hecho y, además nunca "he fet mal a ningú" y esto te proporciona una gran tranquilidad.

A sus 57 años Joan Capó Moll sigue siendo aquel chaval que con 18 años dejó su Ciutadella natal para trasladarse a Barcelona e iniciar su andadura deportiva que le llevó a rozar el cielo.